La tecnología de autenticación biométrica, como huellas dactilares y reconocimiento facial, está progresando pero siguen sin vencer al esquema tradicional de usuario y contraseña. ¿Por qué?
Investigadores de la Universidad de Washington consideran que la razón está en la experiencia de usuario que ofrecen, la cual aun no es lo suficientemente amigable.
"Hay que mirar la autenticación biométrica como un sistema socio-técnico, en donde no sólo se requiere que sea eficiente y preciso, sino también algo en lo que la gente confíe, acepte y no la frustre”, dijo la investigadora principal, Cecilia Aragon, en el sitio de la universidad.
Con eso en mente, su equipo presentó un prototipo de seguimiento ocular que monitoreaba, con luz infrarroja, los movimientos que las personas hacían con los ojos y los utilizaban como contraseña.
El objetivo era permitir que las cámaras de bajo costo, en lugar de hardware de seguimiento ocular especializado, pudieran ser utilizadas en el sistema, dijo Aragón, de forma tal que el prototipo pueda replicarse en otros equipos a futuro.
Los investigadores encontraron que la velocidad, la precisión y la elección de los mensajes eran importantes para el éxito del sistema, que es el que debe adaptarse al usuario y no al revés.
También es importante que el sistema dé los mensajes de error de manera clara o instrucciones sobre cómo proceder si realizan el movimiento de forma incorrecta.