¿Disfruta la vida o pasa su vida en redes sociales?

Cómo desconectarse y no sufrir en el intento

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¿Saturados de redes sociales, videos e Internet? Hay muchos que ni se dan cuenta y más bien se incomodan si se les interrumpe. Igual que los adictos, pues es una adicción.

¿Ha probado dejar su celular y alejarse lo más posible? Si le dan los mismos síntomas que cuando le hace falta el café, por decir lo menos, puede que tenga un problema.

Revise sus costumbres durante el día. ¿Se levanta y lo primero que hace es revisar el celular? ¿Va al baño con su móvil? ¿Le pone más atención a las redes sociales que a sus familiares? Puede que tenga un problema, por decirlo con suavidad.

La ansiedad por revisar el móvil se va convirtiendo casi en una patología.

El otro día íbamos para el evento de EF sobre El futuro de los negocios, hoy que se realizó en el Hotel Crowne Plaza Corobicí, ubicado en La Sabana.

Cuando salimos la calle estaba repleta de vehículos desde el semáforo del cruce de Llorente y hasta por casi 150 metros hacia el este.

El chofer decidió irse por la ruta 32 hacia Barrio Tournon, para doblar en el Radisson y seguir a Barrio México.

Cuando bajamos desde la calle de Llorente nos topamos también con otra presa, en este caso debido a los trabajos del viaducto que comunicará La Uruca con Circunvalación.

En eso vimos que venía una muchacha caminando por el espaldón de la calle, dado que ahí no hay acera.

Al acercarse una moto que quería aprovechar el “carril” del espaldón, ella se vio sorprendida pues iba totalmente concentrada en su celular.

En los autobuses los pasajeros, apenas se sientan, sacan su móvil para ver algún video, película, serie o simplemente para revisar las redes sociales.

He visto a algunos que pasan tan rápido la página de noticias de Facebook (donde salen las publicaciones de los contactos) que seguro tienen una alta capacidad de lectura veloz.

Quieren ver todo y no ven nada.

En una mañana de esta misma semana iba corriendo por el lado de San Roque de Barva y una señora estaba saliendo de la incómoda cochera de su casa.

En el asiento de atrás iba un menor de edad en su silla de seguridad. Todo bien hasta ahí.

La señora tenía que hacer una buena maniobra para poder salir, pero con una de sus manos sostenía el celular –pues iba conversando– y con la otra diz que manejaba el vehículo.

Lo que menos estaba fijándose era si venía un peatón por la acera o un vehículo por el carril más próximo.

Más adelante, cuando iba de regreso por una de las calles de Heredia, vi a un chofer que iba con una mano en el volante y con la otra sosteniendo también su móvil.

Solo que el celular seguro se había descargado y lo llevaba conectado al cargador, pues el hombre iba inclinado hacia unos de sus costados.

¿Y cuánta gente pasa en un partido de fútbol viendo más el celular que la mejenga?

¿Cuántos pasaron más tomando fotos y videos del concierto de Luis Miguel, en el de Pink Floyd u otro cualquiera, que disfrutando el concierto?

Aparte de las imprudencias, se sufre de ansiedad permanente. No por ver qué ocurre en el país o en otros países (ojalá fuera una preocupación por la felicidad y la paz mundial), sino por revisar las redes sociales sin ton ni son.

De acuerdo al Pew Internet Research en los países emergentes, en promedio, seis de cada diez personas usan redes sociales y aplicaciones de mensajería. En algunos mercados son nueve de cada diez.

¿Cuánto tiempo pasan en redes sociales? El estudio indica que el 20% se gasta más de tres horas en revisar las plataformas como Facebook, Twitter e Instagram, entre otras.

Si tomamos en cuenta que dormimos y trabajamos o estudiamos, sólo quedan –en teoría– cinco horas para disfrutar la vida.

¿Estamos seguros que realmente dedicamos ese tiempo a nuestras vidas?

Según Pew Internet Research hay otro 20% que le dedica más de dos horas a las redes sociales y un 17% es más cauto: sólo una hora.

