El acceso a Internet y la tenencia de dispositivos tecnológicos ya no se limitan a la Gran Área Metropolitana (GAM), especialmente el teléfono celular.
Se evidencia una disminución de la brecha digital en las zonas periféricas del país gracias a la mayor oferta de servicios en el mercado de telecomunicaciones y a la baja en los precios de estos servicios.
La conexión y el acceso a dispositivos como celulares, computadoras, televisores, y tabletas es cada vez más fuerte dentro de los hogares costarricenses.
Así lo mostró el más reciente estudio del Programa Institucional Sociedad de la Información y el Conocimiento (Prosic) llamado “Hacia la Sociedad de la Información y el Conocimiento”.
Entonces, de esta realidad ¿qué es lo bueno y lo malo?
Como aspecto positivo resalta que el celular ya no representa ningún tipo de brecha, ya que en todo el territorio nacional se muestra una tenencia de estos dispositivos superior al 90%.
Además, se evidencia un incremento en la posesión de otros dispositivos tecnológicos en todas las regiones del país, excepto en la Huetar Norte.
Sin embargo, aún quedan rastros de brechas que se ven marcadas por el grado de escolaridad y el nivel socioeconómico.
Es decir, hay mayor conexión, pero todavía faltan esfuerzos para lograr que en los hogares se utilice la tecnología como medio para producir y crear a través de niveles educativos adecuados.
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Acortando distancias
El celular, además de la televisión, es el dispositivo con el que no existe brecha de apoderamiento, según datos del Instituto de Estadística y Censos (INEC) en su Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), que se realiza cada año.
De acuerdo con estos resultados, durante el 2016 en todas las regiones del país, nueve de cada diez hogares tenían por lo menos un teléfono móvil. La cifra dista bastante de la computadora, en donde el promedio de la Región Central es que exista una máquina en cinco de cada diez hogares, mientras que para el resto del país la proporción es de tres por cada decena.
Alejandro Amador, investigador del Prosic, afirmó que todavía hay brecha digital, sin embargo, un resultado muy positivo para el país es que por los datos del 2016 no existe brecha en tenencia de celulares por zona geográfica.
La ubicación de los hogares ha incidido durante el tiempo como una barrera de digitalización.
En el caso de tenencia de computadora, en el 2010, un hogar de la zona urbana tenía 70% más de probabilidad de contar con este equipo frente a uno ubicado en la zona rural. Para el año pasado esa probabilidad se redujo al 52%.
“El nivel educativo del hogar y sus ingresos son en definitiva las características socioeconómicas de mayor peso en la brecha digital”, dice el Prosic en su informe.
Si se observa el comportamiento de Costa Rica, el crecimiento en las suscripciones a Internet fijo y móvil ha sido creciente desde el 2012, aunque no con las mejores velocidades.
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La Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel), indicó que las suscripciones a Internet móvil pasaron de 2,7 millones a más de 5 millones en el 2016. En cuanto al servicio fijo se pasó de 448.000 a 636.000 suscripciones en el mismo periodo.
Leda Muñoz, directora de la Fundación Omar Dengo, señaló que si bien es cierto que la sociedad costarricense tiene más acceso a un teléfono y a Internet, todavía hace falta que el uso que se le da a las tecnologías en las nuevas generaciones sirva para el desarrollo de sus competencias.
“Nosotros apostamos a generaciones productoras e innovadoras, pero las velocidades que manejamos nada más son de bajada (descarga de datos) y eso es insuficiente”, acotó Muñoz.
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Hacia la digitalización
La penetración aumenta y según el Prosic, se observa que la mayor reducción de la brecha se dio en la Región Brunca, donde se observó un importante crecimiento en el acceso a Internet, pasando del 45% al 62% entre el 2015 y 2016.
En contraste, el mayor retroceso en Internet ocurrió en la Huetar Norte (única zona que cayó).
Armando Vargas Araya, exministro de Información y Comunicación, afirmó que un optimista querría decir que se muestra un vaso medio lleno por el aumento en los abonados a la banda ancha móvil, las tarifas relativamente asequibles al servicio de comunicación móvil, un par de decretos sobre acceso a la información y datos abiertos, o el ascenso de ciertas posiciones.
Sin embargo, “quienes padecemos las deficiencias del sistema nacional de comunicaciones sabemos que eso es parcialmente cierto pero prácticamente irreal. Ha sido necesario raspar la olla para mostrar avances aislados”, añadió Vargas.
Por su parte, el Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel) y la Sutel, afirman que sus estrategias para reducir la brecha dan frutos y continúan con su plan CR Digital.
Esta estrategia pretende dotar de conexión a los centros educativos, hogares (con Internet y terminal) y espacios públicos.
El anuncio más reciente por parte de Fonatel, fue la instalación de 19.572 dispositivos en centros educativos y de salud ubicados en zonas vulnerables del país y que se financiaron con $8,4 millones provenientes de Fonatel.
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Según el Fondo, al final de su periodo se instalarán 40.000 dispositivos y la inversión total alcanzará $20 millones.
Manuel Emilio Ruiz, miembro del Consejo de la Sutel, dijo que tienen proyectos en ejecución y en funcionamiento en las regiones Huetar Atlántica, Norte, Brunca, Chorotega y Pacífico Central, aunque la tramitación de permisos para construcción de infraestructura ha restado velocidad a la ejecución.
“Estamos seguros que los porcentajes de conectividad en los hogares seguirá creciendo en las próximas encuestas”, señaló Ruiz.
Mientras tanto, la meta ambiciosa del Gobierno es edificar un país que sea inclusivo en el área digital para el 2021.
Dicha meta se sostendría en cuatro pilares: CR Digital, gobierno electrónico, alfabetización en tecnologías e instalar una economía digital.