Columna Scientia: Las enseñanzas de los Pucci

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Un bello pensamiento del autor senegalés Baba Dioum dice que los humanos “conservamos lo que amamos, amamos lo que conocemos y conocemos lo que se nos ha enseñado”. Este pensamiento tiene un profundo sentido para todos los que nos interesamos en que los costarricenses podamos vivir en armonía con la naturaleza.

Lo que dice Baba Dioum adquiere más sentido cuando se liga con las ideas del destacado biólogo y escritor Dr. E. O. Wilson, quien afirma que nos resulta fácil identificarnos con el mundo natural que nos rodea.

Esa capacidad radica en la biofilia, que se puede considerar un instinto natural que se estimula si es acompañado por el conocimiento.

Por eso nos es fácil apreciar y deleitarnos con la belleza de los detalles de las plantas y sus flores, las diversas formas y colores de las aves o con los paisajes de ríos, montañas y mares.

Es en el contexto de estas ideas que la extraordinaria obra fotográfica del Dr. Juan José Pucci y sus hijos, Sergio y Giancarlo, adquiere una dimensión especial.

Solo personas que han cultivado la biofilia, profundamente identificadas con la vida en todas sus formas, pueden captar con el lente de sus cámaras y transmitir en sus fotografías el verdadero amor y aprecio por su país y su naturaleza.

Pero además han logrado algo muy importante: asociar a esa naturaleza los rostros y costumbres de las gentes que viven en los entornos naturales que sus imágenes ilustran. Son los rasgos de una identidad nacional, de una cultura local y nacional ligada a la naturaleza que podemos cultivar aún más.

La obra artística de esta singular familia de fotógrafos y naturalistas, además de distinguidos profesionales, nos enseña a conocer la extraordinaria riqueza natural de Costa Rica, lo cual, como dice Baba Dioum, nos lleva a amarla y por ende a conservarla, algo que requerimos por nuestro propio bien y el de las futuras generaciones.