¿Ataques de pánico y mucho estrés laboral?

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Mi primer examen escrito de INCAE fue de mercadeo, nunca lo olvidaré. El corazón temblaba, las manos sudaban, sentía un hormigueo en todo el cuerpo. El examen era un caso y había que determinar el punto de equilibrio y demostrar que se comprendían los conceptos básicos. Para mí, en ese momento conceptos fundamentales parecían “chino”. No encontraba los datos en el caso para resolver un problema de punto de equilibro, ahí estaban pero mi confusión mental me generaba tanto estrés que nunca los encontré. Mi corazón latía más aceleradamente conforme pasaban los minutos, mientras, simultáneamente, pensaba las consecuencia catastróficas de no pasar esta prueba: me sacarían de INCAE, la vergüenza de tener un fracaso tan rotundo sería devastador, las consecuencias prácticas, a dónde conseguiría trabajo si me expulsaban por malas notas, mi mente corría con todas las catástrofes a las que me enfrentaría; en vez de enfocarme en la tarea que tenía enfrente, magnificaba en mi mente en cámara rápida mientras trataba de resolver mi examen lo que ocurriría si fallaba. Para mi sorpresa la sucesión de eventos no ocurrió, pasé el examen aunque con una nota mediocre porque mi estado mental, emocional y físico me sabotearon.

Luego de esta y muchas otras experiencias similares propias y ajenas, mi búsqueda de una respuesta a una ansiedad casi incapacitante bajo situaciones de mucho estrés, me ha llevado a leer, estudiar, aprender, e integrar en mi persona y en mis clientes una serie de estrategias.

Es útil saber que cuando estamos bajo presión entre más nos enfoquemos en nuestro desempeño, más complejo es tener un desempeño excepcional. En el momento de la verdad, lo que distingue a quienes tienen alto desempeño, no necesariamente es la inteligencia, la capacidad técnica o la preparación, es muchas veces, la capacidad de resiliencia ante la presión

Esta capacidad es en parte heredada genéticamente, pero por suerte, no todo está dado, también se puede trabajar en desarrollar resiliencia al estrés.

Una vez que usted se encuentra bien preparado, entrenado frente a un momento que para usted representa alto grado de estrés, el enfoque no tiene que estar en su desempeño y en pensar que pasará si fracasa. Debe enfocar su mente en ese momento en algo diferente para que su cerebro esté en piloto automático, todo fluya de acuerdo a su habilidad y preparación. Es importante re-entrenarse para que nuestra propia mente no nos auto-sabotee.

En el momento de esa presentación oral, de ese examen, o de esa entrevista, trate de redireccionar su mente y deje de pensar en cómo está desempeñándose usted. De esa forma deja que sus conocimientos, destrezas, experiencias, habilidades, y otros recursos personales, se integren en la tarea que tiene adelante. Debe quitar el énfasis en resultados y consecuencias y en cómo será percibido. Prepárase bien, luego trate de permanecer en el momento sin preocuparse demasiado.

Respire profundo.