Desde Cartago la tradición cajetera se renueva en forma de “Puritos”

La tradicional cajeta fue transformada por Jorge Soto, un chef de 23 años que vio nichos de oportunidad para un producto típico variando forma y sabor, dando paso a “Puritos”, su marca cajetera que cuenta además con una línea para veganos.

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Marianela Jiménez

Jorge Soto empezó vendiendo cajetas en las afueras de los colegios de Cartago para ganarse su propio dinero, sacando provecho de su gusto por la cocina y una receta aprendida de su madre. Eso fue hace más de cinco años y ahora, graduado de la carrera de Artes Culinarias, impulsa su marca “Puritos”, con un nuevo concepto para la tradicional cajeta.

“La marca nació cuando quise colocarles canela a los rollitos de la cajeta, en eso se me vino a la mente la forma de un puro cubano y pensé, bueno como son pequeños, se van a llamar Puritos einmediatamente se me vino a la cabeza la frase ‘puritico sabor’, ese sería el slogan”, contó Soto mientras exponía sus cajetas en una feria en San José.

La idea de los “Puritos” surgió en el 2009 durante un curso de mercadeo, cuando decidió utilizar las cajetas para desarrollar una idea de negocio. Soto y algunos compañeros pasaron ese semestre experimentando con sabores como jengibre, tomillo, romero, así como canela que, recordó, “fue el producto estrella para ese curso”.

“Luego empecé a trabajar en mi campo, de gastronomía, y dejé tentativo el proyecto. No sentía lo que siento ahorita por desarrollarlo y crecer. Yo sabía que tenía que madurar el proyecto en muchos aspectos antes de sacarlo a la calle”, explicó.

Soto tiene su taller en casa donde elabora unas 500 cajetas por semana. Cuenta con sus propias urnas de madera para la exhibición y venta del producto y distribuye sus “Puritos” en ocho locales, seis en Cartago y dos en San José. Ofrece al menos ocho sabores: coco, canela, maní, ron con higos, fresa, piña colada, clásicas y café. Sin embargo, asegura que puede elaborar las cajetas en cualquier sabor que el cliente desee.

“Hace seis meses escuché de la repostería vegana, decían que no había mucha variedad y entonces decidí darle un giro a las cajetas para llegar a este sector. Estamos comenzando y por ahora solo las comercializo en ferias que organizan grupos veganos, que se volverán permanentes, cada sábado, a partir del próximo 1 de junio”, detalló.

Los veganos son aquellas personas que solo consumen productos de origen vegetal, pero es más una filosofía de vida que un simple régimen alimenticio. Los vegetarianos son más flexibles, pues puede ser que si consuman productos como huevos, lácteos o miel.

Para llegar a este segmento, Soto cambia los ingredientes de las cajetas para elaborarlas a base de crema de coco y leche de soya deshidratada, pero las ofrece casi en los mismos sabores que las que comercializa normalmente.

Esperando el momento oportuno

Por el momento, Soto ve su negocio de cajetas aún como “un extra”, pues le dedica el tiempo que le pueda quedar libre de su trabajo en el área de gastronomía. Sin embargo, espera “poder poner una fábrica de cajetas y cuando sea rentable, dejar mi trabajo. Mientras tanto me enfoco en promover la marca y el producto, para que se conozca e ir expandiendo el negocio”.

Así, Soto aún forma parte de las mipymes que se encuentran en la informalidad, que representan una mayoría de empresas de esta categoría que existen en el país. Datos del reciente estudio de situación de pymes del ministerio de Economía (Meic),determinó que de 48.981 empresas existentes en el país, un 95% son pymes, de las cuales, un 77% están bajo la rectoría del Meic.

Sin embargo, registradas ante ese ministerio solo figuran unas 10.000 y de ellas están activas cerca de 5.120 mipymes.Aunque la cifra parezca menor, los datos del 2012 representaron un incremento del 254% en la cantidad de empresas registradas en relación al 2011.

Para sus planes de crecimiento Soto considera vital realizar el registro. “Un amigo que es pyme me dijo los requisitos pero yo no tengo dos. Estoy viendo cómo hacerlo, porque me costaría pagar seguros porque las ventas por ahora dan poca ganancia. Tenemos que inscribir nombre, registros sanitarios, pero todo esto irá saliendo conforme vaya creciendo el negocio”, señaló el joven empresario.

Como a futuro su idea es exportar y colocarse en el nicho de aeropuertos, apuntó que será necesario instalarse como una pyme, para tener más facilidad con los impuestos, entre otros beneficios. “No lo veo difícil, no son requisitos inalcanzables, pero si me generaría un gasto económico que no puedo afrontar por el momento”, explicó.

Para inscribirse, una empresa debe cumplir dos de tres requisitos: el formulario D101 o D105 de la última declaración del impuesto de renta, el recibo del pago de la póliza de riesgos de trabajo del Instituto Nacional de Seguros y/o el recibo de pago de las cargas sociales ante la Caja del Seguro Social.

Como parte de su crecimiento, desde marzo “Puritos” dispone de una página en Facebook que ya cuenta con 140 seguidores y hace poco a Soto le dieron una buena noticia: lo eligieron para ser profesor en la Universidad Latina, sede Heredia, donde imparte cuatro cursos de gastronomía, junto a otros chefs, a unos 100 estudiantes.