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A nivel global varios estudios han reportado que los usuarios ven el celular más de 150 veces al día, que revisan las redes sociales cada 15 minutos, que casi un 40% interactúa con el móvil durante sus comidas y que tres de cada diez usuarios van al baño con el teléfono.

No andamos lejos, aquí.

En Costa Rica, el 85% de los usuarios utiliza WhatsApp. Pero no es la única aplicación social que usa: Facebook la usa el 76%, Messenger el 67%, YouTube el 62% e Instagram el 24%, de acuerdo al estudio Red 506 de EF.

Diariamente casi nueve de cada diez usuarios están en redes sociales.

La intensidad local supera a muchos de los países que analizó Pew Internet Research.

Si Usted considera que requiere bajar la intensidad, hay herramientas y facilidades que puede bajar a su móvil –oh ironía– para comprender cómo está usando la tecnología, para que se enfoque en lo que más importa, para aprender a desconectarse y para tener hábitos digitalmente saludables.

Por ejemplo, puede utilizar la app Bienestar Digital, disponible en Google Play Store para dispositivos Android.

También puede elegir apps como Checky, tanto para dispositivos Android como iOS de Apple, o QualityTime, Forest, Pause y IF by IFTTT, estas dos últimos de productividad.

Pause permite competir con otros usuarios para ver quién pasa más tiempo sin revisar el móvil.

Por supuesto que hay exigencias laborales o que en la actualidad debemos estar pendientes por si pasa algo en la casa.

De ahí que otra recomendación es definir “objetivos inteligentes” para conectarse y metas concretas. Con el temporizador se puede establecer el límite del tiempo que Usted considera es apropiado para su salud.

Otra medida es controlar las notificaciones. Si Usted es de los que no pueden ver una notificación en la app porque corre a revisarla, puede configurarla sus apps para que no aparezcan las notificaciones.

Con la app de Bienestar también se puede definir cuáles son las notificaciones realmente importantes para mantenerlas activas y cuáles no lo son para desactivarlas.

En todo caso, defina a cuál hora ingresa para revisar si hay mensajes: cada hora, cada dos, tres, cuatro o cada cinco horas.

Si está en un trabajo donde no le permiten revisar el celular ni las apps, aproveche. Ingrese antes y después del trabajo, en la hora del café o en el almuerzo si estuviera permitido.

El otro día escuché a alguien dictando por teléfono una sanción contra un empleado por usar el celular en el trabajo cuando no le está permitido. No se arriesgue.

Ah, y sea discreto cuando use su celular: no dicte una sanción en medio autobús.

En mi caso trato de no hacer llamadas ni contestarlas (sólo si es un familiar cercano) cuando voy al trabajo o de regreso a la cas.

En el caso de WhatsApp (aparte que me salí de grupos particularmente intensos) desactivé las notificaciones. Lo que hago es que cada cierto tiempo ingreso a la app por si hay un mensaje ahí.

El otro problema que vive mucha gente es que deja el celular a un lado de la cama y no duerme bien debido a las constantes notificaciones.

Si le parece excesivo apagar el celular, ponerlo en silencio y colocarlo con la pantalla cubierta, puede activar el modo “No molestar”. Así la pantalla se muestra en escala de grises a la hora de dormir.

Una medida saludable es tomar descansos durante los cuales se obligue a no revisar el móvil. Defina horas para revisarlo, así como para hacer sus publicaciones.

Cuando haga ejercicios, hágalo sin el móvil. Déjelo en la casa al salir a correr o en el casillero del gimnasio (si es por la música, lleve un iPod; es más cómodo).

Al regresar confirmará que nada ha pasado y el mundo sigue ahí.

Y si es usuario pre-pago, cuando se agote el consumo comprado la última vez, pase unos días sin hacer la recarga. Yo lo hago y gasto menos dinero.

Si va de paseo, a un partido o a un concierto tome fotos y videos necesarios. Viva ese instante de verdad. (Con unas cuantas ya los demás sabemos dónde andaba.)

Disfrute la vida, especialmente en estos días de verano que están hermosos. No pase su vida consumiéndose en redes sociales.