Estaban en otra empresa, fundaron la propia y ahora tienen presencia en 11 países

Con 17 colaboradores Mobtion continúa la innovación mediante aplicaciones y una plataforma de servicios para dispositivos móviles. Además se prepara para ingresar a más mercados.

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Carlos Cordero

pymes@elfinancierocr.com

Douglas Villalobos ingresó en el 2003 a Tecnosistemas con la tarea de ayudar a esta empresa a diversificar su portafolio, investigando y ayudando al desarrollo de nuevos productos. Así nacieron los primeros desarrollos para que los clientes bancarios utilizaran mensajes cortos de texto (SMS) para consultas de cuentas, pagos de servicios públicos y transferencias, entre otros.

Cuando el mercado de los teléfonos inteligentes empezó a despegar y, sobre todo, cuando explotó con el primer iPhone de Apple vieron la tremenda oportunidad que se creaba con el desarrollo de aplicaciones móviles o apps, pequeños programas informáticos que el usuario descarga para jugar, llevar su dieta o controlar sus ejercicios, entre múltiples aplicaciones.

Pero no siempre las nuevas tendencias logran llamar la atención cuando están originándose. “No nos dieron pelota”, dice Villalobos.

Así fue como Villalobos y otros tres informáticos tomaron la decisión de fundar una nueva compañía, Mobtion, dedicada al nuevo mercado de aplicaciones que en la actualidad alcanza a 315 millones de usuarios de iPhone, iPod Touch e iPad y a 300 millones de equipos móviles -850.000 dispositivos activados diariamente- con el sistema operativo Android integrado.

Cuando ya llevaban un año, de los cuatro fundadores quedaron solamente Douglas Villalobos, actualmente gerente de desarrollo de negocios, y José Pablo Castro, un ingeniero en computación y enfocado en la parte de la tecnología de la empresa. A ellos se les unió un inversionista, cuya experiencia y conocimiento les ha permito ver nuevos horizontes y tener una mayor consideración de los principales factores de éxito del negocio en el desarrollo y sostenibilidad empresarial.

La aventura ha sido provechosa: la firma tiene presencia en 11 países y en América, Europa y África; creció y ya cuenta con 17 personas; ha tenido presencia en el Congreso Mundial de Celulares en Barcelona y actualmente se prepara para participar en un nuevo evento que se realizará en México el próximo mes, donde espera alcanzar una mayor expansión de su mercado con aplicaciones y una plataforma de servicios móviles. “Si lo que se busca es desarrollar la empresa se requiere un inversionista”, afirma Villalobos.

El camino trazado no es fortuito. Se estima que si bien para el 2015 los usuarios de teléfonos inteligentes, tabletas y portátiles –en especial con las ultrabooks- llegarán a realizar unas 200.000 millones de descargas, el mercado tendrá una nueva vertiente en la utilización de servicios por Internet a través de ese tipo de dispositivos, en lo que se denomina la “Nube Personal”.

El inicio

La salida de Tecnosistemas fue en forma escalonada, cuenta Douglas Villalobos. “Cada uno tenía compromisos en la empresa y no queríamos crear una estampida. Analizamos cuáles eran los compromisos que cada uno tenía y -de los cuatro- el que tenía menos compromisos sería el primero en salir. Como yo era el gerente del área, fui el último en salir. No fue fácil ni sencillo”.

Aparte del apego que tenían por la empresa que dejaban, al dar el paso afuera no tenían recursos. Y estaba la familia.

Villalobos recuerda que se volvió a su esposa y le contó lo que iban a hacer. “Le pusimos operación arroz y frijoles: calculamos con cuánto podíamos vivir. A la familia hubo que decirle cuáles actividades –como paseos a la playa o salidas al cine- no podían seguir haciendo por uno o dos años. Tiene que haber un compromiso de la familia, porque es el apoyo número uno y si no te entienden es muy difícil”.

