Procesador y memoria: las dos razones por las cuales se "congela" un teléfono inteligente

Los teléfonos también tienen CPU. Estos procesadores son determinantes en la experiencia de los usuarios móviles

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"Otra vez se quedó pegado". Escuchar esa expresión es muy común: el teléfono puede ponerse lento por varios motivos. De hecho, cada elemento en la ingeniería de un teléfono puede afectar el consumo de batería, la velocidad con que se accede a Internet y las molestas fallas que comienzan a presentarse con el tiempo.

El cerebro del teléfono está, igual que en cualquier computadora, en el CPU (Unidad de Procesamiento Central). Esta unidad de procesamiento está dentro del chip y puede contar con varios procesadores (multiprocesador) en paralelo denominados núcleos. En la medida en que su tamaño sea mayor y el número de núcleos aumente, mayor será la cantidad de información por unidad de tiempo que procesará el dispositivo.

En el mercado existen ya dispositivos con hasta ocho procesadores que trabajan de manera independiente o agrupados, según las necesidades del consumidor en el momento. Samsung Galaxy en su versión S5 cuenta con este sistema de chips. La mayoría de las otras firmas de móviles que hoy lo utilizan provienen de China o de India.

La cantidad de núcleos permiten que exista un mejor aprovechamiento de la energía, estabilidad térmica y mayor velocidad. Los dispositivos con este tipo de procesadores son ideales para jugar videojuegos en línea o ejecutar tareas más complejas.

Sin embargo, la mayoría de la población demanda aplicaciones más sencillas. Para quienes navegan por GPS, reproducen videos y ejecutan juegos existen los sistemas de chips de cuatro núcleos. Otros usuarios son todavía más básicos, explicó Russ Mestechkin, Director de Ventas y Marketing de Latinoamérica para MediaTek, empresa desarrolladora de procesadores.

"Para la gran mayoría de la población que ejecuta aplicaciones sencillas como navegación en Internet, mensajería instantánea, redes sociales, se encuentran los procesadores dual core (dos núcleos) que pueden satisfacer sus necesidades sin ningún problema”, dijo Mestechkin.

El nuevo iPhone 6 cuenta con un procesador dual core, al igual que sus antecesores más cercanos. Sin embargo, que un teléfono cuente con menor capacidad de procesamiento no necesariamente implica que sea más lento al correr aplicaciones.

Otra de las razones determinantes por las cuales el teléfono puede sufrir problemas a la hora de procesar información (cuando se queda pegado) es el uso que se esté haciendo de la memoria. Los estándares de almacenamiento rondan los 2 GB pues gran parte de la memoria interna se utiliza para el funcionamiento básico del teléfono.

Cuando las personas utilizan el teléfono para trabajar, grabar video, tomar fotografías y audio, probablemente es mejor buscar características más avanzadas en los teléfonos, con memorias expandibles o con mayor capacidad.