¿Qué puede aprender Costa Rica del modelo chileno que incentiva la creación de startups?

Nicolás Shea, uno de los impulsores de Start-Up Chile, sugiere que en el país se cree un 'Start-Up Costa Rica', para atraer a emprendedores de todas partes del mundo.

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Hace cinco años, el gobierno de Chile decidió implementar un programa que estimula la creación de startups a través de la llegada de emprendedores de cualquier país del mundo a Chile a formar su negocio.

Este se denomina Start-Up Chile y desde su establecimiento -en el 2010- ha atraído a más de 2.000 emprendedores de casi 80 países.

Hoy Santiago, Chile, figura como la ciudad número 20 del mundo para el desarrollo de startups tecnológicas, según The Startup Ecosystem Report 2012, elaborado por Startup Genome y por Telefónica Digital.

Parte de las razones de ese despegue, se debe al impulso que ha dado el gobierno.

Si bien aún es pronto para medir los resultados de este proceso, ha habido un impacto en la cultura local.

Por ejemplo, hay una mayor motivación en los jóvenes por emprender y no tanto por ser trabajadores de una empresa ajena.

Nicolás Shea, miembro de la junta directiva y uno de los fundadadores de Start-Up Chile y creador de los emprendimientos eClass y Cumplo, considera que Costa Rica está en capacidad de replicar el modelo chileno y de adaptarlo a su propia realidad.

Todo un proceso

De acuerdo con Shea, este boom o auge de las startups no se gestó de la noche a la mañana. El interés del país por el tema de innovación se dio desde hace alrededor de 10 años cuando se creó el Consejo Nacional de Innovación.

También existe un fondo de innovación para apoyar la educación, investigación, desarrollar fondos de inversiones y hay diferentes programas de apoyo a emprendedores.

“Start-Up Chile conectó muchas de las iniciativas que ya venían ocurriendo”, dijo.

Al estar inmersos en un mundo globalizado, la innovación es fundamental para la sostenibilidad de toda economía. Como Chile es un país pequeño, que si bien tiene bastante capital humano, a través de Start-Up Chile se invita a emprendedores de otras partes del mundo a desarrollar sus negocios en este país suramericano.

Por ejemplo, se ha aprovechado la crisis de desempleo que hay en algunos países de Europa para que sus habitantes arriben hasta Chile a fundar su empresa.

“El ingrediente más importante de la innovación y el emprendimiento es el talento. Cuando uno entiende eso, da lo mismo cuál es la nacionalidad del talento. Lo importante es que el talento esté”, explicó Shea, al referirse a qué fue lo que hizo nacer este proyecto.

Al emprendedor extranjero se le otorga una visa de un año, se le brindan aproximadamente $40.000, un espacio de oficina y el equipo de apoyo en temas logísticos y de administración.

El foráneo que recibe estos beneficios está obligado a permanecer seis meses en Chile.

“Muchos de esos emprendedores se van, unos se quedan, pero se construyen redes que perduran en el tiempo y todos permanecen conectados”.

Un 20% de los emprendedores seleccionados en este programa son chilenos, un 20% son estadounidenses, un 20% proviene de países latinoamericanos y el 40% restante lo integran ciudadanos de otras naciones del mundo.

“Lo que genera eso es que no solamente se aumenta el número de emprendimientos en Chile, sino que, además, se conecta a Chile con otros países del mundo a través de estos emprendedores”.

¿Cómo se seleccionan a los emprendedores?

Shea dijo que hace un mes se postularon 3.000 proyectos para llenar 100 cupos. Por ello, decidieron contratar a una empresa de Estados Unidos para ayudar con la escogencia.

“Más que buscar el proyecto, buscamos a emprendedores, esa es una distinción bien interesante de Start-Up Chile. Dos tercios de la selección tienen que ver con el emprendedor y con el equipo. Discriminar talento es un poco más fácil que discriminar el proyecto”.

¿Y cuál es el papel de la empresa privada en este programa?

Estas invierten en las empresas recién formadas, contratan sus servicios e inclusive las adquieren.

“De las empresas que se gradúan el 30% recibe inversiones de privados, en total en estos cinco años ya se han invertido más de $100 millones en estas startups", dijo. “Todavía no está claro cuál es el porcentaje de éxito porque falta tiempo para ver eso, pero hay mucho interés de privados para invertir en estos proyectos, un 80% de estos capitales son capitales extranjeros”.

Shea estima que Costa Rica puede replicar el modelo chileno y crear un Start-Up Costa Rica.

“Tengo 40 años, pero si tuviera 25 años o entre 20 y 30 años y el gobierno de Costa Rica me ofreciera la posibilidad de venir a emprender a Costa Rica por seis meses, yo creo que sería una invitación tremendamente tentadora y creo podría atraer a miles de emprendedores de todas partes del mundo”, sugirió.

El establecer un proyecto de este tipo no se debe ver como un gasto de fondos públicos, sino como una inversión.

“Los emprendedores van a estar en Costa Rica, ese dinero va a ser gastado en Costa Rica, muchos de ellos se van a quedar más tiempo en Costa Rica, van a traer amigos, postean en Facebook imágenes de Costa Rica, van a contratar costarricenses, se van a quedar más tiempo”, aseguró.

Lo que mata a los emprendimientos

El experto considera que lo que termina matando a los emprendimientos en un país son las “malas regulaciones”.

Para él, cuando hay industrias muy concentradas, eso es una señal de que hay una mala regulación que impide el ingreso de nuevos emprendedores.

Puso el ejemplo de la industria financiera en Chile, que —según él— está sobre regulada y a veces privilegia a los negocios ya establecidos frente a los recién creados.

“Hasta hace muy poco había una regulación que decía básicamente que las empresas eléctricas si querían postular a las licitaciones eléctricas, tenían que tener capacidad instalada. ¿Qué significa eso? Que solo podían postularse empresas establecidas", cuestionó.

Shea cree firmemente que la innovación es lo que asegura la evolución de la economía.

“Si no hay evolución de la economía, no hay evolución de empresas, de productos, de servicios. Además, las industrias se concentran, las empresas se estancan, el desempleo aumenta y los países no prosperan. Se perpetúan las espirales de pobreza y subdesarrollo”, concluyó.

Pasos básicos para emprender:

-Tenga claro por qué quiere poner en marcha su empresa.

-Conozca muy bien a su usuario o consumidor y el problema que quiere resolver.

-Tírese al agua. La única manera de saber si el proyecto tiene sentido o no es haciéndolo, y ver cómo reaccionan los potenciales clientes hacia el producto o servicio.

-Durante el proceso, haga las modificaciones necesarias. Si se requiere, adapte su propuesta de valor hacia lo que el mercado realmente necesita.

Fuente: Nicolás Shea, 2015.