Columna scientia: Microsoft desarrolla políticas contra el cibercrimen

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En su obra El delito informático , el doctor Diego Salamea dice que la informática es un nuevo poder al que las sociedades tienen que ajustarse dentro de la gran aldea global. Uno de los puntos oscuros de esta globalización digital son los delitos informáticos. Estos no conocen fronteras y ocurren en un anonimato que, muchas veces, resulta ser sinónimo de impunidad.

Ante esta realidad, Microsoft puso en operación el Centro Contra el Cibercrimen en sus oficinas en Redmond en noviembre de 2013. Esta nueva unidad cuenta con un grupo de profesionales que van desde exfiscales y expolicías, hasta ingenieros de sistemas y analistas de inteligencia, que trabajan en estrecha colaboración con la Interpol, Europol y, por supuesto, el FBI.

Además, desarrollan programas de apoyo para empresas como entidades financieras con el fin de capacitarlas en temas de seguridad informática.

La gigante lucha en una cruzada que repasa tres grandes áreas. La primera es el combate contra las botnets ; la segunda es la defensa de los derechos de propiedad intelectual y la tercera es la protección a poblaciones vulnerables como menores de edad y adultos mayores.

En el caso de las botnet, hay ocasiones cuando ciertos actos lesivos no son delito en otras latitudes.Entonces, solo se abocan a cortar las rutas del dinero basados en aquella vieja máxima de Perogrullo que dice que sin plata, no hay negocio.

Contrario a lo que se cree con frecuencia, la piratería no solo afecta a los derechos de la propiedad intelectual, sino que también ataca a quienes adquieren estos productos ilegales.

De acuerdo con un estudio comisionado por Microsoft a la consultora IDC y la Universidad Nacional de Singapur, este año, las empresas en todo el mundo gastarán unos $500.000 millones para paliar el malware que viene maliciosamente instalado en el software pirata.