La caravana populista de Johnny Araya

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"La vocación de servicio no nace de un momento político", nos dice Sandra León, esposa de Johnny Araya, en una impecable gabacha verdiblanca con una gran "J" bordada. De tal forma arranca el video publicitario que destaca las llamadas "Caravanas de la Salud", un programa auspiciado por el PLN que de mera casualidad nació con la campaña electoral y en el que ella y un grupo de colegas médicos dan servicios gratuitos en comunidades pobres. En el comercial León asegura que en dichas caravanas "no estamos pidiendo votos". No vaya a ser que algún malpensado llegue a creer que las gabachas verdiblancas, la propaganda que se le entrega a los pacientes y las múltiples banderas del PLN que se asoman en las improvisadas clínicas son un acto más de politiquería barata a los que nos tiene acostumbrados el partido de gobierno.

Explotar a los pobres con fines electorales no conoce banderas partidarias, pero no queda duda de que el PLN se lleva el premio en hacer de la práctica todo un arte. No olvidemos cómo hace cuatro años salieron a relucir vallas en las barriadas populares de San José contabilizando cuántos muchachos se beneficiaban en dichas comunidadades con las becas del programa Avancemos y recordándoles a sus habitantes que si querían seguir recibiendo la ayuda debían votar por Laura Chinchilla. O vamos un par de años más atras cuando Fernando Zumbado, quien coqueteaba con una candidatura presidencial, se ungió como el "Ministro de los Pobres" y se fue a dormir a un tugurio con todo y peluche.

La preocupación del PLN por los pobres es directamente proporcional a su interés por ganar elecciones. Eso podría explicar por qué Costa Rica tiene hoy más pobres que hace siete años cuando el PLN llegó al poder. De tal forma que, siguiendo con el manual politiquero que les ha funcionado una y otra vez, la campaña de Johnny Araya nos regala ahora la versión tica de Evita Perón: Sandra León, o "la doctora" como al parecer prefiere que la llamen. "Si desde ya que es nada está ayudando, imagínese cuando ella sea la primera dama", dice una humilde señora en el video promocional que, recordemos, no tiene nada que ver con pedir votos. "Llevamos un buen futuro para la primera dama de que sí va a ayudar a los pobres", dice otra mujer. Y una más remata infiriendo un caracter semi-divino a las sanaciones de la doctora León: "Ella es una persona llena de Dios".

La estrategia es clara: ante el récord de ineptitud de Johnny Araya en su casi cuarto de siglo al frente de la Municipalidad de San José, la campaña verdiblanca destacará la imagen de su esposa como una campeona de los que menos tienen. No importan los 44 programas anti pobreza que ya existen en el país, ni los cientos de miles de millones de colones que se gastan todos los años en ellos. Será "la doctora" la que "sí va a ayudar a los pobres" si llega a ser Primera Dama. Ella dará el pan, y ya sabemos que Araya es experto en dar circo.

No fue casualidad entonces el ambiente circense, con todo y malabaristas, que se vivió el sábado en el Gimnasio Nacional cuando Araya presentó a su fórmula presidencial. En el acto, el candidato oficialista prometió que, de quedar presidente, impulsará más impuestos. Luego procedió a nominar como candidato a vicepresidente al ex gerente de una empresa que no paga impuestos: Jorge Pattoni de Dos Pinos. Araya aclaró que las zonas francas seguirán exentas de tributos, pero sí impulsará un Impuesto al Valor Agregado (IVA) que castigará los bolsillos de todos los costarricenses, especialmente la clase media. Por su parte, para demostrar su compromiso con el modelo asistencialista que no ha logrado bajar la pobreza en 20 años pero que sí sirve para nutrir de votos al PLN, Araya nominó como candidata a vicepresidenta a Silvia Lara, ex presidenta del IMAS.

Y así, Johnny Araya resume su oferta electoral: corporativismo y amiguismo para grandes empresas exentas de pagar impuestos y de competir gracias a barreras comerciales, garrotazo tributario para la clase media y asistencialismo social para los pobres que seguirán siendo explotados como carne de cañón electoral cada cuatro años. La misma propuesta del PLN de los últimos años, pero esta vez sazonada con la doctora Evita León enfundada en gabacha verdiblanca.