El fisioterapeuta que se convirtió en diseñador y hoy lidera Bearded Man, una marca de ropa para hombres

El emprendimiento inició con un perchero con cinco camisas, que se vendían una por semana, y actualmente confeccionan 250 camisas por semana y otros productos como bolsos, fajas y zapatos

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Jason Guzmán Valverde estudió Terapia Física, montó su clínica y ofreció talleres para profesionales en la materia.

Desde que inició su trabajo como fisioterapeuta siempre le resultó muy difícil cobrar y, aunque lo hacía, sentía una gran incomodidad, especialmente cuando visitaba hogares en los que había personas de escasos recursos económicos.

Esto lo llevó a montar negocios paralelos a su labor, entre ellos una empresa que traía equipo de terapia física de bajo costo, que ideó con su “buena amiga” y hoy socia Karla Delgado.

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Con ella siempre se ha aliado en diferentes proyectos empresariales, unos que han salido bien y otros no tanto.

Por ejemplo, en otra oportunidad ambos invirtieron en un negocio que consistió en la organización de un evento gastronómico con música en vivo, que los llevó a la “bancarrota”.

Aunque la actividad fue un éxito en cuanto a la organización, no llegó suficiente público y los gastos fueron mayores que los ingresos, lo que los golpeó económicamente.

Ambos se levantaron, volvieron a empezar y han desarrollado sus propias marcas de ropa. La de Jason se denomina Bearded Man.

Si bien los temas de costura y de diseño han sido parte de la vida de Jason, pues su mamá es costurera y Karla es diseñadora, probablemente hace algunos años nadie habría imaginado que él podría convertirse en diseñador.

Ese panorama dio un giro en el año 2015.

El nacimiento de Bearded Man

Al negocio de costura de Karla, que Jason apoya, un día llegó un cliente y preguntó si podían hacerle una camisa, pues no encontraba el estilo que él quería.

Jason le dijo a Karla: “¡Qué chiva sería tener una marca de ropa donde los hombres puedan venir, ver estilos ya disponibles, pero que también puedan dejar haciendo ropa a la medida y a su gusto!”.

A Karla le pareció bien la idea, consiguieron una costurera y empezaron de manera “muy empírica” a hacer camisas. Tenían un perchero con cinco camisas, que se vendían una por semana. Actualmente confeccionan 250 camisas por semana.

A pesar de que fue su idea, Jason no estaba muy convencido sobre el nuevo negocio.

Otro día le dijo a Karla que sentía que eso no era para él y que por qué no se lo dejaba ella.

No obstante, Karla le dijo que no, que ella no poseía tiempo, pues tenía muchas ocupaciones.

Entonces, Jason le pidió a su prima ‘Nana’ que le ayudara a hacer las camisas y en setiembre del 2015 arrancaron con una máquina casera, crearon un logo y abrieron una página en Facebook de la empresa.

El emprendimiento tomó un mejor rumbo cuando ingresó el fotógrafo y diseñador web Bryan Rubí, quien le hizo ver a Jason que debía desarrollar una mejor imagen de la marca. Le dijo que había un buen producto, pero que debía pulirse la estrategia para enganchar al público.

Así fue que Jason descubrió lo que para él es una realidad que le repite a los emprendedores: “Una marca es 90% estrategia y 10% producto. Usted puede tener un producto bueno, pero si no tiene una estrategia ahí es donde uno falla”.

Para diciembre del 2015 ya contaban con una máquina industrial y Jason empezó a crear bocetos y a sumergirse en el mundo del diseño, que antes era desconocido para él.

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Sacaron su primera colección de 25 camisas, la cual se vendió muy bien en su tienda ubicada en Rohrmoser.

Sus prendas se caracterizan por ser casuales, para un ambiente urbano, con detalles en los cuellos, bolsas y mangas.

El emprendedor visitó California, sitio en el que pudo ver diferentes estilos y allí fue que se dijo: “Yo no quiero que Bearded Man venda ropa, sino un estilo”.

Posteriormente, Jason contactó a la Promotora del Comercio Exterior (Procomer), que en ese entonces estaba formando el clúster de moda del país.

A través de ello, tuvo la oportunidad de participar en octubre del 2016 en el Mercedes Fashion Week de Panamá.

Crecimiento

Desde ese entonces, la empresa ha tenido un avance importante.

Este año invirtieron en un espacio más grande y ya no solo crean camisas, sino también bolsos vintage, billeteras y zapatos de cuero como botines y botas, fajas, portapasaportes y tarjeteros.

A su vez, incursionaron en la venta de productos de cuidado personal y ofrecen esencias para hombre, aceites para la barba, champú y gel de afeitar, entre otros.

Hay otra línea más playera de ropa, como pantalonetas y camisetas sin mangas.

Una de las cosas que más enorgullece a Jason es que hoy tienen siete empleados directos y varios indirectos.

Además, ya la marca se vende bien, lo que le permite al diseñador seguir haciendo trabajo de asistencia social en el campo de la fisioterapia.

Este mes participaron en el Mercedes Fashion Week Costa Rica y en setiembre Jason tomará parte en un curso de diseño en una escuela de moda en Londres, Inglaterra.

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La empresa también vende sus productos en California, Estados Unidos y en tiendas de Pérez Zeledón y Liberia.

Jason les aconseja a los emprendedores nunca dejar de lado el enfoque y el carácter.

“El enfoque es lo que me va a mantener a mí direccionado hacia la meta que yo quiero alcanzar. El carácter es la capacidad que yo voy a tener de caer y volver a levantarme, de fracasar y volver a empezar”, concluyó el emprendedor de 31 años.

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