¿Quiere que su pyme camine bien? Deseche el orgullo e involúcrese más con su equipo

Cuestiónese a qué se debe que su empresa no haya crecido como desea y qué puede hacer para alcanzar el máximo potencial de su negocio.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

¿Es usted el tipo de jefe gruñón que se mantiene lo más alejado posible de sus empleados y ni siquiera los saluda al llegar? ¿Cree que ser el jefe implica estar sentado en una especie de trono, ajeno a las opiniones de los demás miembros de su empresa?

Este tipo de actitudes lo único que hacen es dañar a su empresa y causan frustración y falta de identificación de los empleados con los lineamientos y valores que dice defender su negocio.

Por el contrario, el involucrarse con su equipo, el no ver al empleado como un número, sino como a alguien importante y escuchar sus ideas, ayuda a que los colaboradores aprecien aún más su negocio y se alineen con él.

En caso de que usted llegara a faltar por algún motivo, lo más probable es que ellos se encargarán de darle continuidad a lo que usted inició por el aprecio que le tienen y al trabajo que desempeñan.

Estas fueron algunas consideraciones de la motivadora mexicana y conferencista internacional Militza Castellot, durante su participación en el Seminario BAC Pymes realizado hace dos semanas en el país, en el que expuso sobre empoderamiento empresarial.

“En el momento en que cruces la línea y te digas a ti mismo: 'Soy la fuente de este equipo y si yo estoy bien mi equipo va a estar bien’. ¿qué va a pasar con tu empresa? Se va a ir para arriba. ¿Por qué? Va a haber un ambiente de conexión. Tu gente de verdad se va a poner la camiseta de la empresa y se la van a dejar puesta todo el tiempo”, retó la expositora.

Sin miedos, ni complejos

Castellot subrayó que los dueños de las pymes deben dejar de lado el control, el miedo a no ser aceptados como son y animarse a ser parte del equipo.

La motivadora sugirió a los empresarios hacerse estas preguntas para generar avances en su empresa y en su vida personal:

1. ¿Qué estoy haciendo con mi empresa?

2. ¿De qué forma estoy siendo líder? ¿Soy un líder positivo o negativo?

3. ¿Qué tan congruente es la misión, visión y valores de mi empresa conmigo?

4. ¿Por qué mi empresa no ha crecido como quiero?

5. ¿Cómo está mi familia? ¿Llego a mi casa pegando gritos?

6. ¿Cómo puedo mejorar en mi vida personal?

Al contestar estas preguntas, se puede identificar en qué se está fallando, qué partes del liderazgo no son positivas y definir cómo mejorar.

Castellot se refirió a que se necesitan, no líderes plásticos, sino “líderes con corazón”.

“¿Quién dijo que las cosas hay que matarse para alcanzarlas? No. Hay que hacerlas con pasión, hay que amarlas, hay que amar tu trabajo, hay que amar a tu gente, hay que amar lo que haces cada día. Si haces las cosas con gusto, vas a trabajar 20 horas y vas a llegar a tu casa agotado, pero feliz”, expresó.

A lo largo de su exposición, Castellot lanzó varias veces la siguiente frase a los empresarios: “¿Eres un árbol? ¿No? Entonces, muévete”.

Así insistió en que nunca es tarde para cambiar aquello que se ha estado haciendo mal y evolucionar hacia un negocio más significativo y productivo.