Sebastián Fumero González, administrador de empresas y “ciclista aficionado”, debía viajar todos los días a su trabajo en carro, desde su casa en San Pablo de Heredia hasta San Pedro de Montes de Oca.
Este año, a causa del cierre del puente de ‘la platina’, empezó a hacerse demasiada presa en Tibás. “Para venirse a Heredia uno duraba una hora, hora veinte, terrible”, recuerda Fumero, de 33 años.
Para evitar perder tiempo, y ahorrarse el estrés que genera verse atrapado por el congestionamiento vial, empezó a buscar una alternativa para llegar más rápido.
Pensó en irse en bicicleta, pero a raíz de que su trabajo en el servicentro El Higuerón lo obliga a estar bien presentado, no podía llegar empapado a sudor o en pantaloneta, además de que no tendría dónde bañarse al arribar.
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Experimentación
Entonces, analizó cómo le instalaba un motor a su bicicleta, ya que de esta forma ─a pesar de que siempre es necesario hacer un esfuerzo físico─ se llega en menos tiempo.
Junto con un amigo que vende motores, realizó varias pruebas, algunas de ellas fallidas. Por ejemplo, el primer motor no sirvió, no le ayudaba en nada.
Investigó y realizó algunos cambios, hasta que encontró la combinación ideal.
Consiguió una bicicleta tipo banana, que –según pudo ver─ es a la que le encaja mejor un motor, que es de 45 cc.
En la bomba en la que labora, los mecánicos le ayudaron a hacer las modificaciones requeridas para que la bici pudiera subir mejor las cuestas y también para hacerla más segura.
A inicios de marzo, comenzó los viajes y dice que se transporta rapidísimo, en cuestión de 25 minutos, además de que ahorra dinero en combustible.
Cuando llueve, viaja en carro desde Heredia y, al llegar a San Pedro, hace gestiones relacionadas con su trabajo en la bicicleta.
“Yo, cuando viajo en carro, gasto 70 litros semanales... Usando la bicimoto en intermodalidad (alternando el uso del carro y la bici) estoy gastando 70 litros cada dos semanas”, contó.
El salto para convertirse en negocio
Su nueva forma de transportarse despertó la curiosidad entre sus conocidos y amigos, quienes le pidieron que les consiguiera las bicis.
Así fue que vio el potencial de convertirse en un negocio, al que llamó Banana Bikes. Ahora importa las bicicletas y las ensambla aquí en el país, para luego venderlas.
En el corto tiempo que tiene de operar (de abril a mayo) ya ha vendido 15 bicicletas en diferentes sitios del país, como Las Juntas de Abangares (en Guanacaste), El Cairo de Siquirres, Cartago y Heredia.
Las envía por Correos de Costa Rica o también la gente las puede adquirir en El Higuerón, en San Pedro.
La pyme ha desarrollado tres modelos de bicicleta, con las que por cada litro de gasolina es posible recorrer alrededor de 50 kilómetros y pueden generar una velocidad de hasta 65 kilómetros por hora.
Estas son las opciones actuales:
-Una bicicleta estilo mountain bike, con cambios, con seis platos atrás y dos al frente.
-Una bici más elegante, con un marco más estilizado, le ponen retrovisores, velocímetros, dos focos atrás, dos focos adelante, entre otros elementos.
-Una bicicleta ideada para viajes más largos, que trae aros reforzados, tiene suspensión, tiene un marco grueso, entre otras características.
Cualquier modelo tiene un costo de ¢225.000.
Dentro de los beneficios que Fumero destaca de usar este medio de transporte se encuentra el hacer ejercicio, reducir la huella de carbono (al evitar usar el automóvil), ahorrar dinero y movilizarse de forma más ágil.
Al emprendedor ya lo han contactado de países centroamericanos para que les provea de las bicis.
Tuvo la experiencia de que le escribieron de Honduras para comprarle 24 bicicletas y de Nicaragua para adquirir ocho, pero como estaba empezando y desconocía el proceso para transportar las bicicletas hasta allá perdió la oportunidad.
Ahora se está asesorando para ver cómo exportar las bicicletas si surgiera otra opción comercial fuera del país.