Foursquare se arriesga y se divide en dos: ¿qué hay detrás de esta metamorfosis?

La nueva versión se focaliza en las recomendaciones y elimina el check-in para dejárselo a Swarm, nueva aplicación de la misma firma

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Cuando despertó el 6 de agosto, Foursquare se encontró convertido en un extraño insecto sin check-ins.

Si Foursquare fuera un cuento de Franz Kafka, así empezaría la historia del día más raro de su existencia: el día en que dejó de ser esa aplicación con la que sus usuarios le contaban al mundo dónde se encontraban, y pasó a ser el gurú de las recomendaciones de restaurantes, vida nocturna, sitios para hacer el brunch los fines de semana y muchos etcéteras.

El cuento empieza mucho antes, cuando los usuarios de la aplicación comenzaron a separarse en dos grandes grupos: quienes la usaban para hacer check-in y quienes se enfocaban en dar sugerencias y recomendaciones sobre los lugares que visitaban (en este lugar me salió un clavo en la comida, en este otro, toqué el cielo con la boca).

La división celular ocurrió, por primera vez, en mayo, cuando la compañía Foursquare lanzó Swarm como su aliada para el check in. “Al principio pensamos que era una locura pero tiene todo el sentido”, dijo su cofundador Dennis Crowley hace unos meses.

Los usuarios, acostumbrados a los pequeños cambios en diseño y funcionalidad de los gigantes en redes como Facebook y Twitter, no habrían adelantado una transformación de este calibre al que la crítica internacional ha calificado como positivo (nunca perfecto): ahora tiene opciones personalizadas para sus usuarios, una plataforma usable y es, incluso, más divertida.

Juan Bernárdez, director regional de Innovación y Estrategia de Unimer Centroamérica también cree que el cambio, abrupto sin duda, tiene algo de sentido, al menos desde la óptica de Foursquare: existe una tendencia a que las empresas tecnológicas se desdoblen, creen otras aplicaciones con el respaldo de su firma y sigan creciendo por ese camino.

“A nivel global, estas redes sociales se encuentran en un panorama muy duro para crecer porque ya alcanzaron a la mayor cantidad de usuarios posible”, explica Bernárdez.

Entonces, las empresas tienen tres vías de crecimiento: desarrollar más aplicaciones bajo el mismo nombre (como Facebook Messenger, que separó el chat a otra aplicación), comprar aplicaciones ya creadas (como Whatsapp, comprada también por Facebook) o partir su ADN en dos complementarios (en lo casos más extremos, como Foursquare).

Crowley, cofundador de Foursquare, también dijo que con esta locura esperaban recoger en el primer mes lo que usualmente ingresa en todo un año. Si el insecto se convierte en mariposa, la tendencia a multiplicarse podría empezar a repuntar.