Pasión por el croché la llevó a renunciar a su trabajo para crear su propia empresa

Desirée Cárdenas dejó su trabajo en una trasnacional para comenzar su propio negocio, el cual consiste en la enseñanza y creación de muñecos tejidos con la técnica ‘amigurumi’

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Desirée Cárdenas tiene un recorrido profesional de 18 años como gerente de proyectos en distintas empresas trasnacionales; sin embargo, ahorta su talento y conocimiento están enfocados en un proyecto completamente distinto a lo que estaba acostumbrada.

Cárdenas cuenta con un título en Ciencia de la Comunicación y una certificación como Profesional en Gestión de Proyectos, pero fue su pasión por el tejido artesanal ‘amigurumi’ la que la llevó a crear su propia empresa: Crafty Heart.

“Todo empezó como un proyecto paralelo, pero luego renuncié para dedicarme a tiempo completo en este negocio que esta basado en hacer muñecos tejidos en croché”, comenta Cárdenas.

Con Crafty Heart empezó en mayo del 2017 y desde entonces ha comercializado cientos de muñecos en Costa Rica, Perú y Estados Unidos.

Una preparación autodidacta

La empresaria comenta que su talento de tejer lo desarrolló cuando era niña gracias a su abuela; sin embargo, en una etapa difícil de su vida decidió retomar la práctica.

“En ese momento quise hacer tres muñecas (sin saber que existían los ‘amigurumi’). Hice una Frida Kahlo, una Pricesa Leia y una Mérida (la princesa Valiente de Disney). Compartí fotos en Facebook y mis amigos empezaron a pedirme muñecos; desde entonces no he dejado de tener pedidos”, comenta Cárdenas.

Poco a poco, Desirée fue aprendiendo más sobre la técnica, un proceso que considera fue autodidacta, con libros, cursos en línea y tutoriales.

“Me apasionan los amigurumi porque transmiten emociones. No son un tejido cualquiera. Me pasa que veo un muñeco terminado y me dan unas ganas inmensas de abrazarlo y a mis clientes les pasa lo mismo”, agrega.

Ampliar la oferta

Cardenas sabía que quizás iba a ser complicado sostener un negocio únicamente a base de los muñecos tejidos, por lo que decidió ampliar la oferta a cursos y venta de guías para que las personas hagan sus propios muñecos con sus diseños.

“Entendí que para poder tener un negocio artesanal rentable es necesario tener más puntos que generen ingresos. Así tengo la venta de productos terminados, cursos en Heredia, San José y San Pedro y la venta de patrones”, dice.

La comercialización de los productos la realiza por medio de redes sociales, como Facebook e Instagram y en su sitio web Crafty. Además, se unió a diversas plataformas de venta en línea, como Etsy y Raverly, que le permiten vender en el extranjero, objetivo que ya ha logrado en Estados Unidos y Perú.

“También he participado en varias ferias que me han dado la oportunidad de mostrar mi trabajo y espero próximamente tener presencia en tiendas”.

Los precios y el tiempo de producción de cada creación varían mucho dependiendo del tamaño y la complejidad del diseño; sin embargo, los rangos van desde los ¢3.000 hasta los ¢18.000.

De acuerdo con Cárdenas, emprender haciendo trabajo artesanal tiene retos muy grandes. “Es difícil competir con productos industriales e incluso con producto artesanal de compañeras que ponen precios incluso por debajo de los costos. Mi respuesta a este reto ha sido enfocarme en la calidad de mis productos y ofrecer un servicio al cliente con excelencia”, asegura.