El gasto público sigue creciendo irresponsablemente

Opinión de José Joaquín Fernández | “El gasto público se incrementó en ₡197.000 millones con relación al mismo periodo en el 2022. Esto revela un manejo irresponsable de la política fiscal porque el gasto público debería decrecer en vez de crecer”.

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Según datos oficiales del ministerio de Hacienda, para los primeros siete meses del 2023, el gasto público se incrementó en ₡197.000 millones con relación al mismo periodo en el 2022. Esto equivale a un crecimiento del 4,3%. Esto revela un manejo irresponsable de la política fiscal porque el gasto público debería decrecer en vez de crecer.

Tenemos un sector público lleno de corrupción, de ineficiencia en la administración de recursos, de privilegios y una planilla excesiva de burócratas. Por tanto, uno esperaría que las acciones de un presidente de la República, que se comprometió a ordenar las finanzas públicas, se traduzcan en una reducción significativa del gasto público en términos absolutos. Sin embargo, el gasto público sigue creciendo en perjuicio del desarrollo económico y social.

El gasto público sigue creciendo porque este gobierno, al igual que todos los anteriores, no se compra la bronca de acabar con los regímenes de pensiones con cargo al presupuesto, ni se enfrenta a la casta burocrática de las universidades públicas para poner fin al FEES, ni mueve un solo dedo para cerrar entidades públicas llenas de expertos en obstaculizar al sector productivo.

El gasto público crece, pero no porque se le haya girado más recursos al Conavi para reparar carreteras, ni porque se invirtió en escuelas y colegios para atender las 1.403 órdenes sanitarias que existían al 26 de mayo de este año, ni porque se está invirtiendo en nuevos hospitales para aliviar la saturación y listas de espera que existe en ellos, etc.

Obviamente el gasto público sigue creciendo porque la austeridad no existe en la agenda del presidente Chaves ni del ministro de Hacienda. El gasto público crece como prueba de que el presidente Chaves tiene como prioridad continuar disfrutando, al igual que sus antecesores, de la piñata fiscal a costa del sector productivo.