Bioinformática permitirá desarrollo de tratamientos y fármacos personalizados en Costa Rica

Nace en el país la primer empresa de bioinformática de Centroamérica

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Una nueva área de la tecnología se asentó en Costa Rica y pretende convertirse en punto de referencia para la región centroamericana.

Se trata de la bioinformática, nicho que –como si se tratara de una orquesta– reúne a ciencias como la biología, la computación y las tecnologías de la información.

En Costa Rica, la orquesta ya ejecuta esta partitura y con ella la posibilidad de realizar perfiles de la expresión genómica. Los resultados facilitan el desarrollo de tratamientos y fármacos personalizados, tal y como se realiza en países con amplio camino recorrido, como España.

La batuta en la región la lleva la recién inaugurada Indromics Bioinformatics, primera empresa de biotecnología de Centroamérica. El propósito de la compañía es encargarse de la gestión, el procesamiento de tratamientos y el análisis de datos biológicos.

Este es el primer paso en una Centroamérica sedienta de avances en los campos de ciencia y tecnología. Guatemala y Honduras siguen con atención e interés los aciertos de Costa Rica, tanto en el área académica, como en la empresarial.

El ADN en el producto

Con una inversión de $100.000, la compañía costarricense inició operaciones en noviembre anterior.

La empresa tiene capacidad para desarrollar tecnología para lectura y análisis de datos biológicos, especialmente de genomas de cualquier organismo: de humanos, de plantas, de animales e insectos.

Los análisis permitirían la detección de algunas variables, entre ellas mutaciones o metabolición y también acelerar, por ejemplo, las pruebas de ensayo de fármacos.

Los proyectos por realizar se relacionan además con el análisis de asociaciones de variantes polimórficas en poblaciones y de muestras de ADN para concluir cuáles son las mejores características del ganado, por ejemplo.

El análisis del sistema de información genómica permitiría también diagnósticos para procesos cancerosos, así como tratamientos y terapia personalizada.

“Nuestro modelo de negocio está basado en la estabilidad de la molécula del ADN y sus redes sistemáticas complejas asociadas”, explica Allan Orozco, gerente general de Indromics Bioinformatics, del grupo empresarial Tecapro.

Nuevos genes para educación

La apertura de la empresa llegó acompañada de un respaldo académico, según explicó Orozco, también profesor e investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Como el reto es convertirse en el país líder de Centroamérica, la UCR abrió desde el año pasado una maestría en bioinformática.

Actualmente son 30 los profesionales que cursan el programa académico, entre ellos farmacéuticos, microbiólogos, biotecnológos y matemáticos.

Con el impulso de la maestría, nació también la idea de crear la primera Red Centroamericana de Bioinformática, que dio sus primeros pasos en el 2011.

El objetivo de la Red fue introducir la bioinformática con más fuerza en la región.

“La UCR anunció la actual maestría y la Universidad del Valle (Guatemala) también se involucró con varios proyectos, así como la Universidad Autónoma de Honduras” detalló Orozco.

En Costa Rica, se inauguró posteriormente la Red Nacional de Bioinformática, proyecto en el que participa el Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio) y la Universidad privada Earth.

Para el mundo

Uno de los avances logrados por la Universidad de Costa Rica es la posibilidad de ofrecer servicios bioinformáticos en un servidor.

La plataforma está basada en una colección de servicios web para análisis de datos biomédicos con tecnología bioinformática.

Mediante el registro, el usuario encontrará flujos de trabajo para la automatización de etapas de un proceso de análisis en biología computacional en nube.

Se trata de la primera vez que servidores en América Latina –validados por la Universidad de Penn– proporcionan los servicios en la región.

Los servicios se encuentran homologados con instituciones como Curie (Francia), Max Society (Alemania) y Harvard Stem Cell Institute.

Vacíos por llenar en la cadena

Uno de los principales retos en el país se relaciona con la legislación actual en materia de genes.

“La legislación debe revisarse en el país, desde el punto de vista de la sensibilidad de la información genómica de los ciudadanos. El vocabulario genómico debe ser controlado, dependiendo del factor de impacto social hacia el ciudadano”, recomendó Orozco.

A pesar de la creación de la maestría en bioinformática, otro de los retos se relaciona con la oferta de carreras tecnológicas.

“ La oferta es insuficiente, tanto en calidad como en cantidad. Los planes de estudio evolucionan muy lentamente”, dice Alexander Mora, presidente de la Cámara de Tecnologías de Información y Comunicación (Camtic).

En su criterio, la brecha de talento sigue aumentando y eso está costando puestos de empleo y exportaciones.

Algo que un adecuado manejo de la bioinformática puede ayudar a limitar.