Ubiqs supera etapa de creación y da pasos para consolidarse como negocio poco convencional

La empresa desarrolla aplicaciones que se utilizan "en la nube". Una de ellas tiene que ver con plataformas para controlar la flotilla de vehículos de diferentes empresas.

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Convencer a los bancos de que una empresa sin activos, ni estados financieros y recién creada podía ser capaz de desarrollar productos tecnológicos innovadores, fue uno de los obstáculos que enfrentaron Álvaro Villalobos Bonilla y Arnoldo Madrigal Pastor, cuando tocaron las puertas con el fin de solicitar financiación para su nuevo emprendimiento.

Al principio, ningún banco quería apoyarlos, pues su negocio no solo era poco convencional en ese entonces, sino que no tenían el capital económico requerido para responder ante las obligaciones financieras que adquirieran.

La experiencia que habían alcanzado luego de trabajar en empresas de informática y de tecnología como Oracle, Intel e ITS parecía que no era suficiente para las entidades financieras.

Según Villalobos, algunos bancos tienen una estructura de financiamiento muy tradicional y su modelo de negocios no se ajustaba a ese esquema.

“Típicamente a una empresa le ven activos, flujo de caja, riesgo en el ejercicio, ven el valor del inventario. Pero, ¿qué pasa cuando una empresa no tiene activos como edificios?", dice Villalobos. “Las empresas de servicios no se caracterizan por tener activos, pues no requieren de un edificio para dar su servicio. Entonces, los avales y protecciones las tienen que respaldar los socios solidariamente, es más difícil porque uno pone en riesgo el patrimonio familiar”.

Villalobos y Madrigal se conocieron cuando trabajaron hace muchos años en la empresa IBM. Además, participaron en otras empresas tecnológicas, en las cuales obtuvieron mucha experiencia, tras las cuales decidieron que era el momento de tener su propio negocio. En el 2009, fundaron Ubiquitous Solutions (Ubiqs).

Para obtener el impulso inicial que requerían, tuvieron que convencer a los bancos de cuál era su fuerte. Y, aunque finalmente obtuvieron el apoyo económico que necesitaban, las cosas no fueron fáciles.

Villalobos explicó que pensaron que el mercado iba a responderles en un año. Sin embargo, fue hasta el 2012 que el negocio se consolidó. Hoy tienen ocho empleados fijos y realizan contrataciones en las que se ven involucradas entre 25 y 30 personas.

Propuesta de negocio

El término Ubiquity  , que  significa ubicuidad, en el campo de la computación y tecnología se refiere a que cualquier persona tiene la posibilidad de acceder a bases de datos e información desde todo lugar y en todo momento: su celular, su tableta, su computadora; que no se necesita estar en una oficina frente a una computadora de escritorio para conectarse.

Por eso, las aplicaciones que desarrolla la empresa siempre están en “la nube”, es decir, son plenamente accesibles a través de Internet.

Arnoldo Madrigal, de 59 años y gerente de operaciones de Ubiqs, explicó que la empresa se propuso desde un inicio crear soluciones de base tecnológica, que en el 2009 no eran tan comunes. Por ejemplo, la realización de mercadeo a través de los celulares.

Asimismo, empezaron a efectuar experimentos con GPS, para darle un uso diferente al que generalmente se le otorgaba, que comúnmente se asociaba a la localización de vehículos robados.

La empresa empezó a utilizar esta tecnología para el control de flotilla de camiones: control de combustible, eficiencia de la ruta y comenzaron a emplear algoritmos matemáticos para realizar las mediciones.

“La plataforma de administración de flotilla vehicular está “en la nube”. Todos los clientes ven sus reportes, flotas, rendimientos en la nube, pero los pueden ver en la laptop, dondequiera que estén”, manifestó Villalobos, gerente general de la empresa, quien tiene 47 años.

Uno de los objetivos de este sistema es encontrar una ruta más rápida y eficiente en la distribución de los productos, lo cual permitiría ahorrar y satisfacer al cliente.

Otro de los enfoques de la empresa es el desarrollo de aplicaciones para generar lealtad y retención de clientes, a través de incentivos para aumentar el consumo, donde se les brindan beneficios a los clientes más fieles.

Un ejemplo de esta área es su participación en el desarrollo de la aplicación Kölbi Klüb, por medio de la cual el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) brindará beneficios a aquellos clientes que realizan transacciones con su celular y aumenten su consumo, tales como premios que el cliente podrá usar en su servicio telefónico y en comercios.

Apasionados

Arnoldo Madrigal y Álvaro Villalobos han trabajado toda su vida en el campo tecnológico y, al hablar, se nota su pasión por la informática y por la innovación.

Ambos han sido mentores de otras personas interesadas en desarrollar empresas, especialmente Madrigal, por lo que han apoyado activamente el programa Yo Emprendedor, dedicado a buscar talentos con ideas innovadoras de negocios en el país.

Villalobos originalmente estudió ingeniería agrícola en la Universidad de Costa Rica (UCR). Tras llevar cursos en administración y en posgrados, se dio cuenta de que había cometido un error y que la administración de negocios era lo suyo, siempre ligado al tema de tecnología. Además, es un aficionado del tenis, deporte que práctica siempre que puede.

Por su parte, Madrigal es un informático graduado de la UCR, también con posgrados, quien cree firmemente que las tecnologías de información pueden ayudar a mejorar la sociedad. Según él, ningún niño, sin importar su nivel social, debe ser excluido del uso de tecnologías. También disfruta de hacer deporte, en especial de nadar.

Villalobos le recomendó a los negocios utilizar el modelo de negocios del “océano azul”: en un mercado en el que muchos negocios se parecen, es importante que las empresas desarrollen un elemento diferenciador, innovador, una propuesta única y que, a través de ella, alcancen un mercado en el que coloquen sus productos o servicios.

De acuerdo con Villalobos y Madrigal, este ha sido el esquema que ha seguido la empresa y que le ha permitido mantenerse a lo largo de sus cinco años de existencia.