Barcelona, la capital de la revolución del aparato inteligente

Dispositivos conectados, nube y wearables cambian negocio

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Barcelona, España. Ya no se trata de ficción y prototipos. El Mobile World Congress (MWC) 2014 mostró que la era en que todo adquiere inteligencia ya llegó: carros, ropa, casas, servicios y ciudades se conectan a Internet y ofrecen experiencias mejoradas a la gente.

Con el Internet de las cosas, también cambia el modelo de los operadores y de las industrias en general. Vemos alianzas entre sectores que no se hablaban antes. Compañías de seguros y telefónicas. Equipos de fútbol, como el FC Barcelona, y gigantes tecnológicas como Intel. Y los emprendedores tiene un nuevo papel, lleno de apuestas y búsqueda de nuevas ideas. start-ups

Además, empiezan a surgir preguntas sin respuesta, como el valor y el uso de los grandes cúmulos de datos que suben a la nube.

El MWC, que se realizó la semana pasada en la ciudad condal, marcó un récord de visitación –85.000 asistentes– y dio casi igual protagonismo al Internet de las cosas y a los dispositivos móviles.

Por ello, Jon Fredrik Baksaas, presidente de la GSMA (organización que representa intereses de compañías celulares en el mundo), fue enfático cuando dijo que el negocio hoy está en estos temas, al inaugurar la feria.

El reto: crear un ecosistema integrado por operadores, fabricantes, desarrolladores y creadores de contenido.

A la vuelta de la esquina

Las declaraciones de los líderes de la industria, personalidades y la caminata por los extensos pasillos del campo ferial evidenciaron el poder que adquieren los productos y servicios al integrar un SIM (tarjeta celular) y conectarse a Internet.

Por ejemplo, la exhibición de la Ciudad Conectada reunió a los jugadores de un equipo de basquetbol que vestían uniformes con sensores inteligentes, que emitían datos de su rendimiento para optimizarlo.

Allí también estaba el automóvil para ciudad 100% eléctrico, BMW i3, que tiene empotrado un SIM que cambia la experiencia de transitar por las calles. El conductor observa en un mapa, en la pantalla ubicada en el dash , el rango de autonomía, de acuerdo con la carga de electricidad y ubica las estaciones de recarga más cercanas.

La fabricante alemana introdujo el automóvil a las calles europeas al finalizar el 2013.

En otra zona de la feria, el fabricante de chips Qualcomm enseñó su versión de una casa inteligente. Todos los dispositivos y periféricos del comedor, la cocina, el cuarto del bebé y la sala de entretenimiento están conectados entre sí con tecnología inalámbrica. El usuario maneja los espacios desde un dispositivo y recibe notificaciones sobre lo que sucede en su hogar.

Es un mercado boyante. En el 2013, 11,3 billones de dispositivos estaban conectados y se duplicarán en el 2020 a unos 25,7 billones de aparatos conectados, según el informe de GSMA Intelligence sobre la Economía Móvil 2014.

GSMA Intelligence predice que los dispositivos inteligentes serán el elemento clave de una “nueva categoría de servicios”que mejoran la calidad de vida y la productividad de consumidores y empresas, al vincular el “mundo físico y digital”.

“Este negocio no le corresponde solo al operador (que provee la conexión a Internet). Otras industrias juegan un papel importante”, comentó Daniel Ramos, analista de Pyramid Research.

“En América Latina, el Internet de las cosas representará un 10% de los ingresos de los operadores en cinco años y se elevará al 20% en 20 años”, destacó.

En este nuevo ambiente, las alianzas resultarán claves para mejorar el servicio al consumidor y diferenciarse. Por ejemplo, las pólizas de los automóviles unen a las compañías telefónicas y las aseguradoras.

Los proveedores de seguros pueden utilizar la tecnología para ubicar el carro y minimizar el riesgo de robo. También la tecnología hoy permitiría conocer el comportamiento del conductor en carretera en tiempo real y utilizar esos datos para crear un perfil personalizado.“En este caso, las operadores no se van a meter en el negocio de asegurar; mientras, las aseguradoras necesitan de esta tecnología”, dijo Ramos.

Esta nueva era también implica que la comunicación puede darse entre cualquier cosa para generar nuevas experiencias. Con ello, el smartphone , como soporte de la comunicación, se diluye para dar paso a la tecnología que se lleva puesta ( wearables ).

La llamada incómoda

Para Genevieve Bell, antropóloga de Intel, el Internet de todas las cosas abre muchas preguntas. Entre ellas, si los individuos estarán cómodos al estar siempre conectados y monitoreados.

Incluso, en una conferencia con emprendedores, añadió: ¿cómo se sentiría un individuo si sus dispositivos, que lo conocen por sus datos, “murmuran” de él?

Jesper Rhode, jefe de marketing de Ericsson para América Latina, aseguró que el usuario debe tener claro quién es el proveedor en este nuevo mundo de servicios. “En un carro conectado, usted tiene tres proveedores: el fabricante, el operador que da la conexión y el proveedor del servicio (como entretenimiento)”, detalló.

Empero, uno de los aspectos más importante son los datos personales que acumulan en la nube, mediante los wearables y las redes sociales. Hay grandes nebulosas sobre quién tiene acceso y control sobre ellos.

Preguntas que se deben contestar sobre la marcha de esta inevitable revolución de dispositivos, que ya está llamando.