Hace un par de semanas familiares y yo estábamos buscando opciones de centros educativos para mi hermano. Depuramos una lista y comenzamos a consultar precios, horarios de matrícula... Mientras mi mamá consultaba los números de teléfono, yo buscaba los sitios web.
En el proceso me llevé una sorpresa: una de las escuelas no tenía página de Internet.
Para mí eso fue razón suficiente para descartarla.
Mientras que mi mamá me decía que exageraba, yo me cuestionaba si esto se trata de un tema generacional, si es que me tomo muy en serio la atención digital o si realmente está haciendo una tormenta en un vaso de agua.
¡Pero no! Yo quiero tener información sin necesidad de estar llamando y marcar 0 o * para hablar con una operadora. Quiero ver fotos, leer recomendaciones y descargar contenido con un solo clic. Y no creo que esto dependa de la edad. Es un hecho que existen diferencias en las costumbres digitales, pero al final son decisiones que se toman con base en la información que se obtuvo.
Primera impresión Las páginas web transmiten qué tan interesadas están las empresas en sus clientes. Una página responsiva, que sea fácil de navegar y con contenido relevante, da confianza.
No todo se trata de Facebook, o estar creando apps , que en muchos casos ni se descargan porque el espacio del celular es limitado. Las compañías deberían preguntarse: ¿mi aplicación compite con WhatsApp, Facebook, Netflix, Spotify, Waze, como para que mis clientes decidan sacrificar memoria?
El estudio de Red 506 de EF, muestra que el 86% busca información a través de un buscador. Y en este aspecto no influye la edad.
No, el asunto no es meramente generacional. Puede ser que no todos piensen primero en Google para buscar información en sus decisiones de compra pero cuando lo hacen, lo mínimo es que el contenido exista. Y por cierto, esa escuela efectivamente quedó descartada por todos.