Columna Scientia: El futuro de Apple sin Steve Jobs luce opaco

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Recuerdo aquella mañana de la primavera del 2011 en Puerto Madero, Buenos Aires. Había estado enclaustrado escribiendo el día anterior y me levanté tarde, sin ver los noticieros. De carreras camino a la universidad, pasé frente a un quiosco de revistas y los titulares de todos los diarios se hacían eco de una de las noticias más impactantes de la historia reciente del mundo de la tecnología: Steve Jobs moría a los 56 años, dejando un gran legado.

Lo he dicho antes y no me desdigo ahora, Jobs nunca fue santo de mi devoción. Su personalidad siempre me pareció maquiavélica, grosera y tirana. No obstante, siempre le reconocí su empeño perfeccionista y su gran olfato para los negocios.

Hoy, casi tres años después de su partida, el futuro de su empresa se empieza a empañar y la manzana ya no luce tan brillante. El fiasco de los mapas, los fallos en la seguridad y el desgastante juicio contra Samsung son solo algunos temas que lo hacen a uno cuestionarse cómo los hubiese abordado Jobs.

La semana pasada, la cadena de noticias Fox News decía que los directores de la empresa están presionando a Tim Cook para que anuncie de una vez cuál será el próximo gran producto de Apple que los haga de nuevo líderes. La empresa sigue vendiendo millones de equipos, pero los meses recientes no han sido todo lo que esperaban en términos financieros. Además, la última vez que lanzaron una nueva categoría de producto fue en 2010 con el iPad , con Steve Jobs a la cabeza.

Hace unos días, uno de los mejores amigos de Jobs, el director ejecutivo de Oracle, Larry Ellison, no pudo ser más elocuente cuando dibujó con su mano una línea imaginaria ascendente y descendente durante una entrevista dada a la cadena CBS. Ellison dijo que el mundo ya vio lo mal que le fue a Apple cuando despidieron a Steve Jobs y el éxito rotundo que se anotó la empresa cuando regresó.

La manzana sin Steve luce opaca y podría engusanarse.