El desarrollo del Long March 9, un sistema de lanzamiento reutilizable de tres etapas, es la respuesta de China a los avances en el campo espacial sobre todo a los avances de Starship, de SpaceX. Con esta apuesta, el país asiático refuerza su lugar en el podio de las potencias espaciales.
El vehículo es capaz de transportar hasta 160 toneladas en carga útil a la órbita terrestre baja y hasta 53 toneladas a la Luna. Es importante mencionar que el Long March 9 es una evolución del Long March 5, una nave de lanzamiento más pequeña que tuvo problemas con reingresos sin control a través de la atmósfera terrestre.
El Long March 9 tendrá una altura de 114 metros, un diámetro de 10,6 metros y se moverá con 30 motores en su primera etapa, cuatro motores en su segunda etapa y un motor en su tercera y última etapa. Aunque el Starship tiene una configuración de 33 motores en la etapa principal, las comparaciones en este punto pueden ser en vano si no las enfrentamos a los valores de empuje reales de cada uno de ellos.
Aunque todavía se desconocen muchos detalles del Long March 9, la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China asegura que los motores de las tres etapas están casi terminados. Además, el Instituto de Propulsión Aeroespacial de Pekín ha anunciado que también está listo el tanque de combustible principal del cohete, tras más de seis años de trabajo.
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El proyecto del Long March 9 parece avanzar a paso firme, aunque todavía tiene un largo camino que recorrer. La maqueta exhibida en el Zhuhai China Air Show muestra su diseño exterior, pero aún quedan muchas incógnitas. Según el cronograma del proyecto, el primer vuelo de prueba del Long March 9 debería tener lugar entre 2030 y 2033, y será similar a la que realizó SpaceX recientemente con su Starship.