"País ha dejado de percibir entre $300 y $400 millones de inversión extranjera en el último año"

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George Miley va de salida en la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel), pero advierte que urge un mayor empuje del Gobierno para nivelar la cancha en la industria del sector, ya que el país ha dejado de percibir entre $300 y $400 millones de inversión extranjera en el último año, por los problemas que enfrentan Claro y Movistar para desarrollar su red.

Miley presentó ayer su renuncia a la Sutel. Miley, quien presidió el órgano regulador en el proceso de apertura del mercado de telecomunicaciones, dejará su puesto hasta el 4 de noviembre.

El ingeniero dijo que analiza dos propuestas de trabajo con empresas de telecomunicaciones fuera del país. Él describe el paso por el sector público como desgastante y pintado de algunos roces con el ambiente político.

Miley considera que se requiere mayor comunicación entre los técnicos y políticos para iniciar la operación del Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel).

¿Por qué decidió dejar la Sutel?

Había una realidad, mi puesto era por cuatro años. El concurso inició en el mes de setiembre, un poco antes de lo previsto. En este momento, tengo varias opciones de trabajo en empresas fuera de Costa Rica que quieren contar con mis servicios. Es gente con la que he trabajo en el pasado. Decidí con mi familia que una de las opciones que no queríamos tomar era continuar en Sutel. Especialmente por el desgaste. Ha sido un trabajo arduo e intenso, pero nos vamos con la frente en alto".

Como usted dice, el concurso se lazó prematuramente, pero también se apeló porque cambiaron las condiciones respeto a concursos anteriores. Un ejemplo, es que se da más peso a las personas que tiene experiencia en sector público, respecto a quienes vienen del sector privado. ¿Qué tanto influyó este escenario en su renuncia?

Llaman la atención que las reglas del concurso fueran diferentes a las que había cuando participé originalmente, siendo el puesto el mismo y teniendo los atestados.

“Me llamó la atención que si uno tiene experiencia en el sector público tiene más puntos que si se uno tiene experiencia en el sector privado. Si se quiere trabajar en un órgano técnico, hay que conocer del sector privado necesariamente y saber cómo operan las empresas, cómo piensa, cómo maquinan las decisiones. Me preocupó un poco, porque yo no cumplía con los cinco años en el sector público, pero los sobrepasaba en el sector privado".

Entonces, ¿el concurso influyó o no en su decisión?

No influyó desde el punto de vista que hoy tengo los atestados y la seguridad plena de que, antes como ahora, estoy calificado para ocupar el puesto. Yo nunca aspiré a quedarme en el sector público. Nunca he aspirado a ser diputado, ni presidente ni diputado, la política no la entiendo.

“Es algo muy raro para mí como ingeniero y financista. No logro computar cómo funciona la política. Es algo en lo que nunca he pensado a largo plazo. Aquí (en Sutel) el trabajo es sector público, pero no es político. Es un poco desgastante. Las características del concurso sí preocupan. La motivación (de renunciar) viene del deseo de cerrar un ciclo y empezar uno nuevo en el sector productivo".

¿Qué tanto peso tuvieron esas diferencias con el sector político?

Yo no diría que hubo diferencias. En algunos momentos hubo falta de comunicación, en otras faltó entendimiento. Nosotros hablábamos en un idioma que es distinto al de los políticos. Hubo que encontrar un punto medio para entendernos. A veces todos queríamos lo mismo, pero lo expresábamos de manera diferente y era súper frustrante. Los logros en materia de apertura se lograron porque teníamos interlocutores que estaban pendientes y trabajamos con reuniones de coordinación.

“Es muy difícil tener un papel que diga haga esto o lo otro. El papel no tiene vida en si mismo. En el primer año estuvimos muy desvinculados. Empezamos a tomar fuerza cuando tuvimos el cartel en el segundo año y tuvimos mucha comunicación. Ahora la comunicación se ha venido perdiendo cuando hablamos del Fonatel. Hablarnos a través de terceros y no de manera directa. Deberían haber más reuniones de coordinación y hablar el mismo lenguaje".

