4 señales de que estás atrapado en la frustración

Las respuestas emocionales más comunes a la frustración pueden ser ansiedad, miedo, tristeza, enojo e incluso agresión.

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Señal #1

Sentimientos de decepción, desencanto, angustia, irritación, miedo, ira, pesimismo, duelo, incertidumbre.

Según el Diccionario de la Lengua Española, la frustración es un sentimiento de insatisfacción o fracaso, su origen etimológico refiere a la palabra engaño, y tiene sinónimos tales como decepción y desencanto. Para Crossman y otros investigadores, las respuestas emocionales más comunes a la frustración suelen ser negativas: ansiedad, evitación, miedo, tristeza, decepción, ira, irritación, enojo e incluso agresión. Puede asociarse a una pérdida de algo que se deseaba; por ejemplo, a las fases del duelo: la negación del fracaso, la ira hacia quien impide alcanzar la meta, la negociación con otros y con uno mismo, la depresión o decaimiento anímico, y la aceptación de lo sucedido.

Señal #2

Pensar que cualquier esfuerzo es inútil y vano, porque la meta fijada se derrumbó y extinguió totalmente.

Vista en su conjunto, la frustración se origina cuando la persona percibe la extinción de un objetivo que se había propuesto –se desvanece, se derrumba, cualquier esfuerzo es en vano–, y entonces nacen sentimientos de incertidumbre e inseguridad. Para Jeronimus y Laceulle es una emoción negativa que se origina en la decepción –cuya raíz latina significa “en vano”–, y puede definirse como una angustia irritable después de que un deseo choca con una realidad inflexible. Técnicamente, surge cuando la búsqueda de una meta no se cumple en el momento esperado, y cualquier esfuerzo parece inútil.

Señal #3

Bloqueos internos, al percibir las limitaciones personales, la falta de confianza, y los conflictos interiores.

Las causas de la frustración pueden ser internas o externas. Las causas internas pueden surgir cuando se perciben deficiencias personales, falta de confianza, o conflictos internos: es aquí donde emergen los bloqueos internos. Aquí, la negociación intrínseca resulta poco eficaz, porque no se encuentran alternativas de solución a algo que quizá está recibiendo una valoración desproporcionada. Se piensa que la ausencia de roces y problemas permite obtener mejores resultados que cuando hay crisis. Entonces parece que la meta se desmorona, y todo lo bueno desaparece.

Señal #4

Bloqueos externos, cuando aparecen condiciones fuera del control, obstáculos físicos, y tareas difíciles.

Gelbrich sostiene que la frustración externa se refiere a condiciones fuera del control de un individuo, como un obstáculo físico, una tarea difícil o la percepción de perder el tiempo: es entonces cuando aparecen los bloqueos externos. Da la impresión que es imposible encontrar planes alternativos para superar el fracaso que se experimentó. La irracionalidad, la frialdad y la incompetencia personal impiden conectar con las propias emociones. Se considera que las personas fuertes nunca se permiten estar mal.