Una soda que tiene su sitio en Internet y saca cuentas de los resultados

Con un sencillo sistema, la soda Abisai desarrolló un menú de información para sus comensales y además lo difunde por redes sociales. Un caso de cómo la tecnología ayuda en todo tipo de negocios.

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Carlos Cordero

pymes@elfinancierocr.com

María Cambronero Blanco no conocía mucho de Internet ni de redes sociales. Con la ayuda de su syerno Mauricio García y de su hija Ana Ruth Andrade, ahora su negocio –la soda Abisai- no solo está ahí por la iglesia La Dolorosa sino que también Usted la puede encontrar en la Web.

Ahora los clientes me dicen: ‘doña María, Usted está muy tecnológica’”, reconoce con orgullo.

Claro que son otros tiempos y en parte este tipo de recursos hace la diferencia.

María se lanzó al campo empresarial con una pequeña pastelería, pues ya no le daban empleo. “Por la edad”, dice.

Tras comprobar que sus pasteles, panes y queques sí le gustaban a la gente en las actividades de recolección de fondos para la iglesia a la cual pertenecía, se decidió a abrir un pequeño local en San Rafael Abajo de Desamparados.

Logró mantener el negocio durante un año. Las ventas apenas daban para el alquiler del local, los gastos fijos y algo con lo que cubrir los gastos de la casa. Tras cerrar el negocio, siguió atendiendo clientes en su hogar, en Paso Ancho.

En un curos de repostería y cocina se decidió con una compañera a abrir el local actual. Aunque era solo en repostería, la gente –en su mayoría, empleados de las sedes cercanas del Ministerio de Justicia y del Patronato Nacional de la Infancia en los alrededores de la Iglesia La Dolorosa, en San José centro- les pedía almuerzos.

Cuando la socia decidió salirse del negocio, María no se amilanó y continuó, a pesar de las dificultades, y con el apoyo de su hija y de su yerno, quienes dedican un rato de su tiempo libre para ayudarle en la parte gerencial y con Internet.

Fue García -un técnico en electrónica- quien precisamente la empujó a la Web. Él había visto un curso básico de Internet a distancia y empezó a estudiar en su tiempo libre, en las noches. Luego llevó otros cursos para desarrollar páginas web -donde el proyecto era precisamente hacer un sitio- y de redes sociales brindados por AP Corporate Training.

“Para mí era un reto”, recuerda García, quien -además del sitio para la soda Abidai- desarrolló el de la empresa donde trabaja.

Los pasos

¿Y por qué vieron que la soda tenía necesidad de estar en Internet y en redes sociales?

Para hacer publicidad”, explica García.

De su clientela levantaron una base de datos de 50 personas (ahora llega a 150) que aceptaron recibir información en sus correos electrónicos sobre la soda. La labor de publicidad y mercadeo se basa en lo que ya habían hecho durante varios años: el logo, los colores que identifican la soda y el menú.

No fue difícil. El sitio web lo desarrollaron en una plataforma conocida como Jimdo –la que le enseñaron en el curso- y le incluyeron video, fotos e información.

“Conforme se fue realizando el curso se fue desarrollando la página”, afirma. “En 15 dìas se tenía la página básica. Es una herramienta sencilla, tan sencilla como hacer una presentaciòn de Power Point”.

Empezaron a llenarla con más información y en tres meses el sitio web de Abidai estaba completo.

¿Costos? Los 90.000 colones que invirtieron en los cursos; trabajan con herramientas gratuitas (si se quiere más desarrollo sí deben pagar) y que son muy fáciles de utilizar; y a la administración del sitio (renovar el contenido, ajustes, respuestas a usuarios) le dedican unas cuatro horas de sus tiempos libres, sacan cuentas García y Andrade.

El sitio de una soda que se apoya en la innovación

A través del sitio y de las redes los clientes pueden ver el menú de la soda, especializado en casados y la comida típica costarricense, así como las ensaladas para clientes que se preocupan más por la alimentación.

Además promueven la especialidad de cada día (por ejemplo, los jueves son de olla de carne y los viernes de arroz con pollo) y reciben cotizaciones mediante un formulario donde el interesado indica sus datos y puede incluir una foto de lo que quiere si no está en el menú.

También promueven comidas típicas durante las festividades, como en setiembre para la conmemoración de la Independencia, y el menú especial para los días de la Madre, de las Culturas, Navidad, y la Amistad.

Utilizan un blog donde dan consejos prácticos sobre alimentación, mientras en las redes promueven cada entrada en ese blog y las actividades especiales.

Además se apoyan en fotografías y vídeos, y la información está en español e inglés, tarea de la cual Ana Ruth Andrade –la hija y quien estudió secretariado bilingüe- es la encargada.

No tenemos recursos, pero hemos querido hacerlo bien”, dice Andrade.

Resultados

“Nos ha ayudado a posicionarnos”, responde García. “Antes estábamos como aislados. Ahora nos sentimos incluidos. Hay gente que no cree que una empresa con un servicio tradicional esté en la Web”

Al principio los clientes no contestaban, pero con paciencia mandando información y respondiendo los correos se logró que ellos reconocieran el canal. Por semana, al menos tres y hasta cuatro de los comensales mencionan que vieron la información en Internet.

La labor de Andrade no solo es difundir el menú, las entradas al blog y las actividades a través de Facebook y Twitter. También recoge las opiniones de los contactos y retroalimenta con ellas lo que planea.

Y aunque el negocio desde el inicio se formalizó y se lleva con el orden que se necesita, el sitio web ahora ayuda a planificar mejor las compras de los productos y la preparación de los alimentos cada vez que a principios de cada semana publican el menú de los siguientes cinco días.

“Yo únicamente sé cocinar y lo que hago es decirles cuál va a ser el menú de la semana y ellos lo ponen ahí”, afirma María, que reconoce que la presencia en la Web se lo debe a su hija y a su yerno. “Sí ayuda mucho. Tenemos clientes que son ejecutivos, gente que están en eso de Internet, que entienden y se meten. Si supieran que no sé nada”.