Terminando este 2016 no podía dejar pasar este espacio y quise escribir una pequeña reflexión dedicada a los que trabajamos en mercadeo digital.
Día a día nos enfocamos en crear historias, promociones, contenidos interactivos, imágenes y blogs. La mayoría del tiempo tenemos un objetivo claro: lograr el mayor alcance y engagement posible.
Esto último ha cegado a muchos. Y sin querer ser “más papista que el Papa” mi reflexión va directamente hacia ese tipo de campañas.
Todos sabemos que a los ticos le gusta la chota, y no está mal, es parte de nuestra cultura.
Sin embargo, nosotros los encargados de crear campañas y contenido debemos tener muy presente el impacto que puede tener nuestro trabajo.
¿Es realmente nuestro objetivo solo logar buenos números para el reporte del cliente? Ojalá la respuesta siempre sea no.
Con nuestras campañas, debemos ayudar a construir y no destruir. Construir y tratar de mantener patrones positivos, que de algo ayuden a crear cultura, igualdad, buen comportamiento.
En estos últimos meses hemos tenido campañas que, más allá de lo que muchos defendieron porque “lograron su propósito y pusieron a la gente a hablar de la marca, expone patrones que no queremos en nuestra sociedad.
Un fenómeno similar al del presidente electo de EE. UU. Donald Trump. ¿Cuántos decían “es puro marketing ” cuando se referían a sus comentarios sexistas que este hacía? Posiblemente sí, puro marketing . Pero ¿es este realmente el éxito que quiero en mis campañas?
Ojalá para el 2017 veamos más campañas positivas. Que aprovechemos las maravillosas herramientas que tenemos disponibles para viralizar contenidos con valor real. Recomiendo leer la columna de Carlos Cordero donde expone algunos ejemplos que van con el norte que expongo en esta columna.
¡Nos vemos el otro año!