Emprendedora crea piezas de joyería inspiradas en naturaleza de Sarapiquí

Los productos de Creaciones Se.Ro son hechos de porcelana fría y sus principales clientes son turistas nacionales y extranjeros.

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La emprendedora Seilyn Rojas Jiménez aprendió a tejer cuando tenía tan solo siete años, luego de que su hermana mayor, Marjorie, le enseñara este arte.

A la corta edad de diez años hacía tapetes y los vendía para ganarse un dinerito y ayudarle a su mamá.

Y, así, con el paso del tiempo todo lo que llegaba a sus manos cobraba un sentido artístico y con su talento ella lo transformaba.

Era casi un hecho que cuando creciera su ocupación estaría ligada con el arte, ya que era algo que llevaba en sus venas: su papá era sastre y en su familia había varios artistas.

Su habilidad se fue incrementando y los materiales con los que trabajaba se fueron diversificando. Ya no solo tejía tapetes, sino que hacía artesanías con migas de pan, luego empezó a trabajar adornos en porcelana fría, en cerámica y elaboraba artículos de cuero labrado como bolsos y monederos.

Incluso llegó a participar por un año en un programa en Canal 42 en el que enseñaba a formar piezas de porcelana fría en grande: hacía payasos, ángeles y muñecas de 15 o hasta 20 centímetros de altura.

Luego de su divorcio, acontecido hace 20 años, quiso empezar de nuevo en un área alejada de San José y, como siempre amó la naturaleza, se fue a vivir a Sarapiquí, que pertenece a la provincia de Heredia.

Allí comenzó desde cero, pues no tenía familia en ese sitio.

Unos familiares de una amiga le permitieron vivir en un rancho de madera, de latas viejas, que era como una bodega.

Esa fue su primera casa en la zona, que hoy ella describe como “deprimente”, pero donde empezó a levantar su empresa.

Con su trabajo en el desarrollo de diferentes artesanías, logró sacar adelante a sus tres hijas e hijo.

La naturaleza como musa

En el 2009, nació oficialmente su empresa Creaciones Se.Ro, que elabora piezas de joyería y otras artesanías, basadas en las bellezas naturales de dicho cantón herediano.

Hoy es una empresa familiar a raíz de que sus hijos –ya adultos- regresaron a Sarapiquí luego de trabajar varios años en San José.

Ellos nunca se habían interesado en la artesanía, pero por alguna razón Seilyn le preguntó a su hija Wendy si quería aprender.

Ella le dijo que sí y empezó a ayudarle. Luego, su otra hija -Andrea- se les unió y, posteriormente, lo hizo su hijo Dennis. Su hija menor, de 16 años, Sugey Vanessa, elabora atrapasueños que también se venden en la empresa.

“Fue una bonita experiencia reunir a toda la familia”, cuenta la empresaria de 55 años.

El negocio consiste en la elaboración de piezas de joyería a mano, de porcelana y en miniatura, de animales que se pueden encontrar en Sarapiquí como ranas ‘blue jeans’ (así se les conoce), mariquitas, hormigas zompopas, colibríes, mariposas de tres colores, guacamayas de tres colores, entre otros.

Hacen palillos para el cabello, prensas para el pelo, aretes de guindar, de pines, anillos, medallones, lapiceros e imanes para colocar en la refrigeradora.

Para crear la porcelana se lleva a cabo todo un proceso y cuando ya está lista se moldea a mano y, finalmente, se pinta con pintura acrílica, que es la parte que lleva más cuidado y dedicación.

Sus principales clientes son turistas nacionales y extranjeros que pueden adquirir sus productos en tiendas ubicadas principalmente en sitios turísticos, dentro de los que se encuentran los hoteles. Además, ella participa en ferias en las que comercializa sus productos.

Como la cantidad de turistas fluctúan según la temporada y la situación económica de estos, recientemente esta emprendedora, a la que le gusta estar preparada ente cualquier eventualidad, decidió iniciarse en el negocio de cría de pollos de engorde, de forma tal que ya tiene su pequeña granja.

En total posee 52 pollos y espera que este nuevo emprendimiento le genere ingresos complementarios y le ayude a seguir creciendo como empresaria.