De un proyecto colegial a sacar una especialización y finalmente a fundar una empresa de biodigestores

La empresa fue galardonada con el premio Yo Emprendedor en la categoría de Energías Limpias.

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El primer contacto que tuvo el hoy ingeniero agrónomo de 28 años, Joaquín Víquez Arias, con un biodigestor fue cuando estaba en la secundaria y tenía que participar en la feria científica de su colegio con un proyecto.

Su hermano Carlos, quien estudiaba agronomía en ese entonces, le sugirió crear un biodigestor, a lo cual el joven accedió.

Desde el momento en que logró encender una llama por medio del estiércol, Víquez quedó prendado de esta tecnología. Esto lo impulsó a estudiar el tema y obtuvo una maestría sobre biodigestores, luego de cursar la carrera de agronomía en la Universidad Earth.

Su obsesión y entusiasmo por estos sistemas para el tratamiento de desechos también lo llevó a establecer en el 2010 la empresa Viogaz, que ganó en noviembre pasado la categoría de Energías Limpias en la competencia de negocios Yo Emprendedor.

"Trabajando con productores vi que había como un hueco en el tema de proveedor de biodigestores", manifestó Víquez. "La tecnología existe desde hace más de 100 años, por lo menos en la comunidad científica. Pero, no había un proveedor de un producto que tuviera seriedad, garantía, servicio técnico. Entonces, lo vi como una oportunidad de negocio para fundar una empresa que ofreciera eso".

Producto

Viogaz se dedica a la producción, venta e instalación de biodigestores. De hecho, ha desarrollado 20 modelos distintos, que se han instalado en lecherías, granjas porcinas, fincas ganaderas y beneficios de café.

Desde el 2010 hasta la fecha, la empresa ha logrado vender e instalar 100 biodigestores de diferentes escalas, contó Víquez, quien es el gerente general de la empresa.

Un biodigestor es un espacio cerrado (una especie de contenedor, que pueden ser bolsas especiales) en el cual va a caer excremento o desechos orgánicos y agua. La mezcla entre el excremento y el agua se conoce como purines. En el biodigestor habrá una ausencia de oxígeno, lo que causa una fermentación anaeróbica que produce sulfuro de hidrógeno, metano y otros compuestos que producirán biogás.

Entre sus beneficios se encuentra que el biogestor produce energía limpia; los residuos reciben tratamiento, lo cual ayuda a reducir los malos olores (por ejemplo, en las fincas en las que se crían cerdos en los que es común que los vecinos se quejen del mal olor); y ayuda a disminuir costos, pues al producirse biogás, este es utilizado como fuente de energía.

A pesar de que tiene poco tiempo de haberse creado, su empresa ha logrado instalar biodigestores en Guatemala y Honduras.

En el 2012, gracias a un contacto con un tico, Víquez viajó en tres ocasiones hasta el Estado de Adamawa, Nigeria (en África) a instalar un biodigestor en una lechería en la que había 300 animales que viven en establos.

Víquez narró que esta fue una experiencia muy interesante. Pero, lamentablemente, perdió el contacto debido a la situación política conflictiva en ese país y, recientemente, con el tema del ébola que afectó a esta nación.

Dentro de los planes de Víquez se encuentra comercializar su producto en almacenes agroveterinarios y acceder a sistemas de distribución más eficientes, así como exportar su producto a otros países.

La empresa -compuesta por tres personas- ha resultado rentable hasta la fecha y su dueño espera contratar a más personal y continuar creciendo.

Otra de sus metas es desarrollar más modelos de biodigestores. Actualmente, se encuentran trabajando en uno nuevo.