Apple modera su ambición de crear un carro autónomo

El proyecto Titán nació con la meta de producir vehículos que desafiaran a Detroit. Ahora sus ingenieros se concentran en la tecnología de conducción autónoma

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Conforme nuevos empleados se sumaban a la iniciativa secreta de Apple para crear un vehículo autónomo, los gerentes les decían que trabajaban en el siguiente gran proyecto de la empresa: un producto que desafiaría a Detroit.

Hoy, las ambiciones automotrices de Apple son más modestas. La empresa eliminó la idea de un vehículo autónomo de marca Apple y en vez de eso está trabajando en la tecnología base que permita que un auto se conduzca solo. Timothy D. Cook, el director ejecutivo de la empresa, dijo en una entrevista con Bloomberg en junio que Apple se está “enfocando en los sistemas autónomos”.

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Un símbolo notable de esa reducción es un servicio de transporte autónomo que traslada a los empleados de un edificio de Apple a otro. El transporte, del que no se ha informado antes, quizá será un vehículo de un fabricante de autos y Apple lo usará para probar su tecnología de conducción autónoma.

Cinco personas que conocen el proyecto de Apple bautizado como “Titan”, hablaron con The New York Times acerca de los traspiés que provocaron que el gigante de la tecnología decidiera —al menos por ahora— renunciar a la creación de un vehículo autónomo de Apple y en vez de eso desarrollar la tecnología para un auto que alguien más fabrique. Hablaron con la condición de mantener su anonimato porque no tenían permiso para hablar en público sobre los planes de Apple.

Ir con la corriente

La escala reducida del proyecto alinea a Apple de manera más cercana con otras empresas de tecnología que están trabajando en tecnología de conducción autónoma pero que no están fabricando autos. Incluso Waymo, la empresa desarrolladora de vehículos autónomos de Google, que quizá es la más avanzada de las compañías de Silicon Valley en este tema, ha señalado en varias ocasiones que no planea producir sus propios autos.

Los vehículos de prueba de Apple transportarán a sus empleados entre sus diversas oficinas.

La nueva iniciativa se llama PAIL, una abreviatura de “Palo Alto hacia Infinite Loop”, la dirección de la oficina principal de la empresa en Cupertino, California, que se encuentra unos cuantos kilómetros de Palo Alto.

El servicio de transporte interno, que aún no está en funcionamiento, sigue el ejemplo de Waymo, Uber y otras empresas automotrices que han estado haciendo pruebas con vehículos autónomos en calles citadinas.

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Apple tiene un historial de probar la tecnología hasta que sus ingenieros tienen claro qué hacer con ella. Por ejemplo, la empresa trabajó con pantallas táctiles durante años, antes de que la tecnología fuera parte esencial del iPhone.

Sin embargo, la escala inicial de las ambiciones que Apple tenía para crear un proyecto de conducción autónoma fueron más allá de probar o crear tecnología subyacente. El proyecto Titan comenzó en 2014, y en él participaron muchos veteranos de Apple. La empresa también contrató a ingenieros con experiencia en la fabricación de autos, y no solo en el software que tendría un vehículo autónomo.

Fue un enfoque típico de Apple, basado en hacerlo todo y que prefiere controlar cada aspecto de un producto, desde el software que lo controla hasta la apariencia y el estilo del hardware .

Los empleados dedicados al proyecto Titan consideraron muchos detalles. Eso incluyó puertas motorizadas que se abrían y se cerraban sin hacer ruido. Estudiaron maneras de rediseñar el interior de un auto sin volante ni pedales, y trabajaron en añadir realidad aumentada o virtual a las pantallas del interior.

El equipo trabajó en un nuevo sensor de detección de luz y medición de distancias, también conocido como lídar. Los sensores lídar sobresalen de lo alto del auto como un embudo y son esenciales en los vehículos autónomos. Apple, enfocado en los diseños limpios, quería deshacerse del cono.

