Un buen líder debe tener estas cosas claras

Un líder debe tener claridad sobre cuál es el mejor camino para el éxito de su pequeña y mediana empresa, además de saber cuáles nuevas metas fortalecerán las operaciones o cuáles nuevos clientes la harán crecer

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Digamos que su empresa vende productos importados, desarrolla software, diseña publicidad o vende repostería. Cualquiera. ¿Sabe por qué lo hace? ¿Por qué no vende otros productos? ¿Qué quiere lograr en el futuro?

Una de las principales cualidades de los líderes de organizaciones es tener claridad, un entendimiento de cómo se ve la organización hoy, lo que quiere conseguir mañana y cómo lograrlo. Tener claridad sobre algunas cosas que no van a cambiar permite sentar prioridades y enfrentar más fácilmente las situaciones retadoras.

En palabras de Chatham Sullivan, autor del libro The Clarity Principle (El Principio de la Claridad), “la responsabilidad principal del líder es definir el propósito de la empresa. Esto significa entender y tomar decisiones para resolver los dilemas estratégicos que enfrenta la organización”.

Como líder de una organización, usted debería tener claridad en:

1. Metas: ¿Qué va a lograr en seis meses o en un año? Después de las fiestas de fin de año, tal vez reflexionó que es hora de poner nuevas metas o empezar a seguirlas. Fijar metas es un proceso que requiere reflexión. ¿Hacia dónde va? ¿Qué es capaz de hacer? Puede colocar unas 3 o 5 metas de negocio, en términos de ventas, clientes, servicio, calidad o muchos otros aspectos más, pero es importante que estas metas sean realistas. Si establece metas imposibles de cumplir, la organización puede frustrarse; sin embargo, tampoco debería caer en la zona de confort y establecer metas que sabe que seguramente irá a lograr. La clave es definir metas por las que tenga que esforzarse, un reto sí, pero que sean posibles.

2. Su rol y prioridades: Tener claridad sobre su rol significa tomar conciencia de la posición que ocupa. Como líder de organización podría recibir los reportes y verificar que los números no estén en rojo, pero eso no es todo. Si tiene personal a cargo, debe tener claridad sobre sus necesidades y ejercer un trabajo de motivación y compromiso para que se logren las metas. También tiene que delimitar sus prioridades, basadas en las metas, pues el tiempo siempre va a ser una restricción.

3. Clientes y proyectos: ¿Conoce sus clientes? ¿Quiénes son, qué buscan, qué podría ofrecerles para que estén más felices con su empresa? Es importante conocer estos aspectos de los compradores actuales, pero también una idea de los eventuales clientes que podría incluir en su portafolio. ¿Quiere clientes más grandes, tal vez de otro sector? También hay clientes con los que ha sido muy difícil el trabajo: es complicado llegar a un consenso, no pagan a tiempo, etc. Valore si quiere seguir haciendo negocios con ellos o podría reemplazarlos por otros. Lo mismo para proyectos: ¿cuáles nuevos proyectos podría emprender, que tengan relación lógica con su visión y sus metas?

3. Progreso: De nada sirve establecer metas si no se les da seguimiento o si no sabe cómo avanzan. Diseñe o adquiera un sistema con el que pueda monitorear su progreso. Puede ser tan simple como una hoja de Excel, lo importante es que vea el camino hacia el cumplimiento de objetivos. Al monitorear el progreso encontrará muchas oportunidades para cambiar y mejorar.