¿La diferencia entre lo político y lo técnico hace que la implementación de Fonatel sea lenta?

Hace que existan muchas observaciones de índole pública sobre que se camina lento. El dinero entró hace 14 meses. Se tenían que conformar cuestiones muy importantes. El país ha pasado por un proceso de transformación importante en la última década, donde han existido cuestionamientos serios en el manejo de fondos públicos.

“Uno no puede gastar el Fonatel de manera ligera por la cantidad de dinero que implica. Debe haber pesos y contrapesos. Si eso no está desarrollado y bien puesto, no deberíamos empezar ningún tipo de ejecución de obra. El día de mañana se nos puede empezar a cuestionar. Todo eso toma su tiempo”.

¿Debe haber un cambio en el sector político para entender mejor al sector de telecomunicaciones?

Ya está cambiando. El Viceministerio de Telecomunicaciones pasa al Ministerio de Ciencia y Tecnología (Micit). Hemos venido trabajando muy de cerca con Alejandro Cruz (Micit). Es una persona muy práctica. Creo que nos hemos comunicado bien. Lo que falta ahora es que nos comuniquemos más. No solo con el viceministerio, sino con el resto de las entidades del Estado con las que tenemos que trabajar.

“Se necesita una relación más estrecha y una comunicación más correcta para tener un lenguaje en común. Con el viceministerio nos entendemos porque estamos hablando entre técnicos, pero con el Gobierno Central necesitamos entender ese lenguaje. No que sean terceros que lleguen a decir a los ministros y la Presidenta lo que queremos decir. Esa falta de relación directa ha generado muchos malestares.

¿Requiere el Gobierno entender mejor el papel que cumplen las telecomunicaciones en la economía nacional?

Existe de manera fáctica por los reportes que salen del Banco Central y del Ministerio de Comercio Exterior (Comex) porque demuestran que hay una importancia (para la economía). Creo que el Gobierno sabe de esto. Uno siente falta de empuje por parte del Gobierno para la segunda industria que más recursos genera en el planeta.

“No en vano que generan tres mil millones de dólares al año y sigue creciendo al mismo ritmo año a año. En Costa Rica, se han dejado de invertir entre $300 y $400 millones de inversión extranjera de dos operadores móviles (Claro y Movistar) en el último año, porque no han podido desplegar sus redes. Esos millones hubieran generado hasta cuatro veces ese monto en dinero indirecto y trabajos adicionales. Sorprende mucho cuando hay inversiones y contratos y no se ha sentido apoyo para los permisos municipales. Se siente (el tema municipal) facturado, disperso, con ideas meramente políticas y sin cohesión nacional. La Ley General de Telecomunicaciones establece que las redes son de interés nacional. Quien puede ayudar a caminar esto no es la Sutel, sino el Gobierno”.

¿Falta de liderazgo por parte del Gobierno?

Es coordinación. Un ministro o la Presidenta no tienen el poder para decir sobre esto. El país dijo (a las empresas) vengan. Si estamos en trato no discriminatorio deberían permitírseles (construir la red). Saco a relucir el trato no discriminatorio porque quienes tienen el problema son Claro y Movistar.

“El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) no ha tenido problemas con el desligue de telecomunicaciones. En muchos lugares, se podrían instalar postes en los derechos de vía, que maneja el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT). El ICE pone postes donde guste, pero los operadores nuevos no pueden. El ICE tiene torres donde hoy muchos municipios no permiten, pero los otros no pueden. Aquí unos somos más iguales que otros. Recordemos que el jefe y principal accionista del ICE es el gobierno de turno. Hay diferencias. Eso deja un sinsabor. Si podemos hacerlo más fácil para la inversión, pues hagámoslo”.