Gamers, de la maquila a la creación

Desarrolladores de videojuegos vislumbran oportunidades de negocio con productos propios y ajenos.

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Fénix encuentra su aldea destruida por un extraño cubo azul y va tras él para vengarse.

Mientras el pequeño personaje del videojuego costarricense Fenix Rage es la estrella de una historia de venganza en el mundo de las consolas, en la vida real es el protagonista de una victoria.

El éxito que ha tenido el juego de la empresa Green Lava Studios en Steam, una de las plataformas más populares del mundo de los juegos de computadora, es un esperado punto de inflexión para los desarrolladores del país.

Precisamente esta semana, la creación del costarricense Eduardo Ramírez fue nominada como el mejor juego del 2014 creado en el software Game Maker.

Al mismo tiempo, otros empresarios del sector vislumbran oportunidades de crecimiento para sus productos originales.

Lo que empezó hace menos de diez años como una “maquila” de servicios informáticos para otros desarrolladores de juegos de video, es hoy un negocio creciente para desarrolladores de productos propios y ajenos, pero germinados y madurados en el país.

Según datos de la Cámara de Tecnologías (Camtic), en el país coexisten al menos 13 empresas que se dedican a la creación de juegos para consolas, computadoras y dispositivos móviles.

La mayoría paga su planilla por medio de la venta de servicios para proyectos publicitarios o educativos de terceros, mientras se las arreglan para emprender proyectos de firma propia.

“Ahorramos y hacemos juegos para otras empresas. Somos tres personas. Por eso tenemos facilidades de hacer estas locuras porque todos trabajamos”, dice Ramírez.

También es el caso de CanuArts, del productor audiovisual Marlon Cascante, que tiene en planilla a al menos 12 personas.

Este año, produce su primer juego original, Lithium , con tintes de terror y suspenso.

Elementos que, en el ecosistema de juegos creados en los laboratorios del país, se mezclan con la vida cotidiana y la acción .

Con géneros así de diferentes, los creadores comparten una ilusión en común: desarrollar juegos que despunten en el ámbito internacional.

Prosperar en un negocio tan incipiente en el país y tan competitivo en el mundo, es un reto cuya clave está en saber combinar estrategias.

Más que suerte

Si bien resulta más estable trabajar en proyectos para terceros, incluso las firmas más grandes del país buscan el esperado golpe de suerte que los lance al estrellato de las consolas.

Fair Play Labs, de Claudio Pinto, inició operaciones hace ocho años, tiene 45 empleados (es la más grande del país) y vende servicios para gigantes compañías estadounidenses e inglesas como Mattel o Disney.

Desarrollar un juego propio, dice Pinto, implica una inversión de unos $250.000, pero puede significar un retorno de cientos de veces lo invertido.

Es el caso de su juego Color Guards , que está en desarrollo y se publicará en Play Station.

“Para salir tablas necesitamos vender unas 100.000 unidades”, dice Pinto.

El éxito depende de decenas de pequeños factores, pero todo comienza por el conocimiento del mercado y la perseverancia, dice Ramírez, de Green Lava Studios.

Fenix Rage , por ejemplo, tuvo su origen en un programa de descarga gratuita llamado Fenix Box. A partir de esta experiencia lanzó su exitoso juego, que ahora se vende a $14,99 en Steam.

Con él coincide el jefe sectorial de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), Javier Castillo. “Las empresas se dedican a desarrollar un producto y deben entender cómo mercadearlo”.

Procomer capacita a este tipo de empresarios para que puedan vender o buscar alianzas para sus creaciones y servicios fuera de las fronteras, pues Costa Rica es todavía un mercado pequeño.

“El mercado está en Estados Unidos o en Europa”, dice Castillo. Precisamente de estos destinos proviene la mayor descarga de videojuegos de la plataforma Steam.

El evento más importante para hacer negocios es el Game Connection , en San Francisco, California, y allí participa Costa Rica cada año, con cinco o seis empresarios capacitados por la Promotora.

Un proceso de años

Publicar un juego en plataformas como Play Station o Steam puede tardar años, entre conseguir el dinero y producirlo.

Las alianzas con gigantes tecnológicos y otras incubadoras de negocio le pueden dar un empujón inicial a los proyectos.

El programa de incubación de Sony es uno de los principales apoyos para creadores de videojuegos en Latinoamérica, pues brinda la oportunidad de utilizar programas e infraestructura de alto nivel a la que no tendrían acceso de otra forma.

Después de crearlo, los desarrolladores buscan un publisher , que se encarga de colocar el producto en el mercado. Cuando cuentan con el apoyo de Sony, la misma plataforma se encarga de publicar el producto.

También pueden buscar su plataforma de publicación “a pie”, pero requerirá de que el desarrollador tenga mucha credibilidad, explica José Pablo Monge, fundador de la empresa de creación de videojuegos Headless Chicken.

La credibilidad y la confianza con aliados y clientes internacionales se ganan con el tiempo de estar en el mercado.

Eso, muchas veces, implica invertir el dinero de otros trabajos y hasta sacrificar herencias, pero en el mundo de los videojuegos, toda pérdida de dinero parece tener su recompensa.

Los protagonistas

Sony publicará cuatro videojuegos de empresas ticas este año:

Color Guardian: el mundo pierde su color y los personajes de este juego, de FairPlayLabs tendrán que devolverlo, venciendo mil obstáculos.

Lithium: el suspenso y el terror se apoderan de la pantalla en esta creación de CanuArts. El jugador deberá utilizar estrategias mentales.

Pause-Play-Sto: los sonidos son capaces de alterar los ambientes de este programa creado por Headless Chicken, de José Pablo Monge.

Fénix Rage: el pueblo de un pequeño fénix fue destruido por un misterioso ser. El único sobreviviente es el personaje principal y debe vengarse.

Fuente Empresarios.