Apple incluso consideró reinventar el volante. Un equipo dentro de Titan investigó la posibilidad de usar volantes esféricos —redondos como un planeta—, en vez de los tradicionales en forma de rueda, porque los volantes esféricos permitirían un mejor movimiento lateral del auto.

Sin embargo, el proyecto automotriz se topó con problemas y se detuvo debido a su tamaño y la falta de una visión definida de lo que Apple quería en un vehículo.

Los miembros del equipo se quejaron de prioridades cambiantes y fechas límite poco realistas. Hubo desacuerdo respecto de si Apple debía desarrollar un vehículo totalmente autónomo o semiautónomo, es decir, que pudiera conducirse solo a través de algunos tramos para dar el control al conductor.

Steve Zadesky, un ejecutivo de Apple que estuvo a cargo de Titan, quería ir tras la opción semiautónoma. La gente en el equipo de diseño industrial, incluyendo a Jonathan Ive, el jefe de diseño de Apple, creía que un vehículo completamente autónomo le permitiría a la empresa rediseñar la experiencia del automóvil.

Un debate similar se dio por años en la iniciativa del vehículo autónomo de Google. En esta iniciativa, el vehículo completamente autónomo ganó, principalmente porque a los investigadores les preocupaba que no se pudiera confiar en la capacidad de los conductores para retomar el control en una emergencia.

Aunque Apple no había resuelto muchos de los elementos básicos, por ejemplo cómo funcionarían los sistemas autónomos, un equipo ya había empezado a trabajar en un sistema operativo llamado CarOS. Hubo un feroz debate acerca de si debía programarse usando Swift, el lenguaje de programación de Apple, o el estándar de la industria, C++.

Zadesky, quien trabajó en el iPod y el iPhone, terminó por abandonar Titan y pidió permiso para ausentarse por motivos personales en 2016. Aún está en Apple, aunque ya no está involucrado en el proyecto. No pudimos comunicarnos con Zadesky.

Bajar el perfil

El año pasado, Apple comenzó a frenar el proyecto. La empresa eligió a Bob Mansfield, un veterano que durante años había dirigido la ingeniería de software de algunos de los productos más exitosos de Apple, para que supervisara el proyecto Titan.

Mansfield detuvo planes para fabricar un auto y enfocó el proyecto en la tecnología subyacente de conducción autónoma. Despidió a algunos miembros del equipo de hardware , aunque el número exacto de empleados dedicados a trabajar en la tecnología del auto no era claro.

Recientemente, el equipo ha crecido de nuevo, pues se ha añadido a personal con experiencia en sistemas autónomos, en vez de producción de autos.

La incursión precipitada de Apple en el mundo de los vehículos autónomos destaca uno de los desafíos más grandes que enfrenta la empresa: encontrar el siguiente producto novedoso.

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Mientras Apple celebra el décimo aniversario del iPhone, la empresa sigue dependiendo en gran medida de la venta de teléfonos inteligentes para crecer. Ha presentado nuevos productos y ha expandido los ingresos obtenidos mediante sus servicios, pero los iPhone siguen conformando más de la mitad de sus ventas.

En abril, el Departamento de Vehículos Motorizados de California le otorgó a Apple un permiso para que la empresa pueda probar la tecnología de conducción autónoma en tres vehículos utilitarios deportivos Lexus RX 450h modelo 2015. Habrá un conductor de seguridad monitoreando el auto durante las pruebas.

Aunque muchas empresas están yendo tras la tecnología de conducción autónoma y la ven como un parteaguas para la transportación y la propiedad de autos, nadie ha averiguado cómo generar ganancias todavía.

Ahora que las expectativas se han redefinido y el equipo está más enfocado, quienes participan en Titan dijeron que la motivación había mejorado bajo el mando de Mansfield. Aun así, uno de los desafíos es retener a ingenieros talentosos porque la tecnología de conducción autónoma es una de las más novedosas en Silicon Valley, y Apple no es la única empresa trabajando en ella.