Tecnología permite explorar las maravillas del bosque tropical húmedo en la Estación Biológica La Selva, en Costa Rica

Reserva se conecta a Internet banda ancha y se llena de cámaras

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Un ingenioso mamífero pequeño que se camufla en las heces y los orines de otro más grande todas las noches, para alejar a sus predadores. Sonidos de aves que se esconden en las copas de árboles de 35 metros de altura del bosque tropical, como aquel que emite el ave llamada Cotinga nivosa .

Estos son parte de los descubrimientos y observaciones que los investigadores de la Estación Biológica La Selva, de la Organización de Estudios Tropicales (OET), realizan diariamente con la ayuda de cámaras que se mimetizan entre los árboles y las torres gigantes conectadas a Internet banda ancha, equipadas con robots y sensores que capturan aquello que pasa en el dosel del bosque en tiempo real.

“Es poner un dedo en el pulso del bosque”, comentó Carlos de la Rosa, director de la Estación Biológica La Selva.

Se trata de proyectos que usan la tecnología como ojos que vigilan de manera permanente la cotidianidad del bosque para identificar especies, patrones de comportamiento y disminución o aumento de las poblaciones de animales y aves en el corredor biológico comprendido entre Sarapiquí y el volcán Barba.

Allí habitan, por ejemplo, 469 especies de aves (la mitad que hay en el país).

La riqueza natural de la Estación Biológica La Selva permite que se publiquen 12 investigaciones científicas cada mes. Esto ha convertido a Costa Rica en el segundo país con más publicaciones en ecología tropical en el mundo, detrás solo de Brasil. Lo anterior según un estudio, publicado en el 2008, que comparó 15 años de artículos publicados en las dos principales revistas científicas de la disciplina.

El bosque 2.0

Carlos de la Rosa explicó que se trabaja con más de 40 cámaras automáticas que se camuflan en los árboles por periodos de un mes.

Los dispositivos (con sistemas infrarrojos) capturan imágenes al detectar movimientos frente a ellos. Las imágenes quedan guardadas en las tarjetas de memoria, las cuales son recolectadas para su análisis posteriormente.

“Por un mes, se están tomando fotografías automáticamente que monitorean qué están haciendo los animales, qué áreas cruzan y su densidad; así como especies e individuos, como jaguares que se conocen (individualmente) por sus manchas”, dijo De la Rosa.

Estas cámaras son parte del proyecto llamado Tropical Ecology Assessment and Monitoring (TEAM) para el monitoreo de la vida silvestre en áreas protegidas del mundo. Con ello, los científicos tienen acceso a información que requeriría permanecer oculto entre la naturaleza las 24 horas del día durante semanas.

La OET también construyó ocho torres en la estación biológica que están conectadas a Internet banda ancha mediante fibra ópticas.

Las estructuras, de hasta 42 metros de altura por encima del suelo, ofrecen en la cima una conexión Wi-Fi que permite navegar con un dispositivo móvil a velocidades de hasta 6 Mbps.

Algunas de estas torres están equipadas con cámaras web y robots que capturan datos sobre humedad relativa, cantidad de luz y graban sonidos que se escuchan en la parte superior del bosque.

Estas son herramientas que facilitan el trabajo de unos 300 investigadores que visitan la estación biológica al año.

“Las torres abren enormes posibilidades. Los investigadores pueden llevar su computadora portátil y equipo y conectan sus datos directamente en las computadoras de la universidad”, dijo De la Rosa.

“Se pueden dar charlas en vivo y observar el bosque en tiempo real. Es una manera de potenciar e involucrar a la gente en la investigación. Yo he dado clases desde la torre a estudiantes en Tampa, Florida, EE. UU.”, añadió.

El científico explicó que en una segunda etapa quieren llevar la conectividad a los senderos del bosque, aumentar el ancho de banda e integrar una nueva generación de cámaras web, que permiten geolocalizar las imágenes.

De la Rosa dijo que analizan opciones para obtener recursos. Solo ampliar el ancho de banda a 40 Mbps implica una inversión mensual de unos $2.000.

Empero, lo aprendido lo vale. Con la integración de la tecnología al bosque, la OET procura extender el conocimiento que guarda el bosque tropical. Una tarea que se inició hace 50 años.

Tesoro natural

Localización: La Estación Biológica La Selva se creó hace 45 años y es un corredor biológico comprendido entre Sarapiquí y el volcán Barva. Su frontera sur colinda con el Parque Nacional Braulio Carrillo, Comprende 1.600 hectáreas de bosque tropical húmedo y tierras alteradas.

Importancia: Es una de las estaciones del trópico más productivas del mundo con más de 4.000 publicaciones científicas registradas. Cada año, allí se desarrollan 150 proyectos de investigación, trabajan 300 investigadores y se imparten más de 100 cursos universitarios (de las 55 universidades miembros de la OET y otras).

Fuente OET.