Historia: “Un día soñé en que tendría mi propia empresa”

¿Cómo nace una empresa? ¿Cómo dar el salto de asalariado a empresario? Elder Alberto Ortega fundó su propia empresa, Limpsa, con planes para hacerla crecer y en la siguiente historia nos cuenta cómo lo está logrando.

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Carlos Cordero

pymes@elfinancierocr.com

Mi nombre es Elder Alberto Ortega Vargas. Vivo en Alajuela, en el Coyol. Mi empresa se llama Limpsa, que significa Limpieza y Sanificación S.A.

Limpsa nació de una necesidad de El Arreo, que es la empresa donde trabajo desde hace 17 años y donde todavía estoy a cargo de la planta de tratamiento, como supervisor, y ahí vemos la parte integral de residuos.

El tratamiento de los residuos orgánicos un problema muy grande hoy para las empresas, pues muchas no saben donde disponerlos o tratarlos.

Por eso, con mi esposa, Dunia Moncada , estábamos estudiando crear una empresa para dar servicios en este campo. Creímos que este era el momento para dar el paso a tener una empresa propia.

Soy asalariado desde que salí del colegio. Había trabajado en Montesillos cinco años. Ahí tenía a cargo el rendering, que es donde se produce una materia prima o harina producida a partir del hueso y el decomiso, que es lo que no se puede procesar del animal.

Siempre ha sido una cosa muy propia mía la idea de que algún día tendría mi propio negocio y dejar de ser asalariado. El inicio se da con esta oportunidad.

Habíamos formado la sociedad con un abogado. Incluso teníamos algunos enganches y dábamos servicios a otras empresas, como al Hospital Cima y a varios hoteles, por lo que había tenido que ponerme a hacer algunos números de costos.

En eso me llamó don Mario Brenes, que era el gerente general de El Arreo en el 2009 y me propusieron hacerme cargo de la limpieza y el transporte de las trampas de grasa. El resto de las labores de la planta de tratamiento seguía como parte de las labores mías como asalariado de la empresa.

“Cotízanos todo el paquete”, me dijo don Mario. El paquete incluía la mano de obra, el transporte y el tratamiento de las grasas.

Las trampas de grasa se colocan previamente para recuperar los sólidos gruesos antes de que lleguen a la planta de tratamiento. Si esas grasas llegan a la planta tendrían un impacto muy grande, pues hay que aplicar más químicos y eso aumenta los costos. Por eso las trampas tienen una función muy importante.

El transporte se hace hasta una planta que se dedica a procesar compost y que está ubicada en Cartago.

Como ya tenía la idea de hacerme cargo de estos trabajos por contrato, ya tenía algunos números. Me devolví al escritorio y se los llevé. Ese día llegue y hablé con mi esposa.

A los poquitos días me volvió a llamar y me indicó que empezaba el 21 de setiembre del 2009. Llamó al contador de la empresa y le dijo que viera un asunto conmigo. “Analícelo y haga lo que tiene que hacer”, le ordenó.

Luego se hizo el contrato. Para esto me pidieron todos los requisitos: personería jurídica, cédula jurídica, que estuviera en planilla del Instituto Nacional de Seguros, que estuviera en planilla de la Caja Costarricense del Seguro Social, y se estableció que el pago era por semana.

Los mismos empleados que estaban a cargo de la limpieza de las trampas de grasa pasaron a Limpsa y cuando empezamos, al final de la misma semana, recibieron el primer pago. Así fuimos avanzando poco a poco.

Al inicio no hubo un gran cambio. Ya teníamos el conocimiento. Los muchachos sabían qué era lo que se tenían que hacer.

Tal vez lo único que se puso medio incomodo fue cuando se cambió el primer cheque, que fuimos al banco y había que hacer un montón de vueltas. Ese día había que pagarles. Pedí la plata prestada y cuando se cambió el cheque devolvimos el dinero.

Después de ahí nos fuimos enrumbando y el nombre de Limpsa empezó a sonar.

