La quiebra de SVB no es motivo para suavizar la lucha contra la inflación

Dice Warren Buffet que cuando baja la marea nos damos cuenta quienes andan sin pantaloneta

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La situación que viven algunos bancos de los EE. UU. y en Europa se debe a que las malas administraciones están saliendo a flote con la subida de las tasas de interés que están realizando tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo (BCE). La Fed pasó de una tasa de 0% en el 2020 a 4,50% a principios del 2023. Este aumento en las tasas de interés tiene como fin recoger el exceso de liquidez que está causando inflación. Con el aumento de las tasas de interés, también se reduce el margen de error que pueden cometer las empresas.

El pasado 10 de marzo, los reguladores de los EE. UU. cerraron Silicon Valley Bank (SVB). Esta es la mayor quiebra bancaria desde la crisis financiera del 2008. El pánico está provocando que el precio de las acciones de otros bancos y entidades financieras caigan. En lo va de esta semana (al escribir esta nota el viernes 17), el sector Financials del S&P 500 había caído casi un 6%. Sin embargo, no me da la impresión que en dicho sector existan razones financieras, o problemas sistémicos, que justifiquen dicha caída. Siendo así, creo que puede haber una oportunidad para comprar acciones en algunas entidades de este sector.

Por el contrario, muchos analistas no creen que la caída de SVB se deba a una mala administración. Muchos creen que la Fed es la culpable de la quiebra de SVB como consecuencia del aumento en las tasas de interés. Siguiendo está argumentación, estas personas están recomendando que la FED haga a un lado su lucha contra la inflación y que no siga aumentando las tasas de interés porque creen que esto causará una crisis económica como la del 2008.

Muchos ven un parangón de la situación del SVB con lo que sucedió en el 2008 con Lehman Brothers. En el 2004 la tasa de interés de la Fed estuvo en 1% y en el 2007 llegó a 5,25% con el fin de combatir tendencias inflacionarias. En septiembre del 2008 quebró Lehman Brothers, hito que para muchos marcó el inicio de la crisis financiera del 2008.

La crisis financiera del 2008 se debió a que el gobierno de los EE. UU. deliberadamente estuvo “incentivando” el mercado inmobiliario de manera insostenible por medio de Fannie Mae y Freddie Mac. Esto fue como si el gobierno de Costa Rica girara instrucciones al Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi) y al Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (Invu) a que compren las hipotecas del sistema bancario, en particular de las personas sin capacidad de pago, con el fin de “estimular” la economía. Cuando subieron las tasas de interés en aquel entonces, salió a flote las pésimas inversiones multibillonarias que deliberadamente fueron incentivadas por el gobierno de los EE. UU. en el mercado inmobiliario.

La situación del 2008 es distinta a la del 2023. En este momento solo se está recogiendo liquidez. No sé de ningún programa reciente de “estímulo” del gobierno de los EE. UU. a ningún sector en particular que corra riesgo sistémico por el aumento de la tasa de interés.

En este sentido, me opongo, a lo que muchos sugieren, a que los bancos centrales suavicen su lucha contra la inflación con el supuesto fin de evitar una crisis financiera. En el fondo, lo que estas personas están diciendo es que la emisión excesiva de dinero es necesaria para estimular el crecimiento económico.

Los pronósticos de crecimiento para 2023 no son los mejores. Sin embargo, no es aumentando la emisión monetaria como mejoraremos ese indicador. La consecuencia de mayor emisión monetaria no es crecimiento sino inflación. La historia es clara al señalar que los países con mayor estabilidad de precios crecen más que aquellos con inflación.

Si los bancos centrales cedieran en su lucha contra la inflación, perderán credibilidad. Esto puede conducir a un cambio de expectativas empresariales que nos lleven a una estanflación. Si se pierde credibilidad tendremos inflación más alta y por más tiempo, acompañada de tasas de interés aún más altas.

El crecimiento económico no depende la emisión excesiva de dinero (emisión inorgánica), sino de la libertad económica. A mayor libertad económica, más alta es la tasa de crecimiento. A mayor intervención gubernamental en la economía, menor es la tasa de crecimiento.

Si el temor es que la contracción de la oferta monetaria, que se está realizando para acabar con la inflación, genere contracción económica, entonces debemos promover políticas que efectivamente promuevan mayores tasas de crecimiento económico. Por ejemplo: reducción y eliminación de impuestos; reducción significativa del gasto público como porcentaje de la producción; rompimiento de monopolios, oligopolios y monopsonios creados por ley; desregulación de los mercados para promover la libre competencia; eliminación de todos los aranceles y barreras al libre comercio; eliminación de todos los regímenes de pensiones con cargo al presupuesto; etc.