Había mucho estrés. No había dinero en cajas ni en ninguna cuenta bancaria. Solamente tenían sus computadoras. Al principio trabajaban desde la casa y luego en una oficina con conexión a Internet que les facilitó una amiga en un cuarto de su casa. Y están los pagos de la casa, el trabajo se convierte de 24 horas los siete días a la semana, y se aumentan las obligaciones empresariales. Los salarios se iban pagando de de los proyectos que iban apareciendo (de $1.000 o de $3.000) tanto en aplicaciones como en cualquier otra área. “Lo que cayera”.

“El primer cliente fue un gringo de una empresa que tenía la base de clientes más grande para eventos”.

Acababa de salir el iPhone 2. La aplicación le permitía a un usuario saber –utilizando sistemas satelitales- cuáles eran los eventos cercanos –conciertos, obras de teatro u otras actividades a cinco o diez millas a la redonda- de acuerdo a sus gustos, desplegaba un mapa e incluso indicaba si habían tiquetes disponibles. En su primera semana la aplicación logró 80.000 descargas

Era prometedor. Cada uno de los cuatro fundadores tenía sus propias habilidades y capacidades. Afuera hay un enorme nicho. Pero dos de los socios se sinceran y no pueden continuar. “Fue difícil. Sabíamos que era lo mejor porque eran personas que de pronto no podían dar el 100% que se requería”.

Otro proyecto fue el desarrollo de una app de banca móvil para Aplica, una firma francesa con la que participaron en el Congreso Mundial de Celulares en Barcelona, y que se utiliza en Ruanda, Malí y Senegal.

Además Mobtion también tiene presencia en Burkina Faso, Estados Unidos y Canadá. En total son once países.

Una aplicación que desarrollaron fue un casino virtual donde el usuario interactuaba con empleados a través de videostreaming desde su dispositivo.

El socio inversionista

Evidentemente de proyecto en proyecto no se podía desarrollar la empresa. Se necesitaba capital, por lo cual Villalobos y José Pablo Castro se presentaron en Yo Emprendedor, un programa que impulsó la Cámara Costarricense de Tecnologías de Información y Comunicación (Camtic) para conectar inversionistas con firmas del sector.

“Un amigo nos hizo el logo; pusimos el sitio de la empresa en Internet; nos preparamos en forma consciente para hacer la presentación del proyecto y nos pusimos traje entero”, recuerda Villalobos. “Mostramos la idea, pero nos dijeron que Mobtion era una idea inivertible”.

El veredicto venía de expertos y asesores –todos con una maestría en negocios o finanzas como mínimo- de banca, tecnología y administración, entre otras.

“Llevábamos un año y medio. ¿Se imagina que le digan a esas alturas –con todas las obligaciones que se tienen- que la idea no tenía sentido? Uno se preguntaba: ¿Nos habremos equivocado?”.

Villalobos cuenta que aun así "siguieron de necios". Se presentaron en las siguientes rondas y al final no ganaron. Pero en cada una de ellas alguien se acercaba y se mostraba interesado. Al final uno de los inversionistas se apuntó con la empresa.

“Ahora somos tres socios: los dos fundadores y el inversionista”. El nombre Villalobos se lo reserva, pero cuenta que la experiencia ha sido muy provechosa.

Cuando se funda una empresa se debe tener la decisión de si es para toda la vida o para llegar a la meta final. Dependiendo de eso, metes o no inversionistas”, recapacita.

Si la empresa es para toda la vida y para heredarla a los hijos, ahí no cabe un inversionista; en este caso el capital mejor se busca a través de un banco o se va creciendo lentamente con recursos propios.

Si es para alcanzar una meta empresarial y personal, entonces sí pues hay que tener claro que las decisiones deben ser adoptadas con el nuevo socio –que incluso puede llegar a tener el 51% omás de las acciones.

El inversionista facilita el capital para el desarrollo de la empresa sin tener que empeñar o hipotecar los bienes personales.

