A inicios del 2007, un smartphone era un aparato que se usaba para hacer llamadas y algunas cosas más con limitaciones: revisar correo electrónico, navegar por Internet y usar un asistente digital personal (PDA).
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El 29 de junio de ese año, el desarrollo de los teléfonos inteligentes dio un giro de 180°, cuando las tiendas de Apple abrieron las puertas a los miles de consumidores de Estados Unidos que querían comprar un iPhone.
Se trataba de un aparato de pantalla táctil que unía un celular, un iPod y una cámara. Las cualidades no eran nuevas en los dispositivos electrónicos, pero Steve Jobs las integró en un diseño minimalista que desechó el teclado para dar paso a un solo botón de control y un sistema operativo que favorece la intuición.
Cinco años después, un teléfono inteligente es un comunicador personal; es decir, un aparato conectado a Internet para hacer videollamadas, enviar y recibir mensajes de texto a través de la red, tener actividad en redes sociales, leer documentos, bajar apps para elegir la mejor ruta para llegar a la casa y eventualmente hacer llamadas de voz.
"No hay duda de que el iPhone ha sido revolucionario. Ha establecido un nuevo paradigma, marcando la pauta de lo que un teléfono inteligente debe ser, sobre todo cuando se trata de la interfaz de usuario", señaló Daniele Tricarico, analista de la firma Informa Telecoms & Media.
Una fiebre que se ha mantenido en el tiempo. Solo en el segundo trimestre del año, Apple reportó la venta de 35 millones de iPhones en el mundo, una cifra que incluye a Costa Rica.
Nuevo ambiente
La nueva pauta transformó la industria de telecomunicaciones en general. Hace una década, la marca y diseño eran la base de la selección al comprar un teléfono. En la actualidad, las cualidades del sistema operativo (Android, iOS, Windows Phone o Blackberry) y una forma simple son los factores que valen.
Esta tendencia tiene a RIM (fabricante de Blackberry) en estado de coma financiero, e hizo a Nokia perder el dominio del mercado y la obligó, el año pasado, a unirse con Microsoft.
Marco Astúa, gerente de Aplicativa, explicó que el usuario pone más atención al software porque es más educado y sabe qué cosas son funcionales y cuáles no. Un comportamiento que lo hace influir en la industria.
Por ejemplo, los aparatos Blackberry se han caracterizado por su forma redondeada y el teclado físico para su aplicación clave de mensajería. El nuevo prototipo del sistema operativo BlackBerry 10, que se prevé saldrá al mercado antes de fin de año, rompe con el esquema y se apega más a lo que ofrece el iPhone."RIM dice que seguirá teniendo un teclado físico, pero es evidente que el cambio a un teclado de pantalla táctil es necesario si quiere jugar conforme a las reglas que Apple ha fijado", dijo Tricarico.
El iPhone también tocó a las telefónicas, cuya rentabilidad pasó de la voz a los datos, ante el consumo de video y el uso intensivo de apps como WhatsApp (que refleja el nacimiento de un subsector del software ). Un comportamiento que obliga a los operadores a mejorar las redes.
Según reportes de Informa Telecoms & Media del 2009, el tráfico mensual de datos promedio de un usuario del iPhone es de 36,84 Mb, frente a 22,15 Mb de un portador de Blackberry y 31,87 Mb en el caso de Android.
Hablar de cómo será un smartphone en un año es especular. Lo que sí sabemos es el iPhone sigue marcando la pauta. Muestra de ello es la expectativa que genera la próxima generación del aparato y la competencia por adelantarse a esta innovación.