Científico tico explorará en Costa Rica la cura del cáncer

Laboratorio preclínico desarrollará tratamientos para combatir diferentes tipos de tumores malignos

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Con una patente en mano para los próximos 20 años, el costarricense Christian Marín Müller gesta la idea de abrir un laboratorio preclínico para desarrollar tratamientos que permitan combatir el cáncer de páncreas.

Se trata de un proyecto con una inversión inicial que ronda el millón de dólares y en el que se desarrollarán las pruebas preclínicas para dar tratamiento a este y otro tipo de tumores. Las fases siguientes ( test en humanos), se realizarían en Estados Unidos.

El costarricense pretendía hacer realidad en Costa Rica la totalidad de los procesos; sin embargo, la legislación actual se lo impide.

Aunque todavía espera por el apoyo económico, Marín asegura que el laboratorio será una realidad para mediados del 2014.

Fase preclínica

A Marín se le atribuye el descubrimiento de un tratamiento con la presencia de la molécula MIR-x1 para hacerle frente al cáncer de páncreas.

Esta molécula está presente en células sanas; sin embargo, disminuye casi a cero en células que desarrollan cáncer, de acuerdo con los estudios del doctor en virología molecular.

La ausencia de MIR-x1 provoca que los tumores crezcan, que se desarrollen metástasis y que las células se vuelvan resistentes a la quimioterapia.

Las pacientes con deficiencia de esta molécula viven muy poco tiempo –un año o menos en promedio– , mientras los que presentan un nivel intermedio viven de 4 a 5 años aproximadamente.

Para lograr un resultado positivo se debe sintetizar las moléculas en el laboratorio para luego reintroducirlas al cuerpo.

Cuando las moléculas entran a los tumores, restablecen el control sobre el cáncer.

“Al reintroducir la molécula y subir los niveles, los pacientes podrán vivir aún más tiempo, o podrán curarse ”, explica Marín.

Todavía hay desafíos pendientes. El proceso requiere la creación de una cápsula especial, que permita el transporte del medicamento a los tumores.

La cápsula se desarrollará por medio de nanotecnología, con material similar al plástico, pero que se desintegra al llegar directamente al tumor.

Para completar esa primera fase se requieren al menos dos años de pruebas en laboratorios, dice el virólogo costarricense.

El personal del laboratorio para la fase preclínica sería de al menos 10 personas.

La siguiente fase consiste en evaluar que la molécula se pueda usar en otros tipos de cáncer, no solo de páncreas.

Investigaciones sin visto bueno

Será una labor que deberá emprenderse fuera del país. “Quisiera llevarme todo para Costa Rica, para aportar más al país porque hay talento... sin embargo, no se puede”, asegura Marín.

En una resolución del 2010, la Sala Constitucional dejó sin efecto los dos reglamentos que normaban las investigaciones clínicas en seres humanos en el país.

Se trata del Reglamento para las Investigaciones en que Participan Seres Humanos (vigente desde marzo del 2003) y el Reglamento para la Investigación Clínica en los Servicios Asistenciales de la CCSS (que rige desde enero del 2005).

La justificación consistió en que los estudios deben estar regulados por una ley de la República, que no existe.

Con estas resolución, la legislación costarricense deja a la deriva iniciativas de investigación en nanotecnología aplicada a mejoras de la salud y al desarrollo de productos farmacéuticos, aún cuando el país se proyecta como punto de referencia para el desarrollo e innovación tecnológica.

La opción para proyectos como el de Marín, consiste en completar sus propuestas lejos de suelo costarricense.

Sin embargo, será el talento costarricense el que incubará los tratamientos para los diferentes tipos de esta enfermedad.