Banda ancha se queda estrecha en Costa Rica

El país tiende redes de Internet ultraveloz pero camina lento hacia su ejecución

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La realidad de las conexiones a Internet en el país es paradójica. Aunque deberían ser ultrarrápidas y de banda ancha teniendo en cuenta los recursos que ya están disponibles, su ejecución se volvió lenta y la calidad de la banda ancha se queda estrecha para las necesidades de los usuarios.

Al menos un 10% de la población costarricense debía contar con una conexión de 2 Mbps para finales de este año, según la Estrategia Nacional de Banda Ancha planeada por el Viceministerio de Telecomunicaciones en la anterior administración.

El cumplimiento de este objetivo se quedó estancado en menos de un 50% desde el 2013, confirmó Allan Ruiz, actual viceministro.

Entre otras razones, porque la Comisión creada para gestionar el cronograma de la Estrategia nunca sesionó.

Aunque el plan pretendía disponer de $306 millones para lograr los objetivos propuestos hasta el 2016, el Viceministerio carece de información para contestar cuánto ha invertido el Estado.

“Se ha hecho muy poco”, comentó el viceministro.

A falta de un ente gubernamental que impulse el desarrollo, las empresas públicas y privadas de servicios tampoco han concretado sus planes de llevar fibra óptica hasta el hogar.

Las justificaciones son múltiples: falta de acuerdos entre dueños de la red y operadores, competencia escasa, demanda insuficiente, altas inversiones. Sin embargo, el resultado es igual.

Con el mismo tipo de cable de red que se utiliza ya en Costa Rica, Santa Mónica en California ha logrado llevar conexiones de hasta 100 Gbps a la población, mientras el país se queda con menos de 20 Gbps, conexión que solo llega a las empresas.

De hecho, solo el 0,38% de los clientes de Internet fijo contaban con este servicio para el 2013.

La fibra óptica es el medio de transmisión ideal para llevar conexiones ultraveloces hasta el hogar o las empresas, pues el transporte va directo desde los servidores hasta su destino, sin necesidad de pasar por nodos intermedios que dependan de energía eléctrica.

Su principal beneficio en comparación con los cables de cobre es que, aunque recorra largas distancias entre un punto y otro, la calidad sigue siendo la misma. No hay atenuación entre el origen y el destino de las comunicaciones, explicó Max Elizondo, de la Unidad de Tecnología de Información de la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH).

“Los usuarios que reciben 1 Mbps dicen que lo perciben como si estuvieran recibiendo 3 o 4 Mbps”, agregó Elizondo.

La ESPH es una de las compañías que inició el despliegue de fibra óptica y ya cuenta con 300 kilómetros de cobertura entre entre Heredia y Alajuela.

Por el momento, ofrece el servicio únicamente a empresas (hasta 10 Gbps) y tiene un proyecto piloto de servicios residenciales, con un máximo de 100 Mbps.

Hasta el 2013, la mayor cantidad de suscriptores a redes de fibra óptica se repartían entre Tigo (51%) y Racsa (44%).

Tigo provee el servicio a más de 1.000 empresas con 8.000 km de cobertura, según confirmó la gerencia de Asuntos Corporativos.

Racsa, por su parte, rechazó dar información por considerarla estratégica. Sin embargo, en el estado financiero consolidado del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), propietario mayoritario de Racsa, consta que la entidad cuenta con una red de fibra óptica de 300 km. El ICE planea adjudicar el proyecto Range antes de que termine el año, para desarrollar un sistema similar.

Modelo de negocio

Los planes de llevar fibra óptica hasta el hogar ya existían desde hace tres años, pero la carencia de un modelo de negocio rentable los ha estancado.

Racsa, la Municipalidad de Curridabat, la ESPH y la homóloga de esta en Cartago (Jasec), tenían la intención de construir “redes neutrales” de fibra óptica por las que se transmitirían servicios (televisión, teléfono, Internet, seguridad, cobro de recibos) de distintos operadores.

El trato parecía tener mucho sentido pero, si se hila más fino, el panorama pinta mucho más complejo. Una empresa que provee servicios construye una red para que sus competidores la alquilen y viajen a través de ella ofreciendo exactamente lo mismo.

¿Soporta el mercado costarricense una sana competencia en estas condiciones? La experiencia de los operadores de Internet móvil pareciera indicar que, por ahora, no es tan fácil utilizar infraestructura de otros para ofrecer telecomunicaciones.

Los obstáculos, entonces, van mucho más allá de las altas inversiones que deberán hacer los dueños de la infraestructura.

“Es una cuestión de cultura: no logramos completar los planes por todos esos intermediarios que al final no se ponen de acuerdo”, argumentó Luis Amón, vicepresidente de la cámara Camtic.

La factibilidad se enmarca también en un contexto de mercado en el que la competencia aún no se establece como modelo dominante, sino que prevalece un oligopolio territorial.

“Hay más de cien operadores, pero cada uno tiene su pequeño territorio”, comentó Édgar Mora, alcalde de Curridabat.

En estas condiciones, los incentivos para que las empresas privadas inviertan son escasos, pues ya tienen su porción de mercado asegurada.

Para motivar a los oferentes hay que empezar por la demanda, apuntó Gilles Maury, gerente de consultoría de Deloitte.

Estimular el consumo de servicios por Internet, como Gobierno electrónico, y masificar el uso de las herramientas digitales en la educación son dos formas de crear una presión desde la demanda, agregó Maury.