La considera la moneda del futuro, pero no rechaza ninguna de las fuertes críticas que recibe este modo de pago electrónico.
Es contundente, y con cualidades de profesor, asegura que se trata de una nueva tecnología que no reemplazará ninguna moneda, pero que será una interesante alternativa.
La defiende en uno de sus peores momentos: su valor es casi la mitad de lo que valía en su punto máximo. A ello se une el cierre de la plataforma de intercambios MtGox, en Tokio.
Ramírez estuvo en Costa Rica para brindar el seminario “Nuevas monedas digitales, ¿el dinero del futuro?”, y conversó con EF.
¿Cómo describiría el momento que vive el bitcoin?
Como toda tecnología nueva, se encuentra en un proceso que va pasando de que unos pocos la conocen, a que muchos la adopten en sus transacciones comunes y corrientes. Se encuentra en una etapa de adopción.
Pero la moneda se encuentra en su peor crisis...
Sí, porque acaba de declararse en quiebra una empresa que se dedicaba al intercambio de bitcoin . Eso representa una enorme oportunidad para profesionalizarla e institucionalizarla.
¿A qué se refiere con profesonalizar e institucionalizar?
A la incertidumbre. Por tratarse de una moneda nueva, el mercado no ha sabido cómo enfrentarla. Con esta situación las autoridades van a verlo como una experiencia más cercana y van a tener que establecer reglas.
¿Sugiere la regulación?
Sí, claro, específicamente en temas fiscales.
Pero la no regulación es una de sus principales virtudes...
Una cosa es que no la emita una autoridad y otra que no se necesita una regulación para su uso.
La crisis evidencia fallas de regulación y lanza dudas sobre su viabilidad...
Es necesaria una regulación más formal. El problema que se presentó fue más de la empresa, que del bitcoin .
No la llevó a la ruina, pero en este momento su valor es casi la mitad de lo que valía en su punto máximo ¿Es un fracaso?
No. Lo veo como algo natural en un proceso de adopción de una nueva tecnología que aún tiene obstáculos por superar.
Pero eso atemoriza a los inversionistas.
Atemorizó a quienes la usan como inversión apostando a que iba a subir, no a los que la usan como medio de pago.
¿Cómo enfrentar la volatilidad del precio?
Tiene que ver con que están en manos de pocas personas. De hecho, el 50% de las monedas en circulación las tienen menos de 1.000 personas. Es necesario estar consciente de qué se quiere hacer con ella, si la persona quiere ahorrar, pagar o invertir.
Si es una moneda volátil y riesgosa ¿por qué usarla?
Su grado de confidencialidad es una de sus principales virtudes. El costo de recibir pagos es muy bajo. Los proveedores aceptan bitcoin sin sufrir ningún tipo de volatilidad. El empresario gana clientes en cualquier parte del mundo, con transacciones exentas de comisiones. Si hablamos de un usuario, podrá aprovechar descuentos, saber que no tendrá que brindar mucha información personal para utilizarla.
¿Cómo debería ser la regulación entonces?
Como con cualquier otra moneda. Hay un mercado que compra, y si hay mucha demanda, el precio sube. Si la demanda baja, el precio baja. Lo que se mueve mucho es la demanda, no la oferta, porque la máxima cantidad de monedas en el mercado está determinada. Se estableció un tope que es de 21 millones de bitcoin , y se espera alcanzarlo en 50 años.
¿Está condenada a ser una moneda de diversión?
No, es un uso, pero no se limita a eso. Hay empresas serias que la aceptan, empresas que registran ventas mayores a los $1.000 millones al año como Overstock.
¿Ve su presencia en áreas como fondos de pensiones?
¡Sería una locura al ser tan volátil y riesgosa!
¿El futuro de esta moneda?
No la veo como un sustituto de ninguna moneda, pero se va a convertir en una alternativa interesante como medio de pago porque permite confidencialidad, porque es un sistema de pago más barato y eficiente y las transacciones no son reversibles.