Conviértase en un aliado de su equipo de trabajo en la pyme con estos cinco consejos

Sea un jefe distinto, implante una relación de confianza, cumpla su palabra, dé el ejemplo y recoja los frutos de una relación positiva

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Las relaciones con los jefes suelen ser complejas. Pocas personas pueden afirmar que tiene un jefe que los apoya, los ayuda a crecer y, además, pone el ejemplo con su propio trabajo.

De ahí que para usted y quienes trabajan en su pyme, trabajar en una relación de respeto y confianza requiere de varios elementos como conocer a la fuerza laboral para adaptar la estrategia, y también es necesario identificar otros factores como el tipo industria donde se encuentra, la edad, la cultura y el nivel de educación, entre otros.

"En general las relaciones humanas son altamente influenciadas por las reacciones emocionales que están basadas en la percepción de realidad del individuo", señala Luis Carlos Barquero, socio fundador de grupo Stratos.

Tener una mala relación con sus colaboradores es muy negativo para su imagen, su desempeño y los objetivos de la empresa.

De acuerdo con un estudio publicado por la Universidad de Florida, una relación de respeto y confianza entre los trabajadores y sus jefes tiene como consecuencias una mayor colaboración, innovación y eficiencia en el lugar de trabajo.

1. Defina una relación de respeto y confianza. Estas son dos claves fundamentales que esperan los colaboradores en todo tipo de empresas.

"Bajo los modelos actuales, el poder o la designación funcional de autoridad han perdido todo sentido", explica Cristina Cubero, gerente de consultoría de Deloitte. "El líder solamente podrá desempeñar ese rol cuando se convierte en una figura de confianza y respeto, tanto en el plano personal como técnico. La confianza podría figurar como el ingrediente secreto que permite a un jefe que le llamen líder".

La confianza habilita el desarrollo de una relación sólida y positiva, apoyado en la seguridad entre ambas partes de cómo se actúa o se actuará en el futuro, bajo valores y conductas compartidas.

Según el estudio Millennials_2016 los colaboradores necesitan y valoran un mentor o guía el cual, asesore y desarrolle su carrera. Para cumplir este propósito elementos como el respeto y el interés real en la persona, sus preferencias y sus capacidades son claves.

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2. Sea paciente. Sin duda tendrá empleados difíciles, aquellos que ponen su paciencia al límite. Una de las principales cualidades de un líder es ser paciente para obtener los mejores resultados.

El líder toma el tiempo que sea necesario para escucharlos, asesorarlos y encaminarlos hacia sus objetivos. Si lo hace, los colaboradores tendrán la confianza para acudir a ti ante cualquier situación.

"La paciencia es la virtud para aceptar y tolerar el proceso de aprendizaje y desarrollo de un equipo. El arte está en distinguir entre el proceso de aprendizaje y la indisciplina o carencia de compromiso de un grupo", afirma Barquero.

El liderar un grupo implicar conocer y gestionar personas con diferentes capacidades, fortalezas y debilidades. También significa atravesar diferentes situaciones, contratiempos y dificultadas.

Para la Cristina Cubero, de Deloitte, en esa línea la capacidad de paciencia o madurez emocional es clave para gestionar adecuadamente. "El perder la calma, el no tener un adecuado control de las emociones puede tener consecuencias graves para un líder en su relación de confianza y credibilidad", adviritó.

3. Cumpla su palabra. Aprenda a hacer promesas razonables y a mantenerlas; si no lo hace sus empleados perderán la confianza.

La confianza se construye por medio de los actos. "El cumplir acuerdos es una de las acciones principales en ese proceso", resaltó Cubero.

El incumplimiento de promesas y de los beneficios socaba cualquier iniciativa para generar una relación positiva.

"Es imposible saber en el futuro cómo actuará una persona si en el presente ha incumplido un acuerdo. El refuerzo positivo (motivación) que representa una promesa se convierte en negativo (castigo) cuando no se obtiene el resultado esperado y acordado", aseguró Cubero.

4. Cree un vínculo cercano. Muchos jefes creen que infundir temor en su equipo es equivalente a inspirar respeto, pero nada podría estar más alejado de la realidad.

En lugar de temor, hay que infundir confianza. "Es un arte más que una ciencia. Cada líder tiene su propia receta. Lo importante es confiar en sus propias fortalezas promoviendo mucha comunicación asertiva y sin asumir nada. Como dicen hablando se entiende la gente", explicó Barquero.

En una relación positiva el líder no deberá imponerse sino que, naturalmente, el mismo grupo pedirá su consejo y guía.

El equipo reconoce un líder que maneja adecuadamente sus faltas y le apoya para su desarrollo en un clima de confianza mutua, discreción e interés genuino.

Según Cubero, las nuevas generaciones buscan cada vez más su autonomía por esto es clave un líder generar los espacios y acciones para brindarla y poder avanzar en resultados.

5. Manténgase abierto a las sugerencias. Si no tolera las críticas —y su frase favorita es "así son las cosas, y si no le gusta, puedes irse"— no se sorprendas si su grupo de colaboradores no quieren ni saludarlo.

Hay que mantener la mente abierta a las críticas, opiniones y sugerencias: su relación con el grupo se verá sumamente enriquecida.

"Todas las sugerencias deben analizarse y emitir una retroalimentación. No importa si la sugerencia se implementa o no. Lo más relevante es que la persona sienta que se analizó y se le explicó el porque si o porque no de su sugerencia", enfatizó Barquero.

Las reglas del juego están dadas.

Como jefe cumpla sus promesas, sea transparente, honesto y consistente, comuníquese constantemente, reconozca sus errores y aprenda de ellos.

Sea solidario y, ante todo, sea genuino en todos estos aspectos, sin olvidar que la confianza es un elemento que se construye en doble vía.