En busca de un futuro para Racsa

Subsidiaria del ICE decae año tras año. ¿Existe todavía un nicho de mercado para la entidad?

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“El peor escenario al que podríamos enfrentarnos con Racsa ya lo estamos viviendo”.

Con esta frase, el abogado especialista en telecomunicaciones Elías Soley resume el criterio de especialistas en tecnología, leyes y negocios: Radiográfica Costarricense necesita encontrar un nicho de mercado, como la televisión digital o un papel como marca acompañante del ICE para sobrevivir.

El Gobierno coincide en que es imperativo tomar una decisión en poco tiempo. El Ministerio de Ciencia y Tecnología (Micitt) recomendó, en su informe de los 100 días, que se conforme una Junta Interventora de Racsa para definir si el negocio es viable o no. Sus integrantes tendrían tres meses para tomar una decisión.

En su propio informe de los 100 días, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) también anotó la necesidad de tomar acciones para replantear “la viabilidad financiera de Racsa” y estableció como fecha límite el segundo semestre de este año.

Sin embargo, el director de comunicación del ICE, Elberth Durán, comentó que no será necesaria la conformación de una junta que intervenga a la subsidiaria.

“Ya se tomaron acciones que impactan de mejor manera en una empresa en marcha sin tener que llegar a lo que se conoce como una intervención propiamente”, manifestó mediante un correo electrónico.

La jerarca del Micitt, Guisela Kooper, dijo que su recomendación no va más allá de una sugerencia, pues la responsabilidad recae sobre el ICE.

EF intentó conocer la posición de Racsa, sin embargo Olga Monge, encargada de prensa, aseguró que la entidad no se refirirá a los informes de los 100 días, ni al futuro de la entidad.

Pérdidas constantes

El 2013 fue el sexto año consecutivo en que la subsidiaria del ICE registró pérdidas operativas mayores a los ¢500 millones.

Ese año, la cifra sobrepasó los ¢6.300 millones y superó en un 85% las del 2012 (¢3.495 millones), según el informe del ICE, del cual EF tiene copia.

La pérdida operativa corresponde a la diferencia entre ingresos y gastos operativos, relacionados con las actividades principales de la empresa.

Si se trata de pérdidas totales, Racsa registró un déficit de ¢10.000 millones, según el informe de los 100 días del Ministerio de Ciencia y Tecnología (Micitt).

“El patrimonio, los pasivos y en general, todas las razones financieras mantienen un deterioro significativo y constante”, detalla el informe.

La mayoría de pérdidas de Racsa las resiente el ICE en sus estados financieros. En el 2011, la institución culpó a la subsidiaria del 55% de sus pérdidas, que ascendían a ¢15.000 millones.

En este momento, el 72% de las deudas de Racsa las acogió el ICE mediante una reconversión de pasivos, según consta en su informe de ejecución del segundo trimestre del 2014.

Racsa es una empresa y, como tal, su objetivo es generar ganancias. Para ella, esa misión quedó en el olvido desde el 2009, año en el que sus pérdidas operativas fueron de ¢964 millones. Desde entonces no se ha recuperado.

“Si ya no produce ganancias, debe pasarle lo mismo que a cualquier otra empresa: quebrar”, señaló Marcelo Jenkins , director del Programa Sociedad de la Información y el Conocimiento de la UCR (Prosic).En este panorama, ¿cuáles son los escenarios?

Valor agregado

Una empresa necesita proyectos rentables, competitivos y eficientes; características ausentes en los últimos intentos de Racsa por salir a flote. Ante un panorama de indefinición, las preguntas son más constantes que las respuestas.

La primera de ellas: ¿hay activos suficientes para que la salvación de Racsa tenga viabilidad económica? Según el Estado Financiero Consolidado del ICE del 2013, Racsa tenía ¢55.459 millones en activos, entre los que se encontraban terrenos, edificios, equipo y cable submarino.

Con esa información, la junta directiva del ICE debe evaluar si la empresa es rentable en comparación con otras del mercado, explicó el director de Softline para Costa Rica, Luis Amón.

Otra de las posibilidades es la fusión o absorción de Racsa por parte del ICE. Así lo señaló Jenkins.

“¿Hay algún servicio que Racsa pueda prestar que no pueda hacerlo el ICE directamente?, la respuesta es no. Entonces ¿para qué existe Racsa?”, se cuestionó el informático.

Los activos y el personal de la subsidiaria podrían fortalecer los proyectos de interconexión. “Eso sería lo mejor a corto plazo y políticamente no veo mayor costo”, dijo el profesor.

En cualquier escenario (sea que el ICE absorba a Racsa o la empresa continúe de manera independiente), existen nichos de mercado en los que otras operadoras no han incursionado.

La televisión digital tiene altas probabilidades de triunfar, a juicio de Jenkins. Con las frecuencias asignadas al ICE se puede proveer tanto a aparatos fijos como para móviles, comentó.

“El ICE tiene la capacidad espectral para ofrecer televisión móvil. Creo que la gente pagaría por tener su sintonizador y llevar la tecnología en el teléfono”, dijo el director del Prosic.

Otros especialistas en telecomunicaciones coinciden en que es determinante encontrar un nicho de negocio en el que el Racsa ofrezca un valor agregado.

Para Soley, la subsidiaria debe involucrarse en proyectos que no representen una competencia directa para el ICE. “Debe centrarse en un mercado en el que su casa matriz no esté operando”, comentó.

Uno de los puntos clave a los que apunta Soley es a la reinvención: el negocio, cuando demuestra que no funciona, debe replantearse su objetivo por completo y buscar nuevas alternativas.

Para el director de Softline, empresa dedicada a servicios de software y hardware en el mundo, Racsa sí puede establecerse como una competencia del ICE y funcionar como una marca acompañante, que aproveche oportunidades, cubra deficiencias y ofrezca otros servicios adicionales a los de su casa matriz.

El Estado también podría ser un buen comprador de este tipo servicios, como lo ha venido haciendo hasta el momento.

“El Estado no es un buen comprador de tecnología sino de servicios. Racsa debe encontrar cuáles son las necesidades de las otras instituciones”, dijo el administrador de negocios.

Sin embargo, en ese caso, debe contar con la capacidad para dar un servicio eficiente en el que la carencia de infraestructura propia no sea una deficiencia.

Los escenarios pueden ser alentadores o preocupantes pero tomar decisiones en el corto plazo es imperativo. Los analistas coinciden en que Racsa pasa por su peor momento: “Este es el peor escenario: una decisión que no se toma”.