Según el escritor, la vida es sueño. Y dado que la vida es así, mi sueño es verde, con más parques naturales en las ciudades y muchos otros espacios arbolados esparcidos entre los barrios.
Que la gente prefiera las áreas verdes en lugar de los centros comerciales, que sustituyan los food courts por los picnics al aire libre. Más frutas, verduras y ensaladas.
Más tiempo para hacer sobremesa.
Más salidas a ejercitarse y menos a hacer compras.
Ambiente para todos. Sueño que los ríos volvieron a ser limpios. Agua limpia para todos, especialmente para los peces. Sueño que sus orillas cuentan con hermosos bulevares verdes, intercalados con espacios para hacer deporte y actividades culturales.
Espacios accesibles para todos, seguros, con baños públicos aseados y tienditas de artesanos locales. Sus veredas son el mejor lugar para las reuniones de amigos. Niños, jóvenes y adultos. Amor de primavera. Todos cuidan, todos colaboran. A todos le pertenece, todos le pertenecen.
Sueño que recuperamos las ciudades. Ciudades para la gente.
Buenas aceras, pobladas de arbustos en flor. Limpias y transitables. Más construcciones en madera y menos de plástico.
Mejores ciudadanos. Sueño una sociedad menos consumista y por consiguiente, menos contaminante. Empresas y clientes con mayor responsabilidad ambiental por el destino final del producto transado. Además, gente disciplinada, separando la basura.
Ciudadanos con conciencia global, priorizando el transporte colectivo sobre el individual. Sistemas públicos bien interconectados y alimentados por energías renovables. Plena coexistencia entre caminantes, ciclistas y conductores.
Sueños que superan a la realidad. Verde, así sueño verte.