Desarrolladores de software le apuestan con fuerza al modelo de suscripciones

Modelo de cobro por servicio estabiliza ingresos de desarrolladores y genera ahorros para clientes

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A los desarrolladores de software del país, el dinero comenzó a bajarles de la nube, mes a mes, desde hace un par de años.

La firma nacional de software empresarial con código abierto, Alkaid, es una de ellas. Hoy, un 20% de sus entradas ingresan por la puerta de las suscripciones.

El modelo consiste en vender un servicio por el que se cobra un monto periódicamente, como si fuera agua o electricidad. Sus resultados elevan la rentabilidad de los proveedores y el ahorro de quien se suscribe.

Alkaid es parte del grupo de desarrolladores que le siguen la pista a la tendencia mundial y le apuestan con fuerza a este modelo de ingresos, que en el mundo elevará las ganancias en un 19% para el 2018.

La demanda de estos servicios comenzó a desplazarse hacia la derecha con la crisis mundial, opinan los empresarios, cuando disminuyeron los presupuestos dentro de las empresas y optaron por buscar soluciones más baratas para las áreas de tecnología.

“Es un requerimiento del ecosistema económico”, dice Evelyn Castro, de la empresa nacional de tecnología Codisa.

El software deja de representar un gran gasto de capital y pasa a ser un gasto operativo más manejable para el negocio.

La popularidad de los servicios gratuitos en la nube como los correos electrónicos de Gmail o Yahoo fue uno de los primeros eslabones en la cadena de migración hacia el nuevo modelo.

Grandes empresas del mundo comenzaron a dar el salto un par de años atrás. Adobe, por ejemplo, anunció que migraría toda su suite de edición a un sistema de suscripciones en el 2013.

El cambio en la región Centroamericana ha sido, más bien, escalonado, pues muchas de las financieras (principales consumidoras de software empresarial) prefieren resguardar sus datos y sus programas dentro de sus propios sistemas.

Sin embargo, la demanda creciente persiste. “Si hay un rezago con respecto a otros países es porque somos los desarrolladores los que hemos llegado tarde, pero la demanda está ahí”, argumenta Jeannina Alfaro, consultora de ventas de Oracle Centroamérica.

Mayor rentabilidad

Las ventajas de esta modalidad suelen relacionarse con el uso que hacen de ella los suscriptores al servicio, pero para los proveedores de servicios también representa grandes beneficios.

Mientras antes recibían fuertes ganancias después de mucho trabajo y dejaban de percibirlas durante largos periodos, ahora tienen ganancias escalonadas pero con una mayor permanencia.

TecApro, empresa veterana en el desarrollo de software para empresas en el país, reconoce algunas de sus bondades económicas.

“No hay que comenzar cada mes de cero, de modo que se eliminan mucho los picos de ingresos”, comentó Mary Ellen Jiménez, vocera de la firma.

Tanto las empresas como Codisa o TecApro, que desarrollan software a la medida de sus clientes, como aquellas que crean programas propios y lo comercializan, son parte de la tendencia.

Microsoft, firma global que lidera la migración del software con licencia a la nube, coincide.

“El ahorro en servidores e infraestructura de nube es uno de los escenarios más rentables y atractivos, gracias a la elasticidad que ofrece”, indicó Yuri Porras, gerente de nuevas tecnologías de Microsoft Costa Rica.

Esa permanencia genera fidelización en el cliente, que comienza a demandar otros servicios relacionados, como el resguardo de sus datos y el servicio de mantenimiento de otros equipos.

En este punto coinciden empresas nacionales e internacionales: los clientes tienen mayores canales de comunicación para expresar sus dudas; y los ingenieros, de mejorar sus sistemas.

También es más sencillo para ellos modernizar los programas, pues lo hacen desde su lugar de trabajo y no dependen de las limitaciones de los clientes.

“Es más barato para mí crear soluciones desde la oficina que trasladarme”, dice Jonathan Vargas, gerente de Soluciones de la firma Alkaid.

¿Funciona para todos?

El gran atractivo del modelo de suscripción es evidente: es flexible, es personalizable, es más barato y es más fácil de utilizar.

Además, permite la movilidad y la integración social: la suscripción se adapta al usuario y no a la máquina: los cambios guardados en la nube se pueden visualizar desde todos los dispositivos.

Sin embargo, no todos los actores del mercado pueden migrar.

“Hay ciertos clientes que todavía no se sienten cómodos con el esquema”, dice Alonso Bogarín, de Altus Consulting.

Por normativa, muchas instituciones gubernamentales no pueden sacar sus datos sensibles para alojarlos en equipos ajenos.

Para estas entidades también existen soluciones alternativas: pueden resguardar sus datos en un centro controlado por su personal, pero puede suscribirse para darle mantenimiento al software y programas adquiridos.