¿Emprende? Evite a los monitos y busque a sus gemelos

Columna Conectados

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

De acuerdo a la tradición japonesa, los tres monitos son sabios pues: no ven lo malo 🙈(Mizaru), no oyen lo malo 🙉(Kikazaru) y no hablan de lo malo 🙊(Iwazaru).

Si bien, eso puede hacernos sentir mejor y prepararnos para estados de ánimo más habilitantes; la persona emprendedora debe tener la resiliencia necesaria para poder ver/oír/hablar de lo malo, sin que esto le afecte, especialmente cuando lo malo se refiere a su solución, es más, debe actuar en consecuencia de forma asertiva. Suena complicado ¿verdad? Pues de esa capacidad dependerá su éxito.

Ahora bien, de lo anterior se ha escrito mucho, por lo que me enfocaré en la importancia de ver/oír/hablar de lo bueno y no lo bueno de la propuesta emprendedora… más bien de lo bueno que ya existe y que se constituye en el reto a vencer.

Al evaluar un emprendimiento tengo la costumbre de hacer algunas búsquedas rápidas en mi computadora y frecuentemente doy con elementos que sorprendentemente son nuevos para los mismos emprendedores, eso es imperdonable. No se puede emprender con anteojeras que solo les permiten ver lo que está directamente frente a ellos.

Pasando del japonés al alemán, podríamos decir que otro de los retos relevantes para la persona emprendedora, consiste en encontrar a su Doppelgänger (vocablo alemán para definir el doble fantasmagórico de una persona viva). Si no encuentra algo muy parecido, idéntico o incluso mejor a lo que propone, solo puede haber una conclusión: “No ha buscado bien, ni suficiente”.

El término inteligencia competitiva es explícito, es de inteligentes buscar toda la información relevante sobre su competencia actual.

El ejemplo más dramático que les debo dar, se refiere a las patentes de invención. El desconocimiento al respecto en emprendedores y otros actores es incluso espeluznante (que eriza el pelo). Las patentes son documentos públicos que están disponibles para consulta gratuita en bases de datos cada vez más accesibles, desde Google Patents hasta Espacenet.

Existen más de 65 millones de patentes publicadas, el 80% de su contenido sólo se publicó como patente, el 70% de conocimiento aplicado vigente esta en patentes, sólo una parte de ellas tiene protección vigente (la protección es territorial y no global) y todas resumen el estado de la técnica relacionado.

Si llega a inventar el agua tibia, solo puede haber un responsable… y lo encuentra en el espejo. https://worldwide.espacenet.com