Ella renunció a trabajar como empleada doméstica y se convirtió en empresaria

Hoy Maritza Carranza incluso le da trabajo a otras mujeres.

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Hace tres años, Maritza Carranza Ugalde tomó la decisión de dejar su trabajo como empleada doméstica, pues los ¢40.000 semanales que ganaba no le alcanzaban para mantenerse a ella y a sus hijos.

De ¢2.000 colones que le quedaban compró mantequilla, harina y otros ingredientes que ocupaba y preparó nueve arepas, que vendió entre sus vecinos.

De esas arepas no sobró ni una y recibió comentarios muy positivos de quienes le compraron sobre el sabor de su producto, tanto así que le pidieron más.

Las ventas continuaron y se incrementaron. Así surgió su empresa Arepas Caseras Mayedi, cuyo producto se distribuye en pulperías, abastecedores y supermercados pequeños de diferentes áreas del país como Heredia, San Carlos y Siquirres.

La decisión de dejar de laborar como trabajadora doméstica fue difícil para Carranza, pero “tenía que hacer algo” para salir adelante y mejorar sus ingresos.

Desde muy pequeña, su abuela Adilia le enseñó a hacer arepas, en Abangares de Guanacaste, de donde es originaria.

Actualmente, produce aproximadamente 3.000 arepas a la semana y para desarrollar su negocio tuvo que “cerrar” la mitad de su casa y acondicionar un espacio especial.

Atrás quedaron los días en que Carranza “no tenía para comer” y hoy “sale a pasear”. Hasta tiene empleadas a su cargo: cuatro mujeres que también deben mantener a sus hijos y sobrevivir a las condiciones económicas, que no siempre son muy alentadoras.

La empresaria de 41 años, vecina de Las Horquetas de Sarapiquí de Heredia, recibió capacitación del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) para desarrollar el plan de negocios de su empresa.

Su idea es que el negocio siga creciendo.

Dentro de sus proyectos se encuentra lograr que sus productos se distribuyan a otras partes del país y así extender el conocimiento de sus arepas caseras, cuyo sello especial es el uso de la receta de su abuela.