Vivir en el extranjero y perder el trabajo, fuerte motivación para abrir su empresa

El ingeniero costarricense Jaime Cerdas vivía en El Salvador con su familia cuando se quedó sin empleo. Su experiencia en el sector plástico, sumada a la falta de trabajo, lo motivó para iniciar una aventura hoy consolidada en una empresa llamada Mundorep, dedicada a la distribución de productos finales y al reciclaje de materiales plásticos post industriales.

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Marianela Jiménez

A mediados del 2004 el Ing. Jaime Cerdas era un costarricense trabajando en El Salvador para una compañía de capital español; vivía allá con su familia y cursaba una maestría en una reconocida universidad. De la noche a la mañana se quedó sin empleo.

Cuando las situaciones de la vida nos sacan de nuestra zona de confort, es cuando la creatividad del ser humano más se potencializa”, asegura Cerdas, de 39 años, quien en ese momento consideró que su mejor opción era iniciar un negocio de comercialización de materias primas plásticas recicladas, un campo que ya conocía bien.

Antes de lanzarse, Cerdas hizo lo que muchos expertos recomiendan a los que inician con una empresa: no empezar solo. Él se asoció con su amigo, el administrador José Antonio Salas, y juntos echaron a andar Mundorep.

¿De dónde surgió la idea?

Cerdas había notado la necesidad del ingreso de reciclados y que alguien los vendiera localmente. Ya para el 2006 decidieron procesar en una fábrica propia para no depender solo de la importación y poder dar un mejor servicio y tener un stock permanente. Así, a la distribuidora se unió la operación de reciclado plástico. "Sabíamos que si entregábamos la calidad correcta a los productores plásticos íbamos a tener la oportunidad de atender clientes tanto pequeños (25 kg) hasta las grandes fábricas de la región (que compran contenedores completos de material)".

Sobre la necesidad o no de socios y la búsqueda de capital para arrancar, Cerdas consideró que contar con un socio "no es indispensable", pero aseguró que en el caso de Mundorep, él y Salas se han dado cuenta que la unión "nos ha permitido potencializar las virtudes que cada uno de los dos tenemos".

Reconoce que al iniciar, el acceso a créditos fue un obstáculo. "Echamos mano de lo que pudimos: mi liquidación, nuestros ahorros de la vida, prestamos familiares, tuvimos el apoyo de un socio capitalista que nos ayudó por un poco más de un año, básicamente de todo lo que pudimos". Incluso recordó que algunos meses ellos decidían no cobrarse sus salarios con tal de poder pagarle a algún proveedor o cubrir los salarios primero.

Desde entonces, la empresa no ha parado de crecer. De ser solamente tres personas (ellos dos y un colaborador), en la actualidad tienen contratadas a 34 personas y de distribuir una línea con siete productos pasaron a ocho familias y más de 1.600 artículos. La producción en la recicladora aumentó de 10 toneladas mensuales, a más de 100 toneladas y de una bodega de 100m2 donde empezaron, ocupan hoy día un área de 600m2.

El éxito hasta ahora, según Cerdas, ha estado en crecer "de una forma sostenida y sana, con metas claras, que a la vez podamos ir financiando cada paso con el mismo crecimiento. Sabemos que nuestra empresa está en proceso de consolidación y por esto reinvertimos todas las utilidades en el mismo negocio, somos cautos con las inversiones que realizamos y cuidamos mucho del flujo de caja".

El otro secreto está en la relación cercana y de confianza con su entorno. "Gran parte del crecimiento lo debemos al aporte de colaboradores, clientes y proveedores, porque con su esfuerzo y apoyo hemos logrado cumplir nuestra misión, que es ser el mejor empleador para nuestros colaboradores, el mejor proveedor para nuestros clientes y el mejor cliente para nuestros proveedores y todo esto en armonía con el medio en el que nos desarrollamos", apuntó el empresario.

¿Qué hace Mundorep?

Esta empresa, ubicada en Heredia, mantiene dos líneas: una es la distribución de productos finales (como manguera poliducto, plástico negro, botas de hule, escobas, entre otros), la otra es el reciclaje de materiales plásticos post industriales para elaborar materia prima, de calidad “Mundorep”, que de acuerdo a Cerdas, es una calidad apropiada para ser utilizada por la industria plástica en la producción de productos alternativos, por ejemplo forro de cable de PVC flexible del que se fabrican suelas de zapato.

Trabajan además materiales como los polietilenos, tanto de baja como de alta densidad para soplado de película y polipropileno de inyección, que se vende en su mayoría para productos que no entran en contacto con alimentos, como escobas o ganchos, así como también PVC flexible. En el caso del polietileno de baja densidad lo venden para la elaboración de bolsas de basura o material de cobertura (los rollos de plástico negro que se consiguen en las ferreterías).

En resumen, ellos recuperan los desechos plásticos post industriales que generan las empresas, sean envases o películas. Si esa empresa no quiere contaminar, lo entrega y Mundorep se encarga de recuperar ese tipo de material, procesándolo para generar nueva materia prima.

Próximos retos

Cerdas comentó que para finales de este año esperan la llegada de una nueva máquina peletizadora, que es la procesadora usada para la fabricación de materia prima plástica, que utiliza tecnología de punta y multiplicará por cuatro la capacidad instalada de la actual planta. “Eso nos permitirá mejorar la eficiencia y calidad de nuestros productos”, resaltó.

Esa adquisición, junto a la ampliación del negocio de distribución, los obligará al traslado a unas instalaciones más grandes, por lo que están valorando comprar o construir, al tiempo que esperan reforzar sus esfuerzos en la exportación, que ya realizan al resto de Centroamérica, para lo cual cuentan con una oficina distribuidora en El Salvador.

"Seguimos trabajando en cumplir uno de nuestros sueños, que es elaborar más productos finales con nuestra propia materia prima plástica reciclada", finalizó Cerdas.