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El candidato del partido oficialista, Carlos Alvarado, tiene como segundo vicepresidente a un reconocido dirigente sindical que fue, casualmente, líder de la huelga de maestros que dio la bienvenida a Luis Guillermo en el 2014: el señor Marvin Rodríguez Cordero.

Generalmente las discusiones sobre el voto giran en torno a la figura del candidato a presidente, pero una vez en el poder sus más cercanos colaboradores le hablarán al oído y Carlos Alvarado confía que ese sea el caso con sus vicepresidentes: “juntos nos acompañaremos y complementaremos para sacar este país adelante".

Con más de 1 millón de electores aun decidiéndose por quien votar este domingo, vale preguntarse ¿qué papel tendría el vicepresidente Rodríguez en un eventual segundo gobierno del PAC?

Aquí es necesario tener presente que el PAC lleva cuatro años tratando de hacernos creer que tiene intención de reducir el gasto y ordenar el empleo público. Ha sido un cuento chino, y no lo digo solo yo.

Ottón Solís, de quien el dios de la política tomó una costilla para darle vida al PAC y conoce como pocos los entretelones de ese partido, señaló en una entrevista que mientras el actual gobierno hacía la pantomima de apoyar el proyecto de empleo público para limitar los pluses salariales excesivos, mantenía por debajo de la mesa negociaciones con los sindicatos para traerse abajo ese plan.

Hay que tener clara una cosa: el desmedido crecimiento de las remuneraciones en el sector público, producto en gran parte por el efecto multiplicador de los pluses salariales, significa menos plata para inversión en infraestructura, programas sociales y para enfrentar la epidemia de inseguridad y violencia en la que vivimos.

Quienes se oponen a regular el empleo público es porque su principal compromiso no es con el desarrollo del país sino con una clientela electoral muy específica, representada principalmente por los sindicatos.

Eso da particular importancia al rol que asumiría Marvin Rodríguez de la mano de Carlos Alvarado, habría que empezar por conocer cuál ha sido su trayectoria y su posición en temas que afectan al sector que él desde años atrás defiende y representa con gran convicción.

El aspirante a la vicepresidencia además de haber sido secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Educación Costarricense (SEC), es el presidente de la Asamblea de Trabajadores del Banco Popular de Costa Rica.

Precisamente en ese último cargo, Marvin Rodríguez impulsó un proyecto de reforma al Banco Popular para darle casi control absoluto a los sectores gremiales afines a él, y reducir al mínimo los requisitos académicos que se exigen para ser designado como directivo, propuesta que fue calificada como altamente riesgosa para las finanzas de la entidad bancaria. Estando en medio de esa discusión, el candidato organizó una cena pagada por el Banco a la cual asistieron 13 diputados por intermediación del diputado Víctor Morales Zapata.

Carlos Alvarado dijo que encargaría a Rodríguez los temas relacionados con el sector de la educación. En ese terreno el aspirante a vicepresidente tiene experiencia: como líder sindical de los educadores estuvo a cargo de negociar la primera convención colectiva suscrita por el Ministerio de Educación Pública (MEP), acuerdo que lleva su firma y que incluye beneficios laborales para 80.000 funcionarios. En el 2013 se estimó su costo en ¢6.000 millones anuales.

Ese Ministerio no solo tiene la planilla más grande del Estado sino que también es la institución que más incentivos paga. Se registran cerca de 117 rubros entre sobresueldos y recargos.

Siguiendo con el tema de convenciones colectivas, Carlos Alvarado como Ministro de Trabajo reconoció la importancia de denunciar las convenciones colectivas para supuestamente renegociarlas; sin embargo, el año pasado justamente la del MEP se prorrogó automáticamente apartándose de la directriz presidencial de noviembre de 2015.

Sobre impulsar iniciativas para contener y reducir el gasto, así como para ordenar el desbarajuste que tenemos en empleo público, Marvin Rodríguez se ha manifestado en contra: “…en el momento en que en la Asamblea Legislativa se inicie la discusión de un proyecto que cercene los derechos de la clase trabajadora, inmediatamente tomaremos medidas”.

Lo anterior llama la atención porque en el plan de gobierno que propone el PAC para los próximos 4 años se hace énfasis precisamente en la necesidad de llevar a cabo una reforma del empleo público. ¿Cederá Marvin Rodríguez estando en el Gobierno o será que sabe que se trata de otra pantomima de las señaladas por Ottón Solís?

Si bien rechaza cualquier proyecto que busque pasar tijera a los gastos o poner en orden el empleo público, sí se ha manifestado muy entusiasta, coincidiendo una vez más con el entonces diputado del PAC y amigo cercano del presidente Solís, Víctor Morales Zapata, sobre la urgencia de aprobar una legislación que impulse la economía social solidaria.

Sobre ese tema Marvin Rodríguez sostuvo en una entrevista que “la economía social solidaria apuesta o pone en el centro de atención al ser humano más allá del lucro. El lucro es en segundo plano o tercer plano… porque lamentablemente los modelos que se han instalado apuestan al lucro en primer lugar y eso hace que se crean brechas…”. (En el link minuto 7:53).

Este Gobierno ha sido señalado por mantener compadre hablado, pactos ocultos y confabulación con bloques sindicales. Cabe cuestionarse si esas alianzas serán aún más fuertes y estarán cargadas de compromisos de llegar a Zapote un vicepresidente del riñón de dicho sector.

Cabe cuestionarse, también, de quién recibirá instrucciones dicho vicepresidente, cuáles políticas podemos esperar que impulse y el grado de poder de negociación que se le cederá en el proceso de tender puentes con los diferentes sectores del país.