Cada uno tiene su aporte y depende de la contraparte. El inversionista el capital y la experiencia para los negocios; el empresario, el capital intelectual y el conocimiento para el desarrollo de los productos.

La decisión es entre tener un pequeño pastel o tener una porción de un gran pastel. Mobtion es un peldaño para realizar muchas cosas porque esto pinta bien, entendiendo que para que la empresa pueda llegar a otros mercados y tenga mayor participación se requieren recursos. Claro que no es fácil. Donde nosotros nos entusiasmamos por un proyecto, él llega y fríamente nos pregunta cuánto es lo que ganaremos”.

Giro hacia el futuro

De una empresa de desarrollo, donde “eramos 100% programadores”, Mobtion empezó a valorar nuevos enfoques. “Ahora todas las empresas desarrolladoras hacen apps”.

En primer lugar, se empezaron a fijar en la manera cómo la incorporación de una aplicación aportaba valor a sus clientes en sus estrategias empresariales de negocio. “Ahí hemos encontrado un nicho en la parte financiera”.

Pero no es suficiente. “Hace dos años llegó el momento donde vimos que eso estaba bien y nos dimos cuenta que rápidamente nos podían alcanzar. Entonces empezamos a desarrollar soluciones dos vertientes: el desarrollo de la aplicación móviles y prestar servicios en modelo de SaaS donde el cliente paga por el servicio”.

El modelo de Software as a Service (SaaS) permite que el cliente pueda utilizar un programa o aplicación sin necesidad de tener que comprar el software, ni su licencia, y pasa a pagar por su uso a través de Internet.

Villalobos cuenta que –con esta perspectiva- desarrollaron un producto donde se convierte el móvil en un datafono o lector de tarjetas de débito y crédito. Así en una tienda se puede cancelar la compra de un cliente sin que éste tenga que llegar a la caja; con solo un móvil Android, BlackBerry o iPhone se le cobra en el mismo pasillo.

Este tipo de soluciones también las están introduciendo los bancos y entidades financieras en Estados Unidos a nivel de pequeñas tiendas y otras pequeñas empresas. “La aplicación se personaliza a cada banco y con todos los procesos de certificaciones de seguridad para ofrecerles a las Pymes”.

Otro producto es una aplicación para que las empresas pongan su catalogo y que el cliente pueda descargarla, ver el inventario y comprar desde el dispositivo móvil, integrado con el sistema de pagos en línea Pay Pal.

Este es el que van a mostrar en el evento que se desarrollará en México, organizado por la GSM Association, la misma que organiza el Congreso Mundial de Celulares de Barcelona.

La tercera plataforma es para convertir el dispositivo en un medio de pago. “El cliente entra a un restaurante o a cualquier otro negocio y paga con el móvil como un monedero o medio de pago integrado al sistema del banco”.

Villalobos indica que con estos tres productos y la incorporación de herramientas tecnológicas para producirlos no se requiere mayor cantidad de informáticos.

Más bien el crecimiento de Mobtion se ha venido dando en el área de gerencia y comercialización, que tiene el 50% de los 17 colaboradores con que se cuenta en la actualidad. Si es necesario se contrata personal free lance para tareas puntuales. “No llegaremos a más de 20 personas”, afirma.

“Mobtion busca convertirse en la empresa que permita generar transacciones a través de dispositivos móviles, ahora ofreciendo la plataforma por la que pasan las transacciones y servicios de apps, desarrolladas por nosotros o por otros. Nos convertirnos en una empresa habilitadora del comercio móvil. Queremos estar en el centro de todo y los ingresos vendrían de un pequeño porcentaje por cada transacción”.

Esta es la idea base con la que la empresa quiere fortalecer su presencia internacional, incluyendo Chile, Uruguay, Guatemala y África, a través de sus socios distribuidores. “Podemos ampliar la base de productos, pues las oportunidades son muy grandes”.