Columna scientia: El cambio climático se reflejará en un cambio en las comidas

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Quizás pueda parecernos un poco extraño ahora, pero el cambio climático también traerá consigo una modificación en el menú de nuestras comidas usuales. La razón es lógica: la agricultura enfrenta el enorme reto de producir más alimentos para una población creciente y con una menor área productiva disponible. Si esto es ya difícil, la complicación será mayor al tener que enfrentar un aumento en la temperatura media (1-2° C en 2-4 décadas), asociado a patrones erráticos de lluvias, que combinan periodos de menor precipitación con eventos extremos de alta precipitación.

La adaptación de la agricultura a este nuevo clima implica mucho más que el simple empleo de variedades de plantas o animales tolerantes al calor. Lograr eso es posible, pero hay un reto adicional: habrá que enfrentar problemas de plagas y enfermedades que aumentarán con un clima más cálido.

Además, algunas de las nuevas variedades podrán adaptarse a periodos de menor humedad, pero no así a los picos de alta precipitación e inundación asociados a los eventos climáticos extremos. Por eso, satisfacer la demanda de maíz, trigo y arroz, los tres principales granos de los que depende el mundo, será un reto gigantesco.

Esta vulnerabilidad de la agricultura moderna se debe, entre otras razones, a que redujimos nuestra base alimentaria desde cientos de especies de animales y plantas comestibles que la humanidad empleaba en épocas anteriores, hasta las veinte o treinta que utilizamos ahora.

La inevitable readaptación de la producción agrícola al nuevo clima conllevará así el ineludible uso de una mayor diversidad de especies comestibles que habían caído en desuso. Por ende, lo que tendremos disponible en cocina y mesa será más diverso de lo que disponemos ahora. Además de una mayor seguridad alimentaria, podremos desarrollar una nueva gastronomía, más nutritiva y saludable que la actual.