Haga su tarea, por favor

La disponibilidad de datos de las instituciones es urgente para la ciudadanía, para el sector académico y para el empresarial, muchas no cumplen ese deber. Pero hay esfuerzos y buenos ejemplos.

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Al correo electrónico muchas veces nos llegan solicitudes de información sobre alguna publicación que hemos hecho.

Algunas peticiones piden un detalle, respuestas a un cuestionario, que les digamos cuáles son las fuentes de información o de datos utilizados (aunque siempre se indica cuáles son las fuentes utilizadas) y más de alguno nos requiere (casi exige) para que le hagamos la tarea.

Así como lo lee.

Y no son estudiantes de primaria. Las hay de estudiantes de postgrados, que se suponen ya tienen algún grado académico universitario, ya realizaron alguna tesis o prueba de grado, ya pasaron cursos sobre cómo hacer investigación científica.

Claro está, para ellos como para nosotros la información no es fácil de obtener. La única diferencia es que ya uno tiene el chip para identificar cuáles datos se requieren, y seleccionarlos en el mar de información al que a veces se logra tener acceso, o para hacer valer los derechos de información establecidos en la Constitución Pública cuando un funcionario o una entidad se pone rejega.

Según un reporte del Ministerio de Ciencias, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) y la Universidad Hispanoamericana, sólo 6 de 23 entidades evaluadas en el país tenía un portal de datos abiertos.

Los que sí cumplen con la norma INTE 27-02-02:2016 son los ministerios de la Presidencia, Comercio Exterior, Planificación, Educación Pública, Justicia y Paz, y el mismo Micitt.

Decir "cumplir" es exagerar. Todos estos ministerios cumplen entre 19 y 28 de los ítems establecidos, o sea entre el 54% y el 80%.

El reporte alerta sobre la falta de metadatos (indicacioens sobre la periodicidad de actualización, por ejemplo), de estándares para los nombres de los archivos, y la falta de mecanismos de interacción entre el portal y el consumidor de los datos.

También hay limitaciones para la navegación dentro del portal y que la información que se muestra no abarca la totalidad de la temática que corresponde al ministerio.

En medio del panorama desolador, hay esfuerzos.

El Consejo Nacional de Rectores (Conare) hace poco brindó datos sobre la situación laboral de las personas graduadas en las universidades costarricenses. El resultado del estudio está en línea.

Sólo que los esfuerzos no son suficientes. Cuando solicité algunos datos específicos, me enviaron un Excel con los totales de graduados por áreas de conocimiento, pero la información por carreras que necesitaba está “en formato impreso”.

Pereza no me da ir a buscarlos. La última vez que consulté esa información fue allá por el 2003.

Es decir, en 15 años no hemos avanzado nada.

Tan fácil que es escanear las tablas impresas. Hay equipos multifuncionales que lo pueden hacer. Hay aplicaciones móviles que también lo pueden hacer.

En dado caso, en ese tiempo bien se pudo idear algún sistema para tener la información en digital.

De hecho, los documentos impresos fueron levantados en algún sistema. ¿Eso no podría ponerse en la web o poner a disposición los Excel para quien los solicita?

Un ejemplo de lo que se puede hacer para facilitar los datos es el proyecto Data República, una iniciativa del Centro de Pensamiento Estratégico Internacional (Cepei) y la firma Telefónica, el cual inició en Colombia, se llevó a México y fue presentada la semana anterior en Costa Rica.

Se trata de un portal que mapea la información sobre desarrollo sostenible. En la sección “conecta”, el usuario ingresa a Costa Rica y encuentra un gráfico tipo araña, también conocido como radial.

En cada uno de los puntos externos aparecen, numerados, los objetivos de desarrollo sostenible que debe seguir el país.

Al dar clic en ellos, se podrá ver la descripción y la lista de fuentes de información relacionadas.

“Es una forma de demostrar cómo usar los datos, de acercar a la gente a los datos”, dijo Karla Espinoza, cuando me explicó didácticamente la forma de navegar en el sitio.

La iniciativa forma parte de las acciones de este operador de telecomunicaciones en el campo de responsabilidad social.

Hay que tener claro, eso sí, que la calidad del archivo, su disponibilidad incluso, y la actualización de los datos dependen de la institución o fuente.

El sitio permite la publicación de historias creadas a partir de los datos a disposición.

No se puede pedir la reproducción de los portales, como el pan y los peces para alimentar a las muchedumbres, como éste creado por Telefónica.

Lo que sí es exigible es que las entidades empiecen a cumplir con la norma de Inteco.

Cumplirían así con una tarea que hoy se considera clave en términos de transparencia y de servicio a la ciudadanía y al sector productivo, que se alimenta de información para la toma de decisiones.

Y ayudaría a que los que tienen que hacer investigaciones, tesis de grado, consultorías o estudios de mercado encuentren ahí el apoyo que requieren y que también cumplan su tarea.