El arte de hacer presentaciones inolvidables

Según Matt Abrahams, especialista que ayuda a desarrollar habilidades para presentar, hay tres elementos que hacen memorable a una presentación: la variación, la relevancia y la emoción.

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Alina Leiva, emprendedora y una de las ganadoras de la última edición del concurso Yo Emprendedor, afirma que haber hecho una presentación memorable fue la clave para que su grupo Diká llamara la atención de inversionistas y jurado el año pasado, y se colocara en primer lugar del certamen.

“Nosotros tratamos de capturar la atención del jurado desde el inicio, usando como gancho preguntas y comentarios provocativos, y luego tratamos de convencerlos de nuestra idea hablando con seguridad y propiedad, mostrando una presentación estética, simple y directa”, aclara la joven, quien se encarga de la parte comercial de Diká, un emprendimiento que busca aprovechar la madera de pejibaye de plantaciones en renovación para crear muebles y objetos de lujo.

En los negocios, una presentación puede ser determinante para adquirir un nuevo contrato, negociar mejores precios con proveedores o conseguir financiamiento.

¿Cuáles son las claves para que una presentación sea memorable? Según Matt Abrahams, coach que ayuda a desarrollar habilidades de presentación y autor del libro Hablando sin entrar en pánico (Speaking Up Without Freaking Out), hay tres elementos que hacen memorable a una presentación: la variación, la relevancia y la emoción.

Varíe la voz y los recursos visuales

“Su rol como presentador es atraer a la audiencia; sin embargo, las audiencias se distraen fácilmente y se habitúan al discurso rápidamente. Para contrarrestar estas tendencias naturales, debe diversificar su material: variar la voz, la evidencia y los recursos visuales”, escribió Abrahams tras una presentación que realizó en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos.

El especialista en presentaciones explica que cambiar el volumen y el ritmo del habla motivan a la audiencia a mantener la atención. Además, denota pasión por las ideas y contagia a la audiencia de esa pasión. Para quienes no son presentadores expresivos, el coach recomienda empezar a poner énfasis en palabras que son cruciales: por ejemplo, si está hablando de un GRAN retorno sobre la inversión, hacer énfasis en esa palabra.

Abrahams también sugiere variar la evidencia para respaldar un argumento usando tres fuentes, por ejemplo estadísticas o datos, testimonios y anécdotas. “Esta triangulación refuerza su punto, y brinda múltiples oportunidades a su audiencia para conectar con su idea y recordarla”, afirma.

Con respecto a la variación de los recursos visuales, puede incluir gráficos, fotografías, animaciones o videos, cuidando no sobrecargar la presentación. Al incluir gráficos es importante que sean fáciles de entender y que no necesiten muchas explicaciones.

Conozca qué es importante para su audiencia

El mensaje que daría en una junta con gerentes de bancos es diferente que el que daría en un encuentro con jóvenes. El especialista dice que es importante hacer un esfuerzo por medir las expectativas, actitudes y conocimientos de su audiencia,para así preparar una presentación que conecte específicamente con las realidades y necesidades particulares de su audiencia. Procure usar comparaciones que les sean familiares, pues al enfocarse en sus perspectivas y darles contenido que sea relevante para ellos, va a ser más fácil apropiarse del mensaje y no olvidarlo.

Póngale emoción

Abrahams alega que las personas recuerdan más un mensaje cargado emocionalmente que uno basado en datos; por lo tanto, propone introducir emociones en la presentación, ya sea a través del contenido o la forma de la presentación.

El especialista afirma que hasta las presentaciones técnicas o científicas pueden tener algún aspecto emocional. “Si se enfoca en los beneficios, por ejemplo, tiene un aspecto emocional inherente: ahorrar tiempo, dinero, cuidar el ambiente o rescatar vidas… estas son cosas que le importan a la gente”, dice.

Antes de hacer cualquier presentación, Abrahams recomienda hacer prácticas y grabaciones, para perfeccionar el manejo del tiempo, la voz, el lenguaje no verbal y mejorar la confianza y seguridad.