Empezamos a recibir llamadas y correos electrónicos, pues esto de los residuos empieza a tener una fuerza muy grande, más que viene una nueva ley que obliga a las empresas a presentar cada tres meses reportes y una bitácora sobre qué hacen con los residuos.

En esto tenemos una gran oportunidad .

Las trampas se limpian una vez al mes. Dependiendo del tipo de empresa, si genera más grasa, hay que hacerlo más seguido.

Incluso vamos a tener un manual de procedimientos que esperamos tenerlo a finales de abril.

Actualmente le brindamos servicios a Pozuelo, a Kimberly Clark, a Bimbo y a Pipasa. En este caso es cuando lo requieren, me llaman a recoger lo que ellos nombran como “lodos primarios”, que se recuperan en la planta de tratamiento.

Nosotros llevamos los residuos a empresas como Abonos Fijos y Sauco, que hacen compost con lo que le llevamos. Por cada carga que dejamos ahí entregamos a la empresa un certificado sobre lo que hicimos con los residuos. También muchas empresas clientes me piden que los lleve a ver dónde se dejan los residuos.

Nos damos a conocer en actividades, como en los cursos de gestión integral de plantas de tratamiento de la Cámara de Industrias.

Ahí empecé a meter la cuñita. Llevaba tarjetas e iba conociendo a la gente que trabaja en las plantas de tratamiento. Fuimos haciendo amistad.

Luego, a varios de ellos les envié una carta de oferta de servicios. Además ellos le dicen a uno en cuáles otras empresas necesitan el servicio.

Uno va, conversa, le piden una cotización y luego lo llaman ya a trabajar con ellos. Tenemos varios proyectitos por ahí. También hemos concursado en varias empresas y no hemos ganado; pero ahí seguimos.

Algunas empresas hacen ellas mismas la limpieza de las grasas, los dejan en unos estañones y yo pasó y los recojo para llevarlos a Abonos Fijos o a Sauco.

En la parte gerencial uno se da cuenta de la necesidad de haber terminado de estudiar, en especial cuando hay que llenar los formularios sobre responsabilidad social empresarial, en los cuales piden cosas que son para empresas con más empleados y no como en mi caso, donde tenemos dos empleados; apenas somos una microempresa.

Ahora lo que estamos viendo también es dedicarme a tiempo completo y ya dejar las funciones como asalariado y como encargado de la planta de tratamiento y manejo de residuos en El Arreo, pues estamos recibiendo muchas llamadas de diferentes empresas.

Me dicen: “Mira, me hablaron que Ustedes hacen limpiezas”.

Además, necesito dedicarme en forma completa a mi empresa porque a los clientes actuales solamente puedo visitarlos en el fin de semana.

La idea es hacerme cargo de toda la planta de tratamiento de El Arreo y organizar bien a los colaboradores para atender a las otras empresas con más tiempo.

Sé que tenemos una gran oportunidad. En el momento en que la nueva ley sobre tratamiento de residuos se publique y salga en La Gaceta, ya la empresa tomaría un rumbo diferente.

En lo que es limpieza de grasas no hay competencia. Sí hay otras empresas en otras áreas del tratamiento de plantas.

Ahora también estaba pensando en un financiamiento, pues hay una empresa grande de donde nos llamaron y nos pidieron el servicio de limpieza de aguas negras.

Creí que era un tanquesito. Eran unos tanques inmensos y tienen todo un programa de extracción, pues son muy ordenados. Se ocupan once viajes. Además se requiere ir dos veces por semana.

Ahora se hace la subcontratación del camión cisterna. El problema es que aunque lo estamos haciendo bien, al subcontratar se encarece mucho. Si tenemos un camión cisterna no se encarecería tanto y además hay un buen mercado para extracción de aguas negras.

Así, además de la limpieza de trampas de grasa entramos en gestión de plantas de tratamiento y limpieza de tanques de aguas negras.

También nos están llamando mucho de la parte de desatorar y limpiar tuberías. Eso es algo en lo que ya tenemos experiencia, pues lo hacemos en El Arreo.

Para esto se requiere un equipo.

Lo que se necesita por todo son 17 millones de colones para el cisterna y el equipo.

Es una gran oportunidad